domingo, 28 de marzo de 2021

Jacintos y ludotecas sin ley

 

Los jacintos brotan en las cunetas, a ambos lados del camino. Por aquí, el campo tiene gotas de sangre azul y malva en toda la sierra, algo de amarillo. Tiene el jacinto la delicadeza de las cosas más frágiles, pero motea el paisaje de belleza.

La fragilidad humana tiene otra densidad en estos tiempos. Un barco ha taponado el canal de Suez y deja en evidencia la debilidad real de una parte del progreso que ha especializado el mundo en sectores productivos. Tenemos todo a miles de quilómetros.

En España, por ejemplo, hay quien quiere especializar una parte del territorio convirtiéndolo en ludoteca sin ley para los que echan de menos la fiesta perpetua. Para eso trabajan, dicen. Si no pueden venir, parecería que nos arruinamos. Con este ruido no nos da tiempo a pensar soluciones mejores.

11 comentarios:

Fackel dijo...

Haces comentarios transversales (como se dice ahora) Está bien. Los jacintos me hacen pensar en el arte de la pintura, al cual la naturaleza le hace una buena parte del camino (colores, formas, contrastes)

Lo de Suez entre el drama y la risa. Para concluir en lo que dices bien: la fragilidad, los límites, la tendencia a sortear sin cálculo (o por una manera de enfocar los cálculos de un sistema que ya no sabe ni regenerarse salvo en las grandes catástrofes, y ni eso)

Ludoteca: al ver esta mañana la foto de portada de El País a esa gente joven que no sé si va de limbo o de incapacidad egoísta para distinguir el bien y el mal en plena pandemia de salud y de economía he sentido arcadas. No quiero decir más.

Sor Austringiliana dijo...

La ludoteca y su danza mortal no entiende de campos salpicados de jacintos color Semana Santa. Danzad, danzad, malditos. Los buitres no han de parar su vuelo macabro. El virus puede hacer sonar las cajas, adelante con los faroles.

Emilio Manuel dijo...

¿Pensar?, aquí se piensa poco, en un mundo globalizado unos pocos, muy pocos, piensan por el resto, es más cómodo.

Saludos

© Lucía Conde Parmés dijo...

Esos jacintos dan una cierta esperanza ante todo lo demás...

Mil besos.

Myriam dijo...

Me quedo con tus jacintos...

Besos

São dijo...

O Turismo é importante, sim, mas tem que obedecer a regras, obviamente. Aqui se passa o mesmo, infelizmente.

A Humanidade é tão frágil, mas tão soberba, Pedro, que fica cega, surda e muda face à realidade crua ...

Beso, boa semana

Rita Turza dijo...

Me quedo con la belleza de los jacintos, de momento no puedo pensar en nada más.

Gracias por tus letras, Pedro.

Un abrazo enorme.

Ele Bergón dijo...

Pedro, te diré que me han llamado la atención estos jacintos silvestres porque son distintos a los que nacieron en mi jardín, al principio de la primavera, de los bulbos que planté hace ya unos años y que siempre vuelven con sus flores moradas y también fucsia. Pueden coincidir en el color, pero no en la forma.

La especialización del progreso tiene sus problemas y algunos muy, muy gordos como este del canal de Suez.

No te puedes imaginar cómo se encuentra Madrid, lleno por todas partes. El sábado fuimos al Retiro y aunque siempre está lleno,entre que hay obras y sitios perimetrados...era difícil caminar y las terrazas, todas llenas. Tenemos una presidenta que además jalea todo este jaleo. No sé ni cómo somos capaces de sobrevivir a esta pandemia.

Besos



Neogeminis Mónica Frau dijo...

Rescatemos los jacintos.
=)

Luis Antonio dijo...

Espero que el episodio del barco provoque enseñanzas positivas.

andandos dijo...

En el monocultivo del turismo se podía prever algo de lo que nos pasa.
En parte es una economía basada en lo superfluo.