De niño nos enseñaban los diagramas de Euler Venn, no sé si aún se explican en los colegios. En gran medida, las mentes de los que fuimos escolares en aquellas generaciones se configuraron con esos conceptos cuya expresión en diagramas era tan visual: conjunto, subconjunto, intersección, inclusión, disyunción. Leo ahora que alguna de las diferencias entre Euler y Venn es que aquel no representa los conjuntos vacíos y que este sí. Me cae ahora mejor Venn, capaz de expresar la nada. Regreso a la infancia y me imagino que las regiones vacías son una invitación a adentrarse en lo desconocido. Tuve un profesor de matemáticas que no comprendería esto: los esquemas, para él, representaban una situación inamovible. No inventes, diría, al entregarme el folio corregido con bolígrafo rojo.
Soy, ya lo he dicho, de las afueras. Mi mundo era una de aquellas intersecciones: entre la ciudad y el campo. Hasta aquí la ciudad, hasta aquí el campo y, en el medio, las afueras con su casas molineras, cañadas sin asfaltar, vertederos incontrolados de todo tipo de residuos, transformadores de luz con una calavera en la puerta, olmos con el tronco pintado de blanco, almendros retorcidos, fábricas de pienso, cantinas, cunetas sin alcantarillado. La ciudad creció encima, pero aún encuentro huellas de lo que fue, de lo que soy, porque nunca he dejado de ser de un lugar que no es ni una cosa ni otra. En realidad, aquello no era una intersección, sino un territorio propio.
6 comentarios:
Siempre me gustan esas intersecciones que tan bien describes, hasta casi la sublimación.
Hubo un tiempo en que los libros escolares venían plagados de esos redondeles, solo sirvieron para que los niños no supieran realmente qué era un conjunto. ¿Un bosque? ¿Un rebaño de ovejas? No, esos no son conjuntos, les falta la cuerdecita. Y los docentes enseñaban lo que no entendían. Desaparecieron, entre finales de lis sesenta y los ochenta, nadie los echó de menos. Nos quedamos con la ipalabra ntersección, sobrevivió. Vivimos en intersecciones. No somos totalmente ni de lo uno ni de lo otro. Ni de campo ni de ciudad, viviste en tu barrio una hermosa intersección que no has olvidado, aunque ya no exista. Leo tu entrada y como si lo hubiera conocido
Besos
Yo soy de la generación de "la letra con sangre entra", lo de los diagramas y conjuntos/subconjuntos, me los enseñaron después, apenas recuerdo nada, lo mio era Roberto Alcazar y Pedrín, o el Capitán Trueno con Sigrid a su lado.
Recuerdo perfectamente aquellos diagramas, creo que a partir de ellos preferí el cálculo al álgebra.
Saludos
Estrecho de mente ese profesor.
=(
Quien no haya hecho de una intersección o de una linde o de una ribera un territorio propio desconoce el sentido profundo del habitar.
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