La sierra ya es todo otoño, jugando a los matices del verde, amarillo y tierra. A eso de las seis de la tarde recibe la luz de la puesta del sol como la caricia lenta con la que se despiden dos amantes. El Cuerpo de Hombre baja ya frío y el rumor del agua no es el mismo de la primavera, más solemne este que aquel, que parecía correr festivo y despreocupado. Parece mentira, pero este río aún me sorprende con lugares que no conocía por estar a la espalda de las naves industriales por las que entra en la ciudad.
Es curiosa nuestra relación con los ríos. Establecidos los poblados en sus orillas para el abastecimiento del agua, cuando las ciudades se modernizaron dieron la espalda a los cauces y los ensuciaron, como si se avergonzaran de tenerlos tan cerca.
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La mejor definición del otoño son las hojas caídas de los robles mezclándose con el barro de los senderos.
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Hay algo que me impide asirme a este otoño. Tengo la sensación de que todo es como la quebradiza hoja seca del plátano.
Percibo el desasosiego de lo inevitable.
10 comentarios:
Todo pinta mal, pero el otoño está aquí. Iremos a los parques, la naturaleza domesticada y puede que tenga que aprender de nuevo a mirar
Ánimo, a pesar de todo.
Es inevitable, los colores de otoño que tanto nos gustan se ahogarán en el barro. Salimos ahora y nuestros ojos atrapan un buen dechado que nos ha de durar todo el invierno. Va a ser muy duro.
Este confinamiento perimetral me ha robado una visita al otoño que muestra la vereda que camina paralela al rio Genil hasta el pueblo de Pinos también confinado, no he podido ver las hojas caídas, los múltiples colores de otoño, el rocio con su vapor saliendo de la tierra, esto me lo ha robado la pandemia, ¡¡maldita!!
Las hojas caídas acaban pudriéndose y forman un humus que nutrirá la vegetación. En primavera podremos comprobar que estos ocres de otoño se habrán convertido en pétalos carmesí.
Salud
Francesc Cornadó
Será para todos diferente querido Pedro...cambios, metamorfosis nuevamente, ya no solo la madre naturaleza nos lo recuerda, sino los tristes colores que la vida nos está mostrando...es duro, sin embargo a vida sigue, nos sigue invitando a vivir, sea del modo que sea.
Ojalá las autoridades tomen la experiencia de Europa y nos pille mejor parados.
Te abrazo otoñalmente mi querido Pedro,
Ali
Hay que luchar con uno mismo para no dejarse vencer por el miedo. La familia, las paseos y los libros ayudan pero cuando nos despertamos el covid sigue ahí. Y ayer, en Burgos, nos asaltaron los jóvenes vàndalos descerebrados. En fin.
De esta saldremos. Por eso recomiendo disfrutar este otoño con la mayor positividad posible. Cuando todo pase, yo guardaré en mis recuerdos de un modo en especial este otoño 2020. Me está enseñando tanto, estoy aprendiendo tanto. Hay que ir con los tiempos que nos tocan vivir, ¡pues eso vayamos!. Abrazos para todos y en especial para ti Pedro.
El otoño y sus colores, lo disfruto pero menos. Hay algo que nos impide ir de acá para allá, buscando los distintos amarillos
mientras observamos el agua de sus cascadas. Parece ser, que en estos días, nos va faltando la libertad.
Besos
Lo que ha de ser, será. Y lo será más allá de nosotros mismos,
entonces ¿por qué preo-ocuparse? y sólo ocuparme con lo que realmente puedo hacer.
Imagino lo bello del otoño en Bejar con esa nnaturaleza fantástica que tiene.
Besos
La vida, dicen " no es más que un largo y caudaloso río tranquilo"... imagino que en aquella época no había aviones... con sus temidas turbulencias ;)
Besos, Pedro.
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