¿Dónde estaba yo si ya los almendros han florecido hace unos días, si anuncian la primavera con la incertidumbre de lo delicado y la sorpresa del que va encogido a sus cosas y se encuentra, de pronto, con la blancura del renuevo? ¿He olvidado ya aquel primer beso debajo de un almendro florecido? ¿La belleza de lo que es cotidiano, la infancia de juegos junto a aquella fila de almendros casi centenarios, las rodillas heridas por la corteza al trepar por su tronco? ¿La levedad del tiempo inevitable?
(Desde el 2008 persigo la floración de los almendros -en realidad desde que me besaron debajo de uno en medio de una espiral de hormigas aladas-, puedes verlo pinchando en este enlace. Recuerda que las entradas se recuperan en orden inverso a su publicación.)
7 comentarios:
Aun me queda unos meses para recoger su fruto.
Tus almendros nos sorprenden cada año y aquí seguimos a recibirlos. Y a las hormigas con alas de tu recuerdo infantil. Por muchos años.
La flor precede al fruto. ¿Y el beso?
Gran recuerdo eso de las rodillas enrojecidas por trepar a los árboles, así era incluso con mis pantalones de pana.
Por aquí también disfruto la floración de los almendros. Ayer mismo en el campo estuve agazapado bajo la copa de uno, pues cerca hay un charco donde suelen darse un chapuzón muchos jilgueros, verdecillos, gorriones, etc. Sin embargo no fui afortunado en los 8 o 10 minutos que estuve esperando con mi cámara; no fue un solo pájaro. O tal vez sí la tuve, estar al abrigo de un almendro en flor… ¿no es una suerte?
Qué maravilla para los sentidos...
Los almendros y leerte.
Supe que mas al norte, Escandinavia, bajo un leve manto, tímido de nieve, están apareciendo nuevos brotes en los arboles. Se anuncian los almendros Pedro.., se vienen...
Bendito sea ese beso y tus rodillas de otrora.
Esas flores de almendro, nos dan alegría, anuncian primavera y todo aquello que sea, salir del túnel del invierno y volver a los días que nos van llevando a esa luz que tanto júbilo nos va transmitiendo.
Besos
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