domingo, 29 de marzo de 2020

En la mañana del primer día


Los pronósticos dicen que en España regresa el tiempo de invierno y se clausura unos días la primavera. Como si ella también sufriera confinamiento.

Muchos escritores destruyeron o mandaron destruir sus escritos pendientes de publicación. El más conocido, Kafka, que dio órdenes en este sentido a su albacea literario, Max Brod. Me pregunto cuánto se estará escribiendo estos días sobre el confinamiento y cuántos tendrán la tentación de publicar sus obras cuando esto pase sin acordarse de Kafka.

Hoy iba a escribir sobre la conveniencia de meditar en cómo cambiará la sociedad cuando termine el confinamiento, pero no hay prisa. Por la mañana pensé que todo cambiará para mejor, a mediodía sentí que nada cambiaría. Ahora mismo soy tan escéptico que pienso que la pandemia durará para siempre.

En la mañana del primer día buscaré la terraza de una cafetería. Pediré un café y me sentaré durante horas en silencio a ver cómo pasa la gente por la calle.

12 comentarios:

mojadopapel dijo...

No sé si es lo mejor que puedes hacer pero seguro que yo también te acompañaré.

María dijo...

Mucho se está escribiendo sobre el confinamiento, a mi me encanta leeros, porque casa uno lo vive desde su mundo y es muy enriquecedor lo que siente cada uno.

El tiempo está en confinamiento también.

Besos y ánimo

José A. García dijo...

Muchos autores "de renombre" de seguro ya estarán armando sus obras sobre los aciagos días del coronavirus.
Es más, ya comenzaron a publicarse algunos.
Para el negocio todos quisieran ser como Dan Brown...

Saludos,

J.

Emilio Manuel dijo...

No solo volvemos al tiempo de invierno, escucho en la radio que vamos camino de las cavernas,¡¡rediós!!.

Fackel dijo...

Uno no deja de dar vueltas a la situación -la presente que se sabe y la futura que se intuye- con ayuda de la prensa creíble. Es arriesgado. Corremos el riesgo, desde nuestra impotencia, de obsesionarnos, ver todo negro y dejar que las preocupaciones incidan en nuestras vísceras. Temo a esta clase de invierno.

Ele Bergón dijo...

Es lo malo que tiene el ser himano,la incertidimbre, el no saber lo que pasará después.

Besos

Luis Antonio dijo...

La incertidumbre es de tal calibre que nuestro pensamiento se descontrola. Se pasa del blanco al negro y viceversa con facilidad...Todo es inédito y no tenemos experiencia en estas lides. Algo, sin embargo, hemos leído en algún libro...

Saludos

Sor Austringiliana dijo...

En la mañana del primer día echaré a andar.

Campurriana dijo...

El primer día yo también te acompañaré, Pedro. Me sentaré en esa terraza y quizá veamos juntos una calle casi vacía. Viviremos con miedo, desconfianza, intranquilidad. Puede que ni salgamos de casa...
Hasta que se nos olvide y hasta el próximo susto. Quizá ya los sustos vengan más a menudo y no nos dé tiempo a dejar aflorar tanta tontería, tanto insulto al verdadero sentido de esta vida, que lo hemos obviado sobremanera.

Estamos, como dice un buen amigo, a medio escalón de las gallinas. No lo olvidemos. Al final, estas situaciones nos ponen en nuestro sitio.

andandos dijo...

Churros, eso iré a tomar cuando salgamos de aquí. Con chocolate.
Un abrazo

impersonem dijo...

Ojalá ese primer día fuera mañana... pero me temo que esto va para rato y pasarán unos cuantos mañanas que completarán algunos meses y cambiarán algunas cosas en la medida que cada uno de nosostros cambiemos y otras nos las cambiarán en la medida que cada uno de nosotros las aceptemos y otras seguirán igual por interés y conveniencia... ¿De quién o quiénes? He ahí la cuestión...

Abrazo

LA ZARZAMORA dijo...

Ese día a día, el de mi desayuno Chez Pierre, con mi croissant y mi café con leche con la prensa del día... lo sueño también.
Por el momento me lo cumplo, me hago mis croissants caseros ( aunque ahora estos locos me vaciaron los estantes de harina... prefería cuando les daba por el papel higiénico...) y salgo al balcón y mientras leo la prensa.
Espero preservar esas buenas costumbres;)

Besos, Pedro.