miércoles, 8 de mayo de 2019

Navamuño


En el embalse de Navamuño salió el día invernizo. El embalse amansa el río Angostura -qué excelentes nombres los de los ríos de esta zona: Angostura, Cuerpo de Hombre, Ambroz-. Antonio dijo que parecía el mar del Norte, que es costumbre de poetas la hipérbole; Manolo, que es más de cosas concretas, se quedó con la experiencia puesto que allí había visto olas de algún metro en ocasiones y ni lluvia le parecía lo de hoy. A mí se me fue romántico el momento y en mitad de la galerna imaginé el paso fugaz de un bote de vela desarbolado con lord Byron de pie en la proa buscando un ideal que valiera una muerte. ¿Hay ideales que valen una muerte? Solo admito para iniciar el debate los que ponen en la mesa de juego la propia, no la ajena. Pero si la arriesgas por eso, piérdela. La concreción de todo ideal desmerece de la causa y ya no habrá tiempo de arrepentirse. Eso sí, aquellos que te sobrevivan te levantarán estatuas que ensuciarán las palomas.

12 comentarios:

Fackel dijo...

El fanatismo inherente a los ideales es el que lleva implícita la muerte, aunque siempre se desea para los otros y el propio que emite el grito atroz solo quiere la gloria de la boca ancha y desquiciada.

mojadopapel dijo...

Romántica escena para un romántico desenlace.

impersonem dijo...

A estas alturas de la vida, repleto de derrotas y desengaños, el concepto de "ideal" se me torna muy borroso... no sé si hay ideales que valen una muerte... pero los anales de la Historia están repletos de datos que demuestran que llevamos ya demasiadas muertes por los ideales de unos pocos... y la de ellos nunca estuvo en la mesa de juego...

A veces los ideales, como en la vida de esos ríos que describes, se nutren de corrientes que desbordan los cauces del entendimiento... no obstante, sin ideas no hay paraíso...

Abrazo

Sor Austringiliana dijo...

No se lo creía ni él, quiero decir Lord Byron.

XuanRata dijo...

En el frío espejo de la niebla nos buscamos. Es su nitidez lo que nos inquieta.

Doctor Krapp dijo...

Sin duda, Pedro, no hay ningún ideal que merezca más tiempo que se anunciada fecha de caducidad.
Me has hecho recordar aquella película de Gonzalo Suárez con Hugh Grant de idílico poeta.

Luis Antonio dijo...

La poesía y la vida necesitan de los ideales. Que estos merezcan la muerte ya es otro cantar... Habría que concretar más.

Saludos

Ele Bergón dijo...

Lo siento, pero creo que no soy tan idealista como para querer morir por ese ideal. Suelo ser mujer luchadora, pero....amo demasiado mi vida. Pensándolo mejor, creo que por algún ser muy querido, sí lo haría.

No sé si Antonio habrá visto el mar del Norte, pero yo que lo he visto y hasta tuve la osadía de meterme en sus gélidas aguas, pienso que lleva razón, es una buena estampa de aquellos lugares grises y sin apenas luz.

Besos

José A. García dijo...

Lo dicho. Las palomas se cagan en todo.

Saludos,

J.

andandos dijo...

Mi tío Antonio, hermano de mi abuelo fusilado, decía, a menudo y sin yo saber muy por qué; "todo está perdido".
No sé cómo hemos salido con tan pocas taras.

Un abrazo

Compré ayer, por primera vez, un álbum de fotos del que no sé nada. Unas treinta.

El Deme dijo...

Hay embalses que parecen mares, hay sensaciones que parecen cataclismos.

dafd dijo...

Es una pregunta endiablada. Alguien podría opinar que depende del ideal. Algunos dirían que por la libertad, merece la pena. Pero parece mucho envido, desde mi punto de vista, el poner sobre la mesa la vida propia. ¿Pero y si también la vida está en la balanza?

¿Y si es el estilo de vida? ¿también merece la pena morir? Por ejemplo, los numantinos. Cambiar su estilo de vida de personas con propiedades y libres a otro bajo la ley de la esclavitud. Del mismo modo que estos, se podría pensar en otras convenciones.