A pesar de los fríos de estos días, la naturaleza presiente ya la primavera. Sé que en el sur -me lo han dicho los amigos, José Luis Rúa a imagen llena- han florecido ya los almendros y que su flor me irá subiendo hacia la meseta como reclamo del pulso de la vida. Llegará hasta mí a principios de marzo si la cosa es propicia. Mi flor de almendro, humilde y bella. Quizá para entonces, el sol de febrero me haya templado el escalofrío de la vida.
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Escribo un verbo en modo subjuntivo y hasta yo mismo me sorprendo. Qué poco futuro tiene el subjuntivo, qué poco presente más allá de unas pocas expresiones hechas. Sus formas son las de los matices de los hablantes, las de las cosas que no son extremas, la expresión más profunda y verdadera de nuestros deseos y de nuestras dudas, de un tiempo interior en el que todo es más complejo y rico. No vivimos ya en tiempos de subjuntivo, es todo indicativo ofensivo y simple, por desgracia.
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Los pavos reales del Campo Grande andaban ya con el abanico de ojos abierto, luciéndose. Saben que la primavera no tarda.
10 comentarios:
Querido Pedro, he estado viendo en Netflix una serie (de matiné pareciera) ANNE (varios capítulos) y lo que más me ha gustado es la riqueza del lenguaje de esa pequeña....su mundo es la imaginación y la lectura... que bella combinación. Ésto a raíz del modo indicativo y lo ofensivo, del que estoy de acuerdo.
Beso,
Ali
Dudas, deseos, temores, posibilidades. El pavo del Campo Grande no duda, la primavera no tarda.
Besos
No voy a negar que los almendros ya nos están diciendo que la primavera está asomando las orejas, pero esos amigos puede que no conozcan que en el sur hay muchos climas y, como el subjuntivo, alguna helada puede caer.
Estoy deseando que pase ya, este mes de enero, que no ha sido nada agradable para mí.
Espero con ansia esos almendros en flor que vendrán en el próximo mes de febrero, por tierras madrileñas. Pienso que por nuestras tierras castellanas,puede que vengan algo más tarde y esa duda del subjuntivo, como bien dices,influirá en la buena convivencia de nuestro día a día.
Besos.
Reivindiquemos, pues, el subjuntivo, incluso echando manos de la RAE:
yo viva viviere
tú / vos vivas vivieres
usted viva viviere
él, ella viva viviere
nosotros, nosotras vivamos viviéremos
vosotros, vosotras viváis viviereis
ustedes vivan vivieren
ellos, ellas vivan vivieren
Sí, hay una carencia de conjugación, el ego impone el presente de indicativo a cada segundo.
La primavera se anuncia en mínimos detalles que solo la mirada lenta descubre, como un presente que se incuba en subjetivo.
Aunque sea ponerle una nota prosaica a tu poético texto, me ha gustado esa reflexión sobre cómo va desapareciendo el subjuntivo. Precisamente me lo cuestionaban el otro día.
Yo deseo la primavera, pero no quiero que se adelante, prefiero que llegue a su tiempo... también prefiero que los hielos no se retrasen, pero parecen ausentes en este su tiempo... temo por esa flor de los almendros que dices...
Tal vez la gente esta llena de certezas y escasa de sueños... yo no tengo ni una certeza, dudo de todo, tan sólo me quedan los sueños...
Cuando tenía 13 y 14 años me gustaba ir a Campo Grande a ver ese pavoneo de cola abierta... ahora apenas transito por ahí... no me extraña que intuyan la primavera, demasiada temperatura para este tiempo... ¡y mira que a mí me gusta el calor!
Abrazo
Llegara la Primavero, como cada año lo hace.
Hermoso tu pavo de Campo Grande.
Besos
El subjuntivo, es un modo que ya aquí( en Francia) perdió sus modos y maneras...
Y el pasado, y sus concordancias -de tiempo y espacio-, ni existen.
No quiero vivir sin conjuntivitis... ni subjuntivitis.
Que me dejen mis hipótesis, mis concordancias de tiempo y espacio, mi pasado, y mi presente sin futuros...
Besos, Pedro.
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