jueves, 9 de abril de 2020

Luna pascual


Esta noche pasada hubo luna llena, la más grande y luminosa del año. A esta luna primaveral, los norteamericanos, a imitación de las tribus indígenas, la llaman luna rosa porque en esta época florece una planta con ese color. Según parece, por aquí la tendríamos que llamarla luna pascual porque coincide con la pascua judía. Ambos nombres me eran desconocidos antes. El nombre de rosa o fresa se extendió porque se incluyó así en el Almanaque del viejo granjero, que comenzó a publicarse en 1792 y continúa vendiéndose hoy, algo similar a nuestro Calendario Zaragozano, aunque este sea más reciente puesto que nació en 1840. Soy comprador habitual del Zaragozano. Aunque hallo en otros lugares todos estos datos de salida o puesta del sol, tipo de luna, fiestas locales de toda España, unidades de medida, etc., me agrada comprobar las predicciones meteorológicas escritas con un año vista: de tal a tal fecha podrán levantarse tormentas; habrá niebla en noviembre en algunas zonas de España; en la primera quincena de agosto, días calurosos, pero refrescarán las noches... Lo compro con asiduidad, junto a un calendario de cocina, una agenda en papel y el taco del Sagrado Corazón de Jesús. Esto (lo del Zaragozano y lo del taco) sorprenderá a muchos que me conocen, pero no puedo evitarlo. Hasta que no me hago con un ejemplar de ambos no estoy preparado para comenzar el año. En el Zaragozano me agrada esa maquetación que sabe a cosa antigua; en el taco el acto diario de arrancar la hojilla correspondiente y leer la trasera, disfrutar la frase del día y sorprenderme por los nombres raros de los santos primitivos. Es una tontería, pero qué sensación de alegría cuando llego a casa y coloco cada uno en su lugar.

La luna estaba allí, en el cielo, grande y sosegada, muy por encima del perfil de la sierra. Estos días, con menos contaminación por el confinamiento, he podido apreciarla recorrer el cielo. No es de extrañar que en tiempos anteriores la luna haya sido tan atractiva para todos, fuente de leyendas, pero también luz para andar los caminos en las noches más tristes.

Comienzan a hablar de que la vuelta a la normalidad será gradual, para evitar rebrotes violentos de la epidemia. Se estudia, para ello, las consecuencias de la gripe de 1918 -que duró un par de años y terminó con unos treinta millones de habitantes en el planeta-, la pandemia violenta más cercana que ha sufrido la humanidad y lo que supuso en algunas ciudades levantar las restricciones precipitadamente. Sin duda, somos más sabios y tenemos los datos de lo que ha ocurrido anteriormente, pero aún nos quedan meses de sobresaltos.

¿Cómo nos estudiarán dentro de cien años? ¿Qué pensarán de las huellas que estamos dejando en las redes sociales? ¿Les servirán para algo?

9 comentarios:

Paula Cruz Roggero dijo...

Muy lindo tu blog, te sigo hace poco.
Me gustó lo que cuentas en esta entrada acerca de la luna.
Y así como tú a veces me pregunto cómo seremos vistos dentro de mucho tiempo y qué pensarán las futuras sociedades de nosotros.
Esperemos que el coronavirus nos sirva para aprender algo y aunque más no sea de ahora en más volvamos a alguna práctica antigua como mirar la luna.
Besazos al alma desde Uruguay.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Ojalá les sirva para no cometer los mismos errores.
Un abrazo

Emilio Manuel dijo...

Me ha resultado gracioso lo de tus almanaques. En cuanto al estudio comparativo con la gripe Española, solo con el título ya me da un dato muy importante, lo que nos quería el mundo dando el nombre a un virus que mató a más de 50 millones de personas.

Fackel dijo...

Creo que en cien años han cambiado muchas coordenadas del Conocimiento. No tanto las coordenadas de los objetivos de la Economía, que me da la impresión que es la que marca las pautas más que Sanidad. Aquí y en todo el mundo.

Y mira que desde que descubrí que cargaron el epíteto española a aquella gripe cuando fue producto de aliados de la Primera Guerra Mundial y sus endemoniados frentes de batalla me resulta masoquista aceptar el término.

El Deme dijo...

Quien disfruta arrancando las hojas de un calendario y contemplando la luna, está empapándose de la maravillosa lección de los ciclos de la vida.

Sor Austringiliana dijo...

La hojilla del calendario me dice que hoy es 11 de abril y Sábado Santo. San Estanislao obispo y márti y Antipas Domnión obispo. Mártires Felipe de Gortina... y Gema Galgani. Esa última me suena más. Y por detrás leo que "no sabemos dónde lo han puesto".
El sepulcro vacío genera en María Magdalena desconcierto, desazón, tristeza...
Desconcierto, desazón y tristeza.

Ele Bergón dijo...

Siempre me gustó ese Calendario Zaragozano y cuando era pequeña, también lo leía con atención. No sabía que aún existe.

No vi esa luna, creo que ese día no fue bueno para mí y ni siquiera me asomé a verla.

Las generaciones futuras nos estudiarán todo esto que dejamos por aquí, pero la forma de hacerlo, seguro que será completamente diferente a como lo hacemos ahora. Nosotros, al menos yo, no estaré ya aquí, para comprobarlo.

Besos

Myriam dijo...

También yo pienso a veces y me pregunto cómo
nos verán los arqueólogos e historiadores del futuro.

Besos

Myriam dijo...

La foto es realmente hermosa.