Aquel poeta hablaba siempre en aforismo para ocultarse en los silencios, a los que tanto alababa en sus escritos. Incluso en las entrevistas que concedía o forzaba. Cada vez más corto, para tapar sus problemas con la sintaxis. Su objetivo último era que todo un poema se redujera a un sintagma. Era la mejor manera de ocultar que no tenía nada que decir. Como en la película Bienvenido Mr. Chance (Being There, 1979), todo lo que pronunciaba, siempre de forma fragmentaria, nacía de la observación e imitación directa, nunca de la meditación. Los que leían sus obras llenaban aquellos huecos de una manera o de otra, porque sus frases servían para una cosa y la contraria, una vez desarrolladas. A la manera del protagonista de El licenciado Vidriera, no hubiera sido tomado en cuenta de otra manera. Su fama definía más la necesidad de sus lectores que a sí mismo. Sin la inocencia del personaje de Peter Sellers, se encontró de pronto en una situación en la que solo podía obtener el Premio Nobel o terminar en un asilo, abandonado por todos al darse cuenta de que estaba desnudo.
8 comentarios:
Al final, la palabrería vacía se la llevará el viento.
Ese atado de la foto parece sujetar una chapuza.
Hay aforismos y autores de aforismos que son monumentos literarios. Te dejan saciado, pero siempre sigues pidiendo más. ¿Por qué será?
Los silencios para mí son refugio. Cuando no tengo nada que decir... nuca me fuerzo a lo contrario, ya fluirán las palabras.
Un saludo, Pedro.
Mejor ser conciso que deslenguado sin nada que decir.
Auguro otra posibilidad: que se haga gurú de una secta New Age.
Existem tantas criaturas lançando palavras vazias aos nossos pobres ouvidos, amigo mio....
Besos, bom domingo
¿Y los que reciben el premio Nobel no lo hacen por que ya están en el asilo?
Saludos,
J.
El expresar de forma concisa un principio coherente, creo que es bastante difícil de alcanzar. Uno de los que más me gustan e JRJ.
Te dejo uno de este autor que habla precisamente de los olvidos:
El olvido no pierde nada, todo lo atesora. Y si merecemos la memoria, ella nos dará la llave del olvido.
No me olvido de los besos que ahora están tan restringidos.
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