lunes, 28 de septiembre de 2020

Un cerdo buceando. Pensamientos de la extrañeza.

 


Es tan extraño ver un cerdo buceando como un cerdo volando. Y sin embargo...
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De niño, jugaba a dejarme ir caminando sin dirección fija. A veces, me prometía llegar hasta la esquina siguiente, solo por la curiosidad de que pasara algo. Pedía a la vida grandes sorpresas, algunas de las cuales me provocaban temor. Fabulaba que se abriera el asfalto y surgieran demonios, que los árboles sacaran sus pies de la tierra y caminaran. De joven, el sentido de aventura se agudizó y quería que en la siguiente calle pasara algo que me hiciera protagonista de la historia. Cuando llegaba a la esquina, descubría al empleado municipal regando la calle con la manguera, a unos niños jugando al fondo de la calle, un dependiente despidiendo a los clientes a la puerta del establecimiento. He tardado, pero al final he comprendido que lo más extraordinario es siempre la vida cotidiana. En ella se esconden todas las aventuras.
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A veces me siento en el banco de un parque y me parece que el mundo está bien hecho.
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Parece que el fenómeno poético del micro abierto está cayendo. Antes de la pandemia, incluso: los que lo promovían no soportan que cualquiera lea en ellos.
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Le gustan los poetas malditos porque así podía asistir a su autodestrucción en cuerpo ajeno.
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Hoy no he visto ponerse el sol, ya estaba en la noche.

10 comentarios:

Francesc Cornadó dijo...

"Lo más extraordinario es siempre la vida cotidiana", lo comparto, en ella está el universo alcanzable, el nuestro.
Bellas reflexiones, amigo Pedro.
Francesc Cornadó

Emilio Manuel dijo...

Desde hace tiempo vemos volar cosas muy raras, las buenas ideas se marchan volando y queda las inútiles y estúpidas.

Berta Martín Delaparte dijo...

¡Lo tuyo es un compendio de tantas sensaciones!
El día de hoy es lo que tenemos, disfrutémoslo.✔💚

Sor Austringiliana dijo...

Los cerdos bucean si encuentran suficiente líquido elemento.
La vida nos sorprende y la realidad supera lo que podamos imaginar.
Son malos tiempos para todas las líricas.

Fackel dijo...

Las únicas certezas están en la vida cotidiana, o mejor, en la cotidianidad del día a día. Porque el tiempo cuenta.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

El poder de asombrar no está en las cosas, sino en quien las contempla. Que nunca nos falte esa capacidad para sorprendernos.
Un abrazo

Alimontero dijo...


Que la creatividad te siga acompañanado querido Pedro.
Beso,
Ali

LA ZARZAMORA dijo...

El mundo está bien hecho, los deshechos somos nosotros.

Besos, Pedro.

Ele Bergón dijo...

¡Beato sillón!...El mundo esta bien hecho. Te acordaste de tu paisano.
Los recuerdos de la infancia, nunca se olvidan aunque la memoria pueda distorsionarlos.
Besos

Myriam dijo...

Con eso de caminar sin rumbo de chico, me recordaste la vez que en el campo yo quería caminar derechito hasta el horizonte y mi abuelo desesperado detrás llamándome a pulmón partido y tratando de alcanzarme.

Tienes razón en eso de que las pequeñas delicias de la vida, están en lo cotidiano. Nunca perdamos la capacidad de asombro. Y agradecimiento por los dones que a diario recibimos, más allá de todo lo demás que vende mucha prensa.

Besos