martes, 16 de junio de 2020

Abedul


Dicen que la puerta del paraíso está guardada por abedules. Tras la expulsión, sus cortezas se llenaron de textos escritos en una caligrafía enigmática. Habíamos perdido la capacidad para entendernos. En realidad, no fue el trabajo el castigo bíblico.
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También dicen que Azrael recoge las almas de quien llega a la última fila de abedules, sin mostrar piedad alguna. No es cosa de él juzgarnos, solo el trámite de conducirnos. Azrael es un funcionario que no siente fatiga.
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Cierro los ojos y toco con las yemas de los dedos la corteza del abedul. No soy capaz de igualar esos poemas.
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Con las ramitas más tiernas y jóvenes del abedul y las hojas de su renovada primavera se tejen coronas para los jóvenes enamorados que celebran la vida tras el invierno, también las varas del castigo.
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Abedul. Y ya está dicho el poema.
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Los abedules del paraíso se secaron. No los regaba ya el amor desnudo.
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Te haré una corona con las ramas más tiernas de abedul en la noche de San Juan para trenzarme en ellas. Tu risa, tan frágil y madreselva, tus ojos iluminados por la hoguera en la que arde todo, como si fuera el incendio último.

© Pedro Ojeda Escudero, 2020

9 comentarios:

Francesc Cornadó dijo...

El abedul es un arbol que me inquieta. Me gusta mucho la coloración de sus hojas, pero en su corteza se dibujan unos ojos que siempre parece que me estén observando.
Saludos
Francesc Cornadó

Sor Austringiliana dijo...

Los abedules son un poema hasta en el nombre.

impersonem dijo...

Me gustan los pensamientos que te ha inspirado el abedul...

Creo que algunas de sus partes tienen interesantes propiedades medicinales...

Abrazo

Fackel dijo...

Concluyentes aforismos y no solo de abedules. Por cierto hay una novela corta del polaco Iwaszkiewicz titulada "El bosque de abedules" que me gustó hace años bastante.

andandos dijo...

¡Ah, San Juan, el verano, aquellos veranos!

Un abrazo

Luis Antonio dijo...

La corteza del abedul tiene un sabor que me agrada.

El Deme dijo...

Dichoso de aquel que abrace el tronco de un árbol y se emocione.

María Socorro Luis dijo...


Sí, decir abedul, suena a poema y mas, si te sientas bajo su copa a escribirlo.

Saludos.

Ele Bergón dijo...

En Bielorruia, he visto grandes bosques de abedules y he bebido su zumo. Es uno de los árboles que más me gustan y es verdad que hasta el nombre tiene poesía. No me extraña que te hayan inspirado estos aforismos que leo con placer.

Besos