Atardecer en el Guadiana bajo -ese hermoso atardecer regalado de cada día-. La ligera brisa que subía desde el río ya casi mar, piel. Un estremecimiento, carne de gallina. Vengo yo desde Castilla (hace solo unas pocas horas), que mira hacia el invierno con su pretensión severa. Este otoño, por arriba, ha llovido como no lo ha hecho en los otoños pasados. Aquí la tierra parece necesitada de agua, tan cerca del agua. Baja lento y hermoso el río esmeralda. El atardecer desde el mirador del castillo, la caída del sol, más lento que allá arriba. Abajo, un pastor recogía sus ovejas en una parcela con gallinas, dos mulas y un par de burros. Festejan las gallinas su llegada. Más abajo, en el río dos pequeños barcos pesqueros van o vuelven del trabajo. Tan poético yo, tan de diario el mundo. En el horizonte, acaba de ponerse la tarde.
12 comentarios:
"Festejan las gallinas la llegada del pastor". Poesía.
Por aquí abajo, todo sigue igual o casi.
Tan de diario, el poema en la piel.
Qué bonita imagen, es todo un poema.
Besos.
Poético pero palpable, sobre todo para los que habitan y subsisten por esos pagos.
"esmeralda". !Cómo me gusta esta palabra¡...
Sí, bella estampa poéticamente descrita... buen contraste con esta Castilla nuestra... hoy también llueve Pedro por estos lares...
Abrazo
Pero es muy importante ver lo poético en lo de diario, algo que tú conoces muy bien, allí o más arriba, donde ya es invierno.
Un abrazo
Encantador texto, que acaricia el alma de quien, omo yo, lo lee.
Besos
La realidad también es pura poesía, de diario, pero poesía.
¡Ánimo, poeta!
;)
Con una primera lectura de tu texto, me lleva a la nostalgia, de algo que se va, como el atardecer.
Besos
Y un día más, en el que, la belleza, nos hace más humildes...
Besos,Pedro.
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