viernes, 8 de octubre de 2021

El heliotropo y los nuevos sabios.

 


Qué sutileza la de la flor del heliotropo para una planta que tiene un nombre tan bello en su etimología: el giro del sol, como en los girasoles. Aunque luego, la gente no se para en esas cosas y la conoce como verruguera o como yerba borreguera. Quién sabe si porque una denominación es derivación confusamente fonética de la otra o porque tanto sirve para quitar verrugas como para alimentar borregos, que estas herbáceas siempre te dan esas sorpresas. Mientras ando en esas disquisiciones de aficionado, la flor sigue ahí, abierta a la mañana fresca de principios de otoño. Y qué bella.

Si nos perdemos en los nombres, no miramos las cosas, pero luego, para contarlas, cómo nos sirve la palabra exacta, la descripción adecuada.

No sé si han sido las redes sociales las que han impregnado a los políticos y los comentaristas o estos ya andaban en eso y han reforzado la conversación tabernaria de las redes sociales, pero cuánta brocha gorda en los análisis de unos y de otros, que se alimentan mutuamente. He paseado estos días, curioso, por el territorio de un tipo de youtubers y streamers (afortunadamente, hay otros) y salgo asombrado. Jóvenes -ya no tanto- que no saben redactar correctamente los 280 caracteres de un tweet y que se confiesan (la mayoría) orgullosamente fracasados en sus estudiosque han sustituido por un autodidactismo confuso, de baratillo y mezcolanza. Usan una lengua plagada de anglicismos y se apropian de conceptos de los que no saben su correcto significado, pero se indignan fácilmente, defendiendo una visión egoísta y retrógrada de la sociedad que algunos han calificado ya, oportunamente, como neofeudalismo. Incultura y soberbia. Incultura con un altavoz en las manos: predicadores de lo fácil, del insulto lleno de testosterona, del simplismo en provecho propio, de la brocha gorda. Saben que, cuanto más radicales, más fieles tendrán que los visiten (a veces les basta con este alimento para su ego, dado que en la vida fuera de la pantalla no suelen tener éxito) y por cada visita reciben una recompensa económica de esas redes sociales fabricadas precisamente para fomentar ese flujo de visitas derivadas más de las emociones que de la razón. Se creen pensadores y creadores de opinión y solo son sacatripas. Esa tecnología recubre y se nutre de la parte más violenta de nuestro cerebro. No pasan en sus análisis de cualquier cosa de la generalidad, el compadreo y el cuñadismo, vociferan como si fueran los nuevos sabios. Hacen tanto ruido en este nuevo foro, que a los sabios de verdad habrá que buscarlos con el candil de Diógenes.

Y aquí, débil y generosamente bella, el heliotropo.

14 comentarios:

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Podría aportar algo sobre la barbarie virtual y real de las redes, pero prefiero centrarme en esa hermosa flor con tan bello nombre. Un abrazo, Pedro

Emilio Manuel dijo...

Leo que sus raíces se utilizan como sedante, desde luego no te han servido para ello, muy al contrario, se nota tu cabreo.

Saludos

Sor Austringiliana dijo...

Siempre nos quedarán las flores...y la buena literatura. Me viene a la cabeza la Desi, personaje de Delibes en La hoja roja, tan orgullosa de lucir su "rebeca heliotropo", su único lujo., supongo que era un tono de verde... Con la que salgo yo ahora.. Sí, el griterío venenoso de las redes sociales está llegando a unos niveles insoportables. Si esos son los pensadores... Vamos con el heliotropo. Borregos y verrugas morales fuera.

Myriam dijo...

Heliotropo, me encanta esa palabra y , obviamente, también la flor.

¡Qué cosa con eso de el "neofeudalismo" e incultura soberbia, necia y sacatripas!

También a mi me asusta y preocupa, especialmente por mis nietas y los de su generación que tendrán que lidiar con estropajos de ese calibre, ya que sabemos que la ignorancia, soberbia y necedad conllevan aparejadas la envidia, veneno del alma.

Un abrazo y feliz fin de semana.

Paco Castillo dijo...

Heliotropo, hermoso nombre.

Cuando muchos de estos youtubers airean sin pudor su fracaso escolar y/o que no leen un solo libro, el asunto se convierte en un canto de sirena nefasto para los jóvenes; estos youtubers abanderados de la incultura y el nulo esfuerzo escolar están ganando un pastizal, y ese mensaje cala con fuerza a los jóvenes.

Estos días otoñales de mis paseos campestres ya me encuentro con arbustos generosos en escaramujos (el falso fruto carmesí del rosal silvestre), y los llamativos tallos rojos del cornejo.

Es una delicia encontrar una campiña anegada por la bruma salpicada con esas notas rojizas de los arbustos, allí, donde no llega el ruido.

Un saludo, Pedro.

Luis Antonio dijo...

No entiendo de flores. Por eso agradezco las enseñanzas que aportáis algunos.
El nombre de esta flor, sin embargo, no me hace feliz desde el punto de vista acústico...

Doctor Krapp dijo...

Curiosa esa mezcla nominal de pragmatismo y belleza para una flor tan hermosa. Desconocía lo de su uso para las verrugas, tema de mi interés.
Has hecho una descripción estupenda de las redes sociales, es tal cual. A veces me recuerdan aquellos textos que se ponían en las puertas interiores de los servicios públicos aunque muchos de estos tienen mejor poesía.

São dijo...

As redes sociais são neutras , como tudo...O mal vem das criaturas que as infestam com disparates.

Beso e bom resto de domingo, amigo mio.

Edurne dijo...

Hermosa y discreta flor. Pequeña pero grande. Hasta el nombre es bello: Heliotropo, un canto al sol.

Vivimos tiempos extraños, una involución a casi todos los niveles que no sé hacia dónde nos llevará.

Me falta el tiempo y no me da la vida. Ando medio ausente hasta de mi propia vida.
Voy leyendo todas tus entradas desde la última en la que me quedé.
¡Menos mal que tenemos esta Acequia!

Besos.
;)

José A. García dijo...

"Tu no tienes nada para enseñarme, ya me lo aprendo todo solo."

La peor parte es que se lo creen en verdad. En fin.

Saludos,
J.

Fackel dijo...

Qué lamentable es lo que cuentas. Aunque no deambulo por esas redes ratifico que está siendo así, por lo que otros me comentan. En efecto, ya vengo oyendo a voces cuerdas hablar del neofeudalismo. Y encima un neofeudalismo admitido, asumido, participado con conciencia. Estamos en manos de suprapoderes que se basan precisamente en la infraeducación, el radicalismo torpe, la carencia de pensamiento sensato. ¿Serán los botellones unas manifestaciones extremas de la cultura del vacío?

El Deme dijo...

Dichoso de aquel que pasea por el campo y conoce el nombre de las florecillas silvestres que va encontrando en el camino.

Somos Artesan@s de la Palabra dijo...

A esta altura de mi vida me interesa, la buena literatura, la naturaleza, sobre todo cultivar mis plantas, y la buena cocina, adoro cocinar, ya no discuto sobre cosas que no puedo solucionar, política es uno de esos temas que evado, la vida es corta para hacerse mala sangre. Patricia F.

andandos dijo...

Lo de las redes es tremendo. Si nos hubieran dicho hace treinta años que ser inculto estaba bien visto no lo habríamos creído, era imposible.

Un abrazo