viernes, 13 de marzo de 2020

Por no mudar costumbre


Buscando el sol de marzo,
florecen los ciruelos
por no mudar costumbre.
En soledad contemplo
la vida, que reclama
a la luz sus derechos.
                           © Pedro Ojeda Escudero, 2020


11 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Ellas pueden buscar el sol, nosotros encerrados.

Fackel dijo...

Transporta tu poema y viene bien al encierro, pero va a ser duro esto. ¿O no tanto?

Francesc Cornadó dijo...

La flor del frutal siempre es una esperanza.
Se convertirá en fruta jugosa.
Salud
Francesc Cornadó

andandos dijo...

Este virus solo afecta a los humanos.La naturaleza sigue su curso, impasible.

Sor Austringiliana dijo...

Será una primavera tras los cristales, pero nos llegará su luz.
Gracias, Pedro, por las flores y los heptasílabos.

Myriam dijo...

Esa es la grandeza de la Naturaleza que siempre, no importa que, vuelve a florecer.

Besos

Doctor Krapp dijo...

Y que bellos se ponen en su inconsciencia floreal. Quizás el secreto de la verdadera belleza esté en la inconsciencia de su condición.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Y en pleno apogeo de ganas primaverales les llega el pánico... que no los venza... (y a nosotros tampoco)

José A. García dijo...

Negarse a cambiar también puede ser una costumbre.

Saludos,

J.

LA ZARZAMORA dijo...

Un ritmo de heptasílabos que sumarán 14: los días en los que los cerezos verán el sol, y nuestra soledad contemplará este gran Teatro que es el mundo.

Besos, Pedro.
Cuídate.

Ele Bergón dijo...

La primavera sigue imparable y a nosotros nos han parado de golpe.
Besos