Uno de los riesgos del confinamiento es confundir los días. Qué más nos da un lunes o un sábado. Para evitarlo, me asomo a las ventanas de la casa. Si se prolonga, quizá llegue un momento en el que se me pierda el calendario, pero por ahora cada día me resulta diferente por la luz. Hoy, por ejemplo, las nubes me han deparado un intenso atardecer que se ha ido girando hacia un azul oscuro que nunca ha llegado a ser negro.
En la ladera de la sierra, se han ido encendiendo las ventanas. ¿Sus moradores mirarán la mía como yo lo hago con las suyas? Cuando solo es uno el confinado, cae en la tentación de mirar hacia dentro. En esta ocasión somos millones de personas. Sería demasiado egoísta pensar en que todo esto le pasa a uno, que todas las desgracias le ocurren a uno.
El virus recorre el mundo. Se extiende con rapidez, pero hay algo que se repite en la información que se da en cada país aunque se dispone de toda la información previamente, una secuencia que primero es de lejanía. Todos, yo mismo, dijimos: no llegará; luego, son casos aislados de gente que viene de fuera, son unos pocos casos aislados que las autoridades han controlado; más tarde, solo afecta a un pequeño sector de la población. En unos días, estamos metidos en la epidemia y esta nos desconcierta. En enero, oíamos rumores en China y ya está en América. Es curioso, parece viajar de oriente a occidente, de este a oeste, en la dirección del sol, luego de norte a sur. ¿Seguirá girando en el mismo sentido? ¿Cuándo vuelva nos habremos olvidado de él? Tengo confianza en la ciencia, por eso mismo sé que esta epidemia será la más corta que ha sufrido la humanidad, pero también sé que durará más que las urgencias en las que hemos vivido hasta la semana pasada, nuestra errónea forma de medir el tiempo y desearlo todo para ahora mismo.
Voy a leer el Decamerón sin saltarme el marco narrativo que sirve de hilo conductor.
5 comentarios:
hoy hablando con mi hermano por mensaje no sabia bien que día era de la semana... y eso que van solo 4 días de reclusión... que mas cosas nos empezaremos a olvidar? saludos
Nos ha ocurrido, digo, lo de confundir los días.
Perdemos la sensación del paso del tiempo y buscamos la manera de pasar el tiempo. ¿Será verdad aquello de que el tiempo es una forma sensible?
Salud, ahora salud más que nunca.
Francesc Cornadó
El tiempo ordena nuestro caos. Y ahora el caos es más grande.
Si no fuese por el trabajo, mezclaría los días con las noches. Mezclaría todo...
Me agarro a las rutinas y a lo que no son rutinas. También necesitamos perdernos en medio del orden alguna vez.
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