viernes, 17 de noviembre de 2023

Darse un garbeo

 


De vez en cuando conviene darse un garbeo fuera de sí mismo. Como en los tebeos, con las manos en los bolsillos, dando patadas a las latas y silbando a dos carrillos. Conviene abrir bien los ojos. ¡Qué grande el mundo fuera de ti!

Si un día te encuentras a ti mismo, procura despresentarte.

Deja de sorprenderte cuando te miras en el espejo: no eres tú.

Revisar fotos antiguas es adentrarse en ese lado del armario que contiene trajes que ya no te pondrás nunca.

Si te definen, huye.

No hay mayor mentira que uno mismo. Recuérdalo cuando juzgues al otro.

Un grupo de mujeres con vestido flamenco y una sola silla roja. Así debería comenzar una buena historia sobre la extrañeza.

8 comentarios:

São dijo...

Gostei do texto e concordo plenamente : não devemos nunca julgar o outro.


Amigo mio , buen finde y un beso.

Francesc Cornadó dijo...

El mundo fuera de ti es tan grande que no cabe en nuestra cabeza, esta que contemplas en el espejo, esta que es tan pequeña, esta que sólo alberga unos pocos conocimientos y algún recuerdo.
Y cuando juzgues otras cabezas, piensa en la insignificancia de la tuya.
Saludos.

Fackel dijo...

Qué bonita y precisa palabra es garbeo. Me río del uso y abuso que se hace de la francesa flâneur. Mi padre la utilizaba con frecuencia: voy a dar un garbeo. Poco la escucho hoy.

Recomendemos los garbeos a todos aquellos que no saben más que mirarse al ombligo o en la falsa proyección del espejo. Sales a dar un garbeo y la percepción se potencia. Puedes pasar por un lugar por el que pasas con frecuencia y descubres de pronto algo diferente.

Hallar algo mínimo pero diferente es también descubrir algo de ti mismo.

Sir dar garbeo sirve para romper las mentiras, propias y ajenas, recomendemos la sana medicina de ese pasear sin previo plan.

Sor Austringiliana dijo...

De vez en cuando es sano sentirse como pulpo en garaje. La extrañeza nos ayuda a descubrir nuestro yo, mejor que el mejor espejo.

Emilio Manuel dijo...

No es tan extraño ver a un conjunto de mujeres flamencas bailando y tocando palmas mientras la silla la ocupa un cantaor o un guitarrista.
Saludos

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Todos puntas de hilo como para empezar a tirar. Que tengas una buena semana, Pedro. Un abrazo

Campurriana dijo...

Me quedo con tu frase que toca como un cuchillo sobre la piel sensible:

"No hay mayor mentira que uno mismo. Recuérdalo cuando juzgues al otro."

Ele Bergón dijo...

Nos hace bien, el salir de nosotros mismos para contemplar y compartir lo que ocurre a nuestro alrededor.

Es bastante difícil encontrarse así mismo y mucho más despresentarse. Me gusta esta última palabra.

Cuando te miras en el espejo, claro que no eres tú, eres solo un reflejo.

Laa fotos antiguas suelen guardarnos muchas sorpresas.

Las definiciones están llenas de etiquetas.

Mentirse a uno mismo, suele ser lo habitual y el juzgar al otro, no nos acordarmosde de ponernos en su lugar.

La silla roja, ¿quién la ocupará?

Besos