domingo, 2 de octubre de 2022

Geometrías azules y escombreras

 


A mi amigo Javier García Riobó le hubiera encantado el simple interés que he tenido en hacer la fotografía que he tomado esta mañana en una de las escombreras que rodean la ciudad y afean las choperas y las márgenes de los ríos. Él hubiera sabido sacar otro ángulo, otro volumen, hubiera acertado con la distancia adecuada. Y todo en un segundo, al paso, en las calles, en los contenedores o en los vertederos, como él hacía estas cosas. Simplemente, veía la fotografía antes de tomarla y con ese acto de ver creaba un nuevo significado. No, lo revelaba. A veces me doy cuenta de que dialogo con él al hacer este tipo de fotografías que ya casi nunca publico aquí, por respeto, quizá porque me falta su llamada posterior para decirme que bien, pero que más cerca o su lacónico comentario en el blog. ¿Qué podría decir aquí, geometrías azules? Parece mentira que no estés desde hace más de un año.
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Hoy me salió el día melancólico. Doy por comenzado el otoño.
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Las escombreras nos resumen.
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¿Cuánto ocuparían todas las cosas que he poseído en la vida si las arrojara a una escombrera? ¿Pasaría el camión del ayuntamiento a recogerlas?
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Un puñadito de tierra basta para una vida. Quizá sostenerlo con la mano abierta, para que lo humedezca el rocío de la mañana o la lluvia lenta de una tarde de otoño.
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Poco a poco, nada.

5 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

¡¡Joder!! si te pones así, podemos pensar en lo poco que ocupa nuestra ceniza cuando la palmamos.

Sor Austringiliana dijo...

La vida resumida en una escombrera, cada uno piense en la suya. Tan geométrica y tan azul...
Aquellas imágenes de Javier, inolvidables.

Fackel dijo...

Es que las escombreras no ayudan precisamente a superar los accesos melancólicos; ánimo.

São dijo...

Gosto de fotografia, mas não tenho sequer as noções básicas...

Gostei desta foto e revejo-me no texto: o Outono aí está , melancólico e com as suas belas cores ligadas ao descair ..

Beso, amigo mio, bom Outubro

Doctor Krapp dijo...

Tengo entendido que el alma pesa 21 gramos. ¿Cuántos contenedores se necesitan para meter dentro todas las almas del mundo? No muchos, la verdad.