Recojo aquí la gozosa noticia de un nuevo libro que me llega de mi querido Ayamonte. La pandemia causada por la COVID-19 ha alterado en el mundo gran parte de las presentaciones de libros, lecturas poéticas y otros tipos de actos relacionados con la poesía. La activa vida cultural de las tierras del Bajo Guadiana ha sufrido también estas limitaciones sociales derivadas de la epidemia, a pesar de que por allí la incidencia ha sido notablemente más baja que en otros lugares de España. Pocas han sido las ocasiones que han tenido aquellos amigos para reunirse en público, pero el impulso de María Luisa Domínguez Borrallo (poeta comprometida, personal y muy activa) convocó la reunión "Ocho en juego" el pasado 11 de septiembre, con la colaboración de José Luis Rúa y el apoyo de los responsables del Alcaraván Bar ayamontino, espacio con peso propio en la vida cultural de la localidad.
De la manera mencionada, en la noche del 11 de septiembre de 2020 se juntaron ocho poetas de diversas estéticas y procedencias para conjurar el virus y los malos recuerdos que trae siempre esa fecha: María Luisa Domínguez Borrallo, Germán Terrón, Felicidad González, Francisco Javier Sánchez, Ana Deacracia, José Luis Rúa y Eladio Orta. Lo que tenía tan buenos principios solo podía dar buenos resultados, como sucedió. De aquel encuentro parte este libro publicado con la coordinación de José Luis Rúa para el sello editorial Wanceulen Poética, maquetado extraordinariamente por Antonio Garrido. Para este libro me solicitó José Luis Rúa un saluda a los poetas allí reunidos. La epidemia y las obligaciones laborales me impidieron encontrarme allí entre el público y celebrar con ellos la vida y la poesía, que viene a ser casi la misma cosa. El texto encabeza el libro, por la generosidad del coordinador y aquí debajo lo copio.
Sigamos insistiendo en la cultura y el encuentro como resistencia vital.
A los poetas de Ayamonte.
La
poesía nace con vocación de los otros. A ellos va decidida, porque sin el
encuentro nunca será nada más que palabra estéril. La poesía nace con vocación
de ser compartida, de pasar de mano en mano, de boca en boca, de ser usada
entre todos. Nace tímida, valiente, lírica, ruda, comprometida, sencilla,
hermética, etérea o piedra, pero nace para que circule entre todos y que sea
guardada como un tesoro público más poderoso que los depósitos de oro de los
bancos.
Los
poetas amigos de Ayamonte, de uno y otro lado del Guadiana turquesa, de donde
la tierra se hace marisma sabia, os habéis vuelto a unir en las calles para
celebrar la vida y la poesía, que es lo mismo. Siento no estar entre vosotros, pero
lo estoy, siempre llevo conmigo lo que hemos compartido en esas calles, en esa
luz, a uno y otro lado del río grande que ya es mar, que es donde acaban todos los poemas para terminar y comenzar el ciclo de las cosas importantes.
Os
saludo.
7 comentarios:
Felicito a los autores, poetas, editores y organizadores de estos actos. Admiro su entusiasmo por esta labor en tiempos adversos. Si no fuera por actos como el que mencionas casi todo estaría perdido.
Saludos
Francesc Cornadó
--Alcaraván comí.
--A otro tonto, que no a mí.
La palabra alcaraván ya es poesía. Sería un feliz encuentro, virtual o real.
Alcaraván.
Totalmente de acuerdo a esa resistencia vital y tan necesaria para seguir alimentando la cultura...
Mi enhorabuena a todos porque es necesario ir alimentando estas metas.
Un abrazo feliz finde
Enhorabuena y felicidades a todos los implicados.
Y un abrazo para tí.
¡Qué magnífico encuentro nos perdimos!...pero si cabe más ganas quedan de esperar el próximo.
Me alegro mucho de que la cultura compartida siga en algunos lugares, que falta nos hace a todos. Un abrazo!!!
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