lunes, 10 de mayo de 2021

A las diez, en la cama estés

 


¿Cuándo descubre uno que ha estado llamando margarita a la manzanilla, libertad al egoísmo, amistad al interés cruzado, criterio propio al asentimiento y sociedad al adocenamiento? Pobre margarita, que ha dado pétalos a los amantes que la mutilaban.

Al loco de la Cuesta del Adanero le vestían con una camisón largo, como era costumbre. Se sentaba en la cuneta, a ver gente, ofreciendo al que pasara agua fresca de un botijo que rellenaba en una fuente cercana, situada al inicio de la finca. Al que saciaba la sed, le preguntaba la hora. Para él, siempre eran las diez. A las diez, en la cama estés, si puede ser antes, mejor que después. Mi padre me contaba que el loco era de buena familia.

En Simancas nace la carretera de las Maricas, por los pájaros, digo. Une esta villa con Tudela de Duero y siempre ha sido de transitar amable entre pinos, ríos y arroyos, salvo ahora, que se ha convertido en vía rápida para circunvalar la ciudad. Un verano la recorrí a pie, cuando los puestos de carretera mostraban melones y sandías que se vendían a la cata y no por el sonido, tal era la seguridad del frutero. Desde Simancas hasta Tudela de Duero da para pensar mucho. Se pone uno a caminar a la fresca y cuando se llega a Tudela se ha arreglado la vida. O se ha perdido para siempre. Por el camino, paso a paso, las botas dejan atrás muchas cosas.

9 comentarios:

Sor Austringiliana dijo...

Por aquí tampoco faltaban locos de buena familia, formaban parte del paisaje urbano. Sin camisón, eso sí. Los locos y sus esteriotipias intrigaban a los niños. Nos decían que había sido una meningitis o la guerra. A las cosas se les suele cambiar el nombre.

Sor Austringiliana dijo...

Estereotipias, las de los locos.

La seña Carmen dijo...

Precioso texto para acompañar nuestros propios pensamientos.

Doctor Krapp dijo...

Me gusta esa forma que tienes de caminar a lo antiguo sembrando el sendero de palabras.

María dijo...

Mi madre también solía decir ese refrán, me has traído recuerdos, Pedro.

Un abrazo.

Ele Bergón dijo...

Cuando nos vamos acercando a la verdad, descubrimos las mentiras en las que nos hallábamos metidos. Quizás la verdad sea la eliminación de las mentiras.

Dicen que " los niños y los locos, siempre dicen la verdad", otra paremia que bien pudiera ser cierta.

La veces que he estado en Simancas, nunca he visto a las Maricas, esos pájaros negros con cola larga y manchas blancas también llamados Picazas, puede que sea porque que mis visitas fueron por carretera o quizás iba pensando en los documentos a encontrar o encontrados y no reparé en ellas.

Besos .

Alimontero dijo...


NO encuentro el sentido de estar cambiando el significado de las cosas...
Vivimos en un mundo hastiado de todo esto... yo creo que el "bicho" nos hizo un favor, y perdona la crudeza. De cualquier forma ya no somos los mismos ni las cosas volverán a ser como era... gracias a Dios!...

Gracias Pedro,
beso,
Ali

XuanRata dijo...

¿Sabes cuando las palabras tienen el mismo peso y el mismo ritmo que lo que se cuenta? Pues eso, un placer para los sentidos y para la razón.

andandos dijo...

Andar cambia las cosas, todo se repiensa más veces y la naturaleza relativiza todo. Nos damos cuenta, aludiendo a lo que preguntas al principio, cuando no nos engañamos nada, pero eso sucede muy pocas veces.

Un abrazo