Durante el confinamiento de la población del año pasado, me preguntaba si cuando saliéramos a la calle ya apuntaría la candela en los castaños de la sierra. El pasado fin de semana, pude comprobar que inicia su esplendor anual. Tiene vigor en el árbol, aún verde. Antes de alfombrar el monte, huele a candela la sierra. Sin embargo, hay algo en mí que se quedó confinado. No sé bien qué, ando en su descubrimiento.
Desde que fue posible salir y organizar actos culturales en mayo de 2020, no he cejado en ese empeño mío de contribuir en la divulgación de la cultura, un empeño cargado de la ingenuidad de quien piensa que así se contribuye a un mundo mejor, hallar posiciones de encuentro, alejadas de la crispación. El pequeño grupo de personas que trabajamos en Valladolid Letraherido hemos perseverado durante un año en el que nadie lo hacía. A veces, por temor, en otras ocasiones por no disponer de unas instalaciones adecuadas o un protocolo que lo permitieran, quizá en otros casos el no hacer se haya debido más a la comodidad. Quiero rendir homenaje agradecido a todos: a Paz Altés, codirectora del programa, a Javier Calaveras y a Clara Cuadrado, sin los cuales nada de esto hubiera sido posible. También a los que los han sustituido en algunos momentos y a los técnicos de informática que nos han permitido difundir los actos a través de las redes sociales y las guías de la Sala de exposiciones de la Casa Revilla, cuya programación nos ha sido encomendada. Siento no tener aquí sus nombres y no quisiera olvidarme de alguno de ellos. Por supuesto, mi agradecimiento a todos aquellos escritores, editores, libreros, artistas, profesores y expertos que han depositado en nosotros su confianza durante estos meses; a las personas que han colaborado con nosotros desde las instituciones con las que hemos establecido cooperación habitual: el Instituto de la Lengua de Castilla y León y la Universidad de Valladolid, fundamentalmente. Y a Mayca, que me acompaña en esta aventura tan peregrina.
Y mi especial agradecimiento al público que nos ha seguido. A todos los que se han conectado a través de las redes sociales, ofreciéndonos picos de audiencia que a nosotros mismos nos sorprendían y una constancia en las visitas y en los comentarios muy reconfortante. Alguno de los asiduos me escribió reconociéndome que esperaba las tardes de actividad para conectarse desde casa, proyectar la imagen en el televisor de su casa y asistir a una hora cultural acompañándose de un aperitivo. No quiero olvidarme de las personas que acudían presencialmente, que salían de sus casas para acompañarnos cuando las calles se encontraban casi desiertas. Tuvimos que adelantar los actos para cumplir con el toque de queda y no disfrutar de la tertulia que solíamos establecer después de cada acto con los participantes. Hemos garantizado la seguridad sanitaria con un estricto protocolo: desinfección de la sala, ventilación adecuada, mascarilla, higiene de manos, separación entre personas y, sobre todo, mucho sentido común. Un mínimo de tres actos culturales a la semana se han podido celebrar gracias a todo esto.
Quiero recordar que durante la ola de la pandemia que vino a partir de enero, hubo mucho temor, más incluso que en los meses anteriores, que todos los mencionados vencíamos cada día para acudir a la Casa de Zorrilla o a la Casa Revilla, en donde se han realizado las actividades. Esto solo es posible con una alta conciencia de que no debíamos parar la cultura en vivo y teníamos que seguir ofreciendo un lugar para que los escritores pudieran difundir sus libros en tiempos en los que esto ha sido tan difícil. Ahora, que parece que caminamos rápidamente a la normalidad y se celebran más actos y en algunos impera la desmemoria o el desagradecimiento de lo que se ha realizado en tiempos tan duros, me alegra ver que se abren más espacios culturales, que se celebran en otros lugares actividades y que poco a poco retorna el pulso de la vida. Por fortuna, son inmensa mayoría los que han agradecido, acompañado y apoyado nuestro trabajo. La cultura no es competencia, sino acumulación, superposición y mezcla. Nunca he entendido la rivalidad entre grupos o espacios culturales, el cierre sectario de las actividades por ideologías, estéticas o intereses. Quien lo entienda así, quien trabaje por confrontación, rivalidad o recelos, se equivoca y hace mucho daño al progreso de la sociedad.
No escondo que he terminado este curso fatigado y que esto ha provocado cierta irregularidad de publicación en este blog, así como el incumplimiento de algunos compromisos. Ser consciente de todo lo que significaba mantener abierto Valladolid Letraherido en las circunstancias del año pasado, acumulando trabajo sobre las dificultades de mi labor como profesor en tiempos de pandemia, termina pasando una factura de cansancio, pero me satisface haber cumplido y conocer el verdadero temple de mis compañeros en esta aventura.
El miércoles de la próxima semana, el programa Valladolid Letraherido termina el curso normal. Acogeremos durante el verano algunas de las actividades que se celebren en el Jardín romántico de la Casa de Zorrilla (un magnífico espacio de cultura veraniega en la ciudad), pero después del acto del día 30 de junio, nos tomamos un relativo descanso en julio y agosto.
Gracias a todos.
12 comentarios:
"Nunca he entendido la rivalidad entre grupos o espacios culturales, el cierre sectario de las actividades por ideologías, estéticas o intereses. Quien lo entienda así, quien trabaje por confrontación, rivalidad o recelos, se equivoca y hace mucho daño al progreso de la sociedad."
Clave esto que dices, con lo que estoy de acuerdo. Así que ahora un descanso de desconexión para reponer fuerzas, Pedro.
Gracias por vuestro esfuerzo para mantener el fuego sagrado de la cultura, las de una seguidora virtual que, en muchas ocasiones, os seguía a trozos. Al final, recomponía, sí.
Por estos lares la pandemia ha servido de excusa para eliminar la cultura o simplemente para promocionar espectáculos cutres y caros y ahora con el Festival de Música y Danza digo lo mismo pero añado dedicado a las élites, antes madrileñas y granadinas, ahora, gracias al bicho solo granadinas.
Saludos y a descansar
Felicitar a todos este estupendo elenco de profesionales y sobre todo a ti, por tus aportes y sobre todo por tu información.
Comparto ,que la cultura, no es confrontación: todo lo contrario ,es saber apreciar y sentirla.En estos momentos, por las circuntancias se ha puesto aprueba :que sin vocación no hay resultados....-Ha sido un curso duro para todos hoy finalizamos las clases ;pero hasta mediado de julio tenemos trabajo solo los profesores.
Un abrazo y un feliz verano.
Felicitar a todos este estupendo elenco de profesionales y sobre todo a ti, por tus aportes y sobre todo por tu información.
Comparto ,que la cultura, no es confrontación: todo lo contrario ,es saber apreciar y sentirla.En estos momentos, por las circuntancias se ha puesto aprueba :que sin vocación no hay resultados....-Ha sido un curso duro para todos hoy finalizamos las clases ;pero hasta mediado de julio tenemos trabajo solo los profesores.
Un abrazo y un feliz verano.
La semilla ya está sembrada y la cosecha es abundante en acciones y encuentros.Satisfechos.
No tengas ninguna duda. Difundir la cultura es contribuir a hacer un mundo mejor.
Graças a ti e equipa pelo excelente trabalho e por continuares acreditando na importância da Cultura.
Amigo mio, beso e bom fim de semana
Felicidades por el esfuerzo y no desfallecer porque los resultados no sean siempre los apetecidos. Necesitaremos años para saber lo que fue todo esto y aún estamos en plena convalecencia dolorosa.
Teniendo en cuenta la coyuntura que estamos atravesando, yo pienso que es un balance muy positivo y de mucho mérito para quienes lo habéis materializado... enhorabuena...
Abrazo
¡Qué gran obra, esta de difundir la Cultura!
Y te comprendo, también yo estoy agotada. Muy agotada.
Y con una movida muy fuerte.
Y esperemos que estos tiempos de pandemia
terminen en algún momento.
Besos x2
Han sido y son, estos dos últimos años tan distintos y especiales..., pero gracias a ti y a otros como tú, la cultura se ha empeñado en seguir y qué bien que lo haya hecho, y reitero las gracias por vuestro esfuerzo, pues no ha sido ni es fácil, seguir saltando obstáculos.
Espero que la historia lo recoja para que otras generaciones sepan de las dificultades que se sortearon en este tiempo de pandemia, donde los libros y su difusión siguieron su curso.
Besos
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