Me voy unos días del lugar que me ha amparado estos meses, como si fuera mi primera salida al mundo. Ayer, desde la peña de la Cruz, miré la ciudad y me giré para ver desde allí arriba todo el horizonte que se me presentaba. Abajo, la ciudad alargada parecía confiada después del azote del virus. Nadie puede estar tranquilo, pero Béjar se me presentaba acogedora y el mundo más allá, tierra desconocida.
12 comentarios:
Terra incognita, Pedro. Y empiezas otra aventura. Qué cantidad de nuevas experiencias que nos está trayendo esta pandemia, rompiendo nuestras expectativa y nuestros esquemas, rutinas y modos de ver y sentir. Cuídate
Un abrazo
El viaje iniciático.
Y te quedaste en ese paisaje interior para siempre. A por el mundo desconocido, con cautela.
Precisamente por desconocida, es más hermosa.
Bieeen, tu zona de confort... eso que se dice ahora tanto :D
Habrá que recomenzar, descubrir el mundo como cuando dimos nuestros primeros pasos.
Bien por ti.
Aún por estos lares no lo podemos hacer...100 días, 100 incógnitas, incertidumbre, pero hay luz al final del tunel.
Sin embargo, hay que romper el confinamiento. La vida sigue aquí y allí...
Cuando descubras que la terra ignota la conocías de sobra...
Todo irá bien.
Te vas físicamente, pero toda la experiencia vivida, quedará contigo y volverás a ella, renovado, como todos,y deseo que sea para compartir lo buenos momentos.
Besos
Tienes razón en el título... es así...
Bueno, entre el aquí y el allí aún puedes disfrutar de los dos lugares, además pienso que ambos te acompañan do quiera que vas...
No conozco Béjar, pero me han hablado muy bien de esas tierras...
Abrazo
Buen viaje y feliz estancia en Valladolid o
a donde quiera que vayas.
Besos
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