Esa mirada escéptica del burro al Cuerpo de Hombre me hizo pensar en los errores que cometemos por haber dejado de mirar el tiempo reflejado en el río. Del puente de La Malena a Montemayor del Río, el ruido del agua es una constante. Su canción me recuerda hoy mis conflictos. Esos con los que establezco pactos tan frágiles que he de renovar cada poco. A veces me olvido y el pacto roto hace heridas que tardan en cicatrizar.
7 comentarios:
El ruido del agua bajando río abajo es hipnotizador, me encantan desayunar a los margenes del río Genil escuchando su música.
El tiempo nos deja perplejos como el burro que no sabe quién es el otro burro. Y dolidos.
Nos pasa a todos, Pedro. Somos frágiles.
Ánimo y un abrazo
Nadie tiene tiempo para dedicarse a eso que propones...
Suerte,
J.
Heraclito forever y si el río es como aquellos cristalinos de antes, mucho mejor.
Sigues con tus reflejos en el agua de cristal.No sabemos lo que piensa el burro, pero sí sabemos, o intuimos, lo que a nosotros nos ocurre. Dejar correr el agua y quizás en su murmullo, encontremos la respuesta.
Besos
Pues yo, creo que me quedaría como el burrito de tu foto, sin saber muy bien qué hacer, qué decir, qué pensar, con miedo a romper la magia del momento, la canción del agua...
Besos.
;)
Publicar un comentario