En los ajardinamientos cercanos a la marisma se buscaron especies mediterráneas: pinos, algarrobos, olivos. El césped desapareció, la mayoría de los plantones cuajaron, pero aquí y allá surgen algunos olivos secos como Laocoontes. Despojados de las hojas y las ramas, sus troncos muertos se parecen tanto a nosotros que puede dudarse si no son autorretratos.
La mimosa no pudo con el viento del invierno anterior a la pandemia y cayó sobre el sendero, con parte de las raíces al aire. Guarda menos de la mitad de la copa verde y viva, pero sus flores amarillas se mancharán del polvo del camino en el enero próximo. Como está en la parte que ya nadie cuida, los paseantes se han limitado a rodearla, abriendo nuevo paso en curva. Me gusta pensar que respetan la belleza caída del árbol, permitiendo que conserve la esperanza.
Del mundo y de sus ruidos, aquí no hay más noticias que algunas bandadas de aves.
11 comentarios:
Um texto muito sentido e que me disse tanto...
Beso, amigo mio, boa semana
En ese descampado hay un intenso ruido, el silencio.
Saludos.
Los monumentos más sencillos pero profundos, los naturales, me emocionan. Has estado muy acertado con aplicarles el término Laocoonte.
Esos troncos muertos que permanecen erguidos, siempre me llaman la atención porque en su mudez, dicen tanto de la vida....
Las sendas en el campo, las van marcando paseantes imbuidos en sus propios pensamientos.
En la soledad de los paisajes sin transitar, se escucha mucho mejor las noticias que va dando la naturaleza sin contaminación.
Besos
El esqueleto de lo que fue en otro tiempo frondoso manzano adorna extraño el verde suelo del jardín.
Vendrán las serpientes y seremos laocoontes, cometemos la traición de vivir.
Tranquilidad, paisaje abierto y pareidolias en la madre naturaleza...
"se parecen tanto a nosotros que puede dudarse si no son autorretratos" qué acertado!
Un abrazo
Del mundo y de sus ruidos, felicítate de poder huir de ellos, cada vez que tú quieras.
Huir del ruido, escucharse a sí mismo. Hay sitios, pocos, en los que todavía es posible.
Un abrazo
Espero que no se cumpla el refrán: del árbol caído, todos hacen leña...
Besos.
;)
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