En el sendero
se abre el bosque de robles
con el otoño.
se abre el bosque de robles
con el otoño.
Me he parado en el robledo a escuchar cómo viene el otoño. Un momento solo, mientras se calma el pulso y la respiración se templa. De lejos se escucha un cuco y, de vez en cuando, la brisa mueve las hojas que aún quedan en las ramas más altas de los árboles. La tarde muellea suave hacia el atardecer. Cerré los ojos un segundo, como si aún el mundo no hubiera nacido.
7 comentarios:
Entramos en el robledo, en una tarde otoñal que "muellea". Me gusta el dibujo de sus hojas. Y tus verbos.
El otoño me trae recuerdos de anteriores caminatas bajo las hojas doradas.
Tendría que regresar a ellas. Las echo de menos.
Esta claro que el otoño tiene un sonido particular, las hojas caídas suenan muy diferentes de los brotes de primavera, los pájaros nos ofrecen otros cantos, el viento es de tornasol ocre y el crepúsculo produce sombras y notas más largas.
Saludos.
Infelizmente, não tenho nenhuma hipótese de entrar em bosques...
Fico com a nostalgia provocada pelos teu belo texto.
Amigo mio, beso, boa semana :)
Cuando el humano aprende a hacer silencio, la naturaleza le habla directamente a su entendimiento.
Saludos,
J.
Por fin el otoño. Me gusta el verbo "muellear", nunca lo había escuchado.
En el otoño,
los senderos se llenan
de sus colores.
Besos
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