sábado, 11 de abril de 2020

Una lluvia pura, lenta y tierra


Antes de la lluvia, la jornada había sido lenta y tranquila. Ahora, que llueve, hay un sabor a limpio y tierra. De esta forma, la lluvia ha hecho que por primera vez en días no me sienta la cabeza cargada. Desde hace más de una semana que no he salido de casa salvo una vez, a bajar la basura al contenedor de El balconcillo de la médica, que está justo al lado del portal. Buen nombre para un callejón a modo de calleja antigua que desciende en vértigo, salvando la distancia y la altura que existe hacia la calle Colón. A veces es difícil engañar a la mente y esta sueña libertad y aire y es difícil explicarle que debe perseverar y quedarse en casa.

Esta mañana, al abrir el balcón, la calle Mayor olía a jabón y lejía. El ejército había pasado un poco antes desinfectando la calle. Recuerdo cuando los empleados municipales regaban las calles con mangueras. La luz pasaba por el arco de agua y se hacía arcoíris y yo era un niño que sonreía.

Cada vez hay más debates sobre la conveniencia o no de recuperar la actividad pronto y de cómo hacerlo. Hay una pugna entre los científicos expertos en sanidad y los economistas. Será difícil la decisión, no me gustaría tomarla a mí. Ninguna de las opciones es buena. Supongo que poco a poco la balanza se inclinará hacia la recuperación de la actividad económica por mucho que los científicos adviertan de las consecuencias. Yo soy profesor de universidad, mi trabajo es estable, pero en la familia soy excepción y comprendo lo que puede suponer en aquellos cuyo trabajo por cuenta ajena o su empresa sea frágil, pero ¿cuántas vidas puede compensar recuperar la normalidad antes de tiempo? Qué difícil es hacer estas cuentas y calcular el balance.

No envidio a los que tienen tan claras las ideas sobre cómo salir de esta pandemia y lo que debería hacerse. Estoy seguro de que duermen mal cada día, pensando en que deberían ser ellos los gobernantes. O no, quizá duerman tranquilos, desahogados y alegres por no tomar las decisiones para criticarlas después.

Observo algunos conocidos que en las redes sociales guardan ahora lo que se llama perfil bajo, cuando antes eran personas muy activas. Sé que no lo hacen por contribuir a que no haya ruido, sino porque quieren que escampe pronto para volver a ser quienes eran sin haberse desgastado amparando el sufrimiento ajeno. Como si miraran el chaparrón resguardados en un portal, con las manos en los bolsillos, dispuesto a salir en cuanto deje de llover. Antes solo buscaban su interés personal y eso es lo que protegen ahora también. Quizá se encuentren, cuando salgamos de esto, que la lluvia ha dejado su rostro verdadero al descubierto.

Mientras tanto, corrijo tareas sobre Góngora y sus versos me llevan a la espuma del mar en las playas de Sicilia y la dulzura del ruiseñor:

Dulce se queja, dulce le responde
un ruiseñor a otro, y dulcemente
al sueño da sus ojos la armonía

¿Nos buscarán los ruiseñores en las terrazas vacías de nuestras ciudades?

Que llueve, creo haber dicho, pero una lluvia tan pura y lenta y tierra, que el frescor con el que atardece me ha despejado la cabeza.

13 comentarios:

LA ZARZAMORA dijo...

Hoy se critica ya cualquier cosa...
Pienso y cada más creo que esa distancia de dos metros... e incluso entre lo que algunos vomitan sin respetarla y otros delatan... que estarán esos seres humanos a los que sin duda, abrazaré en cuanto nos lo permitan e incluso hasta bese y del otro lado, estarán esos otros que ni por casualidad, pero sé que nos llegaremos hasta oler ;)

Por el momento les dejo a los agoreros, a los sabelotodo o a los tontoelhaba que digan lo que me muerdo, no porque no pueda, si no porque no me quiero unir a un rebaño de sinsentido con el que me cuesta comulgar, por mucho que sea semana santa.
Entre aquella vieja dicotomía entre razón/ ciencia, corazón y tripas... será que siempre aposté por la razón.
Y eso, mientras me llegue la hora, y esperando me perdonen, aquellos cuyos sentimientos ofendí.

Besos.


mojadopapel dijo...

Qué curioso tengo la misma sensación que tú.

La seña Carmen dijo...

Esto es un poco manzanas traigo, pero...

... ayer tocaba súper, y cuando pasaba por delante de su portal, una amiga sacaba a pasear a su perra. Guardamos las distancias, pero charlamos un ratillo, intercambio banal, ¿cómo lo llevas?, ¿qué sabes de tus chicos?, ¿y tu madre cómo lo lleva?...

Ella acude a un taller de poesía, hace también sus pinitos con las sílabas, y antes de despedirnos me dice: Te iba a mandar algo... Sí, mándamelo, le digo.

Poco después a mi móvil llegan tres poemas, no son suyos, pero tiene el gusto de compartir lo que ha sentido al leerlos.

Buena Pascua y ¡ánimo!

P. D. De los dimes y diretes del y tú más, mejor correr un velo de momento, por nuestra salud, más que nada.

Emilio Manuel dijo...

Salud y economía deberían ir de la mano, salvo que los economistas sean de la escuela de Chicago que se van a oponer, por desgracia, en esta sociedad en la que manda el dinero, todos tienen un ramalazo.

El Deme dijo...

Bendita lluvia que limpia la tierra y aclara las ideas y refresca la mente y abre los pulmones y alivia el corazón. Para que, cuando salgamos, miremos a la naturaleza como si fuera la primera vez.

Abejita de la Vega dijo...

Abro la ventana. La calle huele a lejía y los geranios huelen a tierra, un olor limpio, como el de la lluvia. ¡Que llueva!

Me gustaría ser una estudiante que descubre a Góngora de tu mano.

Estamos bien, estamos mal, a ratos. Ánimo, que no falte.

Fackel dijo...

La reanudación de ciertas actividades da miedo. Sospecho que las presiones de la patronal y las fuerzas económicas en general sobre el gobierno tiene que ser enorme. Pero que no pase nada: que no crezca el número de afectados y muertos, eso lo primero, y ya se encargarán luego los de siempre, los de los palos en la rueda y los difusores de bulos de enfrentamiento de echarse encima de quienes deben tomar decisiones. Por el bien colectivo, tanto de salud pública como de relaciones de convivencia, que no pase nada, que vayamos remontando la situación.

CarmenS dijo...

Ojalá hubiera más perfiles bajos y menos ganas de hacerse notar de quienes no entienden por lo que estamos pasando

impersonem dijo...

Aquí llovió esta noche y de madrugada...

La cosa está difícil y mucho me temo que, como bien dices, la economía ganará la partida a la prudencia sanitaria... es un movimiento arriesgado el del lunes, no sé si se avanzan los peones a ver qué pasa o saben exactamente a dónde quieren ir y si hay o no peligro... las declaraciones de los responsables políticos entran en contradicción continua, no es una crítica, es una constatación...

Esta coyuntura que atravesamos admite muchos análisis, unos serán informados, otros desinformados y otros intuitivos a base de leer pistas y contradicciones entre líneas y entre las palabras de los discursos y respuestas más o menos preparadas...

No es fácil tomar decisiones, ni mucho menos, y es cierto que el ámbito laboral está complicado... por ello, la única manera de enfrentar el futuro en ese terreno y en el terreno económico es cambiando las reglas del juego, pues con las mismas reglas vamos a los mismos precipicios...

Supongo que cada cual tendrá su opinión sobre este tema, sobre cómo vino, sobre por qué vino, sobre como se ha gestionado en antes y el ahora y sobre como ha de gestionarse el después, a mí me parece que tanto antes, como ahora como las direcciones de futuro que se están sugiriendo proyectan sombras sobre el amplio campo de la razón... no creo que lo científico explique todo... no creo que lo económico resuelva todo... no creo que lo político decida todo... más allá de la apariencia de telediario y tertulia televisada que nos sirven en porciones, hay una realidad que debemos interrogar...

Sigo teniendo una extraña sensación que me inquieta... me fio más de mi intuición que de la información que se nos traslada... y hurgo en todos los rincones buscando respuestas...

Abrazo

andandos dijo...

Es difícil aclararte entre tanta información. Cuando era joven tenía referentes en asuntos musicales, literarios, vitales... en fin, y más o menos tenía cierta guía a la hora de pensar. Sigo teniendo esas guías pero en asuntos de información no las encuentro con facilidad. En fin, nos queda el sentido común.

Un abrazo

Ele Bergón dijo...

No sé que ha pasado con el comentario que te he hecho.
Más o menos te lo repito:

Vivimos en un país, donde en lugar de remar todos en la misma dirección, cada uno quiere estar en posesión de la verdad. Por ahí vamos mal. Así no arreglamos los grandes problemas que atentan a nuestra salud. Fíjate que algunos hasta dan una enorme importancia al color de la corbata que se ha de poner Sánchez, como si eso fuera vital para resolver todos los males.

Llueve, llueve sobre mojado.

Besos


Myriam dijo...

Aquí en Montevideo, llovió fuerte toda la noche.
Qué llueva, limpie y purifique.

Besos

Myriam dijo...

Lo que a mi me queda claro -y esta Pandemia lo demuestra- es que sí o sí Sanidad debe valorarse tanto como lo merece y le corresponde. No sólo en cuanto a insumos y tecnología, sino también en Capacitación y por sobre todo, debe valorarse su Recurso Humano, el bien más preciado.

Está claro que una sociedad enferma, no va a ningún sitio. ¿Y la economía? Hay Gobiernos en otros países (por ejemplo, Turquía, Uruguay, etc, etc) que han comenzado a reducir los salarios de la Casta Política (de entre otras medidas austeras que han tomado, empezando por los mismos Presidentes, PM, o jefes de Gobierno). La reestructuración de la Economía es posible.

Lo mismo valdría para Educación- Investigación- Desarrollo.

Y no tendríamos, entonces, pueblos enfermos e ignorantes.
Esta es la única forma en que una Sociedad puede crecer y fortalecerse. Y esto sería pensar y actuar en pro del bien común.


Besos