lunes, 26 de julio de 2021

La vida sin nosotros

 


Maduran los frutos de los ciruelos asilvestrados. Andan cargadas las ramas de los árboles con estas ciruelas. Unas pocas ya alcanzan el grado exacto entre el ácido, que predomina, y el dulzor de la sazón. Estas se desprendían con facilidad del árbol, tan exactamente esféricas. Sostenidas sobre la palma de la mano, aún sorprende pensarlas tan precisas. Al morderlas, uno se alegra de que hayan iniciado el camino para huir del ser humano.

En el paseo, a las afueras de la ciudad, saltaban los conejos entre las hierbas, huían de la claridad del sendero, hacia las huras. Uno, dos, diez. Alguno se detenía un segundo, como si no tuviera la certeza de nuestro peligro. Resulta curioso un conejo cuando se detiene así, como pensativo. Un segundo, apenas. Luego, retoma la carrera para buscar refugio en la madriguera o en una mata de hierba seca y zarzas.

En estos terrenos fronterizos es fácil de comprender cómo podría ser la vida sin nosotros, que tanto la complicamos.

10 comentarios:

São dijo...

Seria muitos mais fácil, sem dúvida...

Quando falamos em perigo de extinção, penso que o maior risco é nosso : a Terra recupera sempre , como podemos testemunhar.

Abraço, amigo mio, boa semana

Sor Austringiliana dijo...

No pueden andarse en contemplaciones con la especie más peligrosa. Los frutos caerían en su momento, igual, igual, redondos, jugosos.
En el parque vi racimos de rotundas ciruelas rojas urbanas, ornamentales que no asilvestradas, las que no se coman los pájaros acabarán chafadas y pisoteadas. Buen verano.

Emilio Manuel dijo...

Puede que en algún momento el hombre tuviera que intervenir para limpiar y ordenar el monte, vamos que lo mismo que la RAE que limpia, fija y da esplendor, aunque también pienso, que tal y como nos portamos, es mejor que la naturaleza haga lo que tenga que hacer.

Saludos

Fackel dijo...

"Al morderlas, uno se alegra de que hayan iniciado el camino para huir del ser humano." O incluso antes, al desprenderse del árbol vida.

Esther dijo...

¡Qué curioso! ayer mismo por la tarde de caminata comí de un ciruelo asilvestrado y el sabor de las ciruelas aunque eran amarillas y no rojas tenían exactamente el sabor que tú describes. Luego bajando del bosque a la orilla del camino en un prado lindero a la ciudad apareció un conejo que se detuvo unos segundos como si en esa inmovilidad creyese desaparecer a nuestra vista y al ver que no era así salió corriendo a perderse entre la maleza. Me dio tiempo a hacer una foto que no sé si logró captarlo porque no la he mirado todavía. Te lo cuento porque te leo y es como si la vida fuera maravillosamente un continuo acto de repeticiones y sin embargo cada acto es único. Un abrazo.

Ele Bergón dijo...

Estas ciruelas asilvestradas que huyen del ser humano se comportan, como esos conejos que corren atravesando nuestros caminos, deteniéndose ante nuestra mirada, el tiempo exacto para que no seamos sus dueños. Algunos no calculan y acaban su vida debajo de la rueda de un coche.

La vida sin nosotros es muy posible que seguiría su curso sin interferencias.

Besos

María dijo...

Es cierto que somos nosotros quiénes complicamos la vida, tal vez sin nosotros, la vida tendría otro color más natural y bello.

Me encanta leerte de nuevo.

Besos.

Edurne dijo...

Todo lo complicamos, es cierto.
Me acuerdo ahora de aquellas imágenes del año pasado, en pleno confinamiento, cuando la naturaleza se vio, por un momento, dueña y señora del mundo...

Un gustazo volver a leerte, Pedro.
besos.
;)

María Pilar dijo...

Los ciruelos están frondosos y cargados de ciruelas. Unas son amarillas y otras claudias. Él las cogía en pequeñas cestas para que las probásemos. Al morderlas un jugo delicioso nos llenaba la boca. Ya nadie las coge y caen al suelo donde se revientan y expanden un líquido dulzón y pegajoso por la tierra. Un conejo ha saltado ante mí mientras escribía esto. ¡Ahí está otro! Corren por el jardín como por un campo de hierbas altas. Ya no está el que lo cuidaba.
Un saludo, Pedro.

Edurne dijo...

M3e encanta la foto, y las ciruelas, que están diciendo casi suplicando que las comamos.
;) ;)

¿Cómo sería la vida sin nosotros? Fácil de imaginar...
;)