viernes, 18 de agosto de 2023

Barrio húmedo, de Emilio Gancedo

 


En un juego inteligente, en la nota inicial de las guardas de este libro, se afirma que Barrio húmedo (Logroño, Pepitas de calabaza, 2023) es la segunda novela de Emilio Gancedo (León, 1977) después de la más que interesante La Brigada 22 (2019), toda una reflexión sobre la relación de los españoles con su historia reciente. Barrio húmedo es una novela, pero no a la manera convencional.

Los doce relatos que contiene el volumen tienen un espacio común: un barrio popular de una ciudad de provincias con más de dos mil años de historia, desde su fundación como un campamento romano hasta las trasformaciones producidas por la modernidad los dos últimos siglos. Todos ellos están marcados por la presencia de las tabernas y el alcohol que parece regar la historia del barrio y caracterizar a sus habitantes a través de la historia. Las descripciones, la fundación romana, el conjunto de las calles del barrio y la referencia del título nos trasladan inmediatamente al más popular barrio de la ciudad de León, así conocido. Sin embargo, en la intención del autor y en los relatos hay una voluntad de espacio mítico narrativo que, en su universalidad, puede trasladarse a muchos lugares similares de todo el mundo. Esta intención provoca una de las grandes virtudes de este libro: lo que es reconocible como historias más o menos costumbristas (de alguna pueden ser reconocibles experiencias biográficas o relatos locales de tradición oral -o virtud del autor en que así lo parezcan-), se trasforma en literatura de alta densidad narrativa. Barrio húmedo se adscribe a la mejor literatura que, sin dejar de ser local, se convierte en experiencia reconocible para todos los lectores. Por otra parte, esta característica es una de las señas de identidad más auténticas de lo que se ha llamado narrativa leonesa.

Por los doce relatos que tejen esta novela se suceden personajes, historias y ambientes desde la época romana hasta la actualidad, todos ellos con referencia al mismo espacio y centrados en su relación con el alcohol, los locales en los que se dispensan y la gente que pasa por ellos. Gancedo acierta en el retrato de los personajes, también en el de los ambientes, levantando momentos magníficos en los que los giros narrativos interrogan directamente al lector sobre sus creencias o su propia experiencia, así como cuestionan muchas de las normas de convivencia social que nos damos. 

Las historias caminan desde lo truculento hasta el humor, desde el costumbrismo hasta la intimidad, desde la narración histórica hasta lo contemporáneo, desde el relato oral hasta la densidad del lenguaje literario. Todas ellas guardan interés y todas ellas contribuyen a construir la historia de un lugar por el que han trascurrido los siglos, pero conserva su raíz esencial a pesar de los cambios provocados por el tiempo histórico que a veces parece detenerse en el abandono y en ocasiones trasforma todo -lo superficial, la apariencia de los locales y de la vida- en pocos años, porque el verdadero protagonista de esta novela es el espacio que permanece más allá de lo que cambia.

En ese espacio común del barrio húmedo, los personajes caminan, viven y beben sobre las historias de otros que estuvieron antes y parte de su comportamiento no puede entenderse sin ese origen, una especie de condicionante dado por esas calles del casco viejo de la ciudad que pueden sufrir las trasformaciones de la modernidad, pero guardan en los cimientos la historia de lo allí ocurrido. 

1 comentario:

Sor Austringiliana dijo...

El alcohol empapa la vida de tristezaen. Apunto Barrio húmedo, parece muy humano.