miércoles, 31 de agosto de 2022

Gorriones

 


En la bandada cuento nueve o diez, ¡no se están quietos! Gorriones. Van, vienen, desconfiados, nerviosos, me tantean. Les muestro las manos abiertas para que comprueben que no llevo carabina. Van, vienen. Algunos se posan en el respaldo de la silla vacía y me miran picando el aire. No llevo carabina como algunos chavales de mi barriada, no, ni tirachinas, nunca los tuve, ¿lo sabrán?

He leído en el periódico que hoy es el último día de los amores de verano.

Cuando escribo esto, abajo, en el parque, unos niños juegan, gritan, corren, gurriatos casi.

Al pasar por el nogal, he palpado las nueces, aún muy verdes. Si no se acaba el mundo, quizá llegue a tiempo de recoger algunas. Entonces, un poco de requesón, nueces y una cucharada de miel. Sería una lástima perdérselo.

11 comentarios:

María Socorro Luis dijo...


...Gorriones, jugando a esconderse-solo jugando- requesón, nueces y miel. Una libreta, Un boli... Qué mas para una tarde, de casi otoño?...

Saludos.

andandos dijo...

Describes de manera fragmentaria el final del verano y hay cosas que no cambian. Pronto llegará el frío, el de verdad.
Un abrazo

Tatiana Aguilera dijo...

Son tan pequeños y frágiles. En mi país siempre anidaban en las plazas y en cualquier árbol de buena sombra, pero desde que cruzó la cordillera la cotorra argentina han ido desapareciendo...Solo nos queda esperar que prime la cordura ante la locura por el poder y sed de guerra de algunos, así podrás degustar tranquilo tu requesón, con nueces y miel.
Abrazos Pedro

Francesc Cornadó dijo...

Son nerviosos, se acercan y confían. Van a la provisión de su sustento, las migas de pan o de las patatas fritas que han caído al suelo de las terrazas. Ha acabado su trajín amoroso del verano y ahora la calma y la perpetuación de la especie.
Saludos
Francesc Cornadó

Abejita de la Vega dijo...

Qué listos y qué valientes, los gorrioncillos. No deja de sorprenderme como se anticipan a las intenciones buenas o malas de los gigantescos humanos y como sortean a sus competidoras las palomas, las antipáticas del cuento. No, no te veo de niño con carabina o tirachinas. Los gorriones tampoco.

Pronto, las nueces, la dulzura perdida de la infancia.

Emilio Manuel dijo...

Dicen que están desapareciendo de nuestras ciudades, una pena.

Aligera si quieres recoger y probar esas cosas tan ricas, nos amenazan que a partir de este mes el mundo se va a acabar.

Saludos

Fackel dijo...

El mundo en general no acabará. Muchas vidas, sí.

La seña Carmen dijo...

El postre del abuelo.

No especificas si son gorriones o gorrionas, y políticas correctas aparte, uno de mis entretenimientos preferidos es ver si son machos o hembras.

Otro de mis entretenimientos, que ya casi domino, es distinguir aviones, vencejos y golondrinas.

Definitivamente, va de pájaros.

impersonem dijo...

Cuando yo era pequeño había muchos, ahora veo muchos menos...

Habrá amores iniciados en verano que vayan más allá del mismo, supoongo...

El juego de los niños en los parques o en la calle proyecta esperanza hacia el futuro... Aunque se lo vamos a dejar difícil...

Parece ser que no hay que la porción adecuada de nueces por día es de cinco o seis... Esa mezcla que dices sabe muy buena...

Tal vez llegue el día en que un gorrión se te pose (se nos pose) en el hombro...

Abrazo

São dijo...

Sim, são as coisas simples que valorizam a Vida.

Como alguém disse: tanta coisa por fazer ... e esta gente perdendo tempo com guerras!

Gostei muito do texto.

Te abraço, amigo mio

Ele Bergón dijo...

No me hables de bandadas de pájaros, que en este septiembre, no han dejado ni un higo en la higuera y ni una uva en la parra, porque todas las mañanas tanto mirlos, como gorriones y alguna que otra tórtola, picotean a su libre albedrio por el jardín. Sin olvidar las golondrinas que se posan en los cables de la antena.

¡Buf! a saber "ande andarán" los amores del verano.

Ahora, cuando te escribo, esos gurriatos, deben estar soñando con la vuelta al cole y en especial, sus mamás.

De ilusión también se vive, pero este año, creo que ya te lo he escrito por aquí, los nogales de mi pueblo, andan un poco escasos de frutos.

Besos