jueves, 10 de diciembre de 2020

Osiánica

 


Cuentan que las lágrimas que Malvina derramó al tener noticia de que su amado había fallecido en combate, convirtieron las flores moradas del brezo en flores blancas. No acaba ahí la leyenda, puesto que la joven deseó que aquel brezo blanco trajera buena suerte a quien la encontrara. Desde entonces, los enamorados lucen ramas de esta planta en los ojales y las prenden en sus vestidos. El llanto que sana y trasforma. Transitar por el dolor para depurar las emociones. A este brezo de la sierra le faltan unos meses para florecer al principio de la primavera. Regresaré entonces para tomar una ramita y ponerla sobre mi pecho, quizá las lágrimas de aquella joven despejen las últimas nubes del invierno.

Si destruimos la naturaleza, cómo salir del dolor.

Rama de brezo blanco
florecido en la verde
condición de tus ojos.
¡La sierra se hace abril
a pesar del invierno!

Cómo salir de mí para encontrarte.

© Pedro Ojeda Escudero  (2020)

6 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

¿Cómo salir de mí para encontrarte?, muy sencillo, moviéndose, siendo valiente.

Sor Austringiliana dijo...

Diciembre puede ser abril y abril diciembre. El brezo siempre lo conocí morado..

Rita Turza dijo...

Qué bonita entrada Pedro, gracias.

Un abrazo enorme.

María Pilar dijo...

Dicen que el tiempo está loco, yo me quedo con esta bonita leyenda que no conocía y, sobre todo, con la ternura y la emoción que la envuelve con esas lágrimas sanadoras.
¡Qué mejor deseo para estas fechas que ese brezo blanco que trae la suerte!

andandos dijo...

No conocía el cuento, que me parece muy bonito. Mucho invierno queda todavía, sí.

Un abrazo

Ele Bergón dijo...

Es verdad, si algo es capaz de transformar, lo malo en lo bueno, es precisamente el amor. Y eso vale para las personas y también para la naturaleza que está implícita en ese amor.


Besos