sábado, 16 de febrero de 2019

Me pregunto dónde hemos quedado


En este lugar hubo un río y un mercado, unas sidrerías y una hamburguesería de las de antes, casas pegadas a la iglesia; en las sidrerías limpiaban con serrín el suelo y se tomaban culines bien escanciados. Cuando la hamburguesería, no habían llegado a la ciudad los restaurantes de comida rápida que ahora las venden. Antes fue campo a las afueras de la ciudad, una loma que hoy nos pasa desapercibida. A la salida de una de esas sidrerías reíamos: jóvenes, despreocupados, algo afectados por la bebida. Cuando paso ahora me pregunto dónde hemos quedado.

9 comentarios:

José A. García dijo...

Seguramente nos quedamos mirando en una dirección que no era "la correcta" por eso siempre nos sentimos ajenos a todo cuanto nos rodea. Aún en nuestra propia casa.

Saludos,

J.

Fackel dijo...

Incluso en lo que ha devenido el entorno, tan aséptico. La verdad es que recuerdo el mercado de Portugalete, daba patente social y cívica a esa zona, era un marco civil que se superponía a las iglesias. Pero levantaron primero los bloques, derribaron infamemente el mercado histórico, le dieron un aire de haber pasado el bombardeo aliado por allí, en fin. eso ha quedado y algunos cuando pasamos no nos encontramos ya en el lugar. Salud y recuerdo.

São dijo...

Quedaram na memória e nas recordações ----

Besos , amigo mio.Bom domingo.

Doctor Krapp dijo...

Fuera del espacio, fuera del tiempo, cualquiera sabe.

Emilio Manuel dijo...

Dependiendo de la edad, los últimos hemos quedado para los restos.

Sor Austringiliana dijo...

Creo que en el Morito...o en Garden.

andandos dijo...

Hemos quedado en la parte de arriba: somos los mayores y, pasando de largo de nuestro trabajo, en el que nos hacen caso por obligación, estamos convirtiéndonos, como ya sucedió antes, en translúcidos, transparentes, inivisibles. Yo sí, no sé tú.

Un abrazo

impersonem dijo...

Hace ya mucho tiempo, ¡pero que mucho tiempo!, yo bebí una sidrina en una sidrería de esas... lo bueno es que mi memoria lo recuerda como si estuviera pasando... el suelo lo recuerdo de tierra para el escanciado... absorbía lo derramado...

Tal vez la pregunta no sea dónde hemos llegado (perdóname el atrevimiento) sino ¿dónde hemos llegado y qué hemos conservado en nuestras alforjas de todos los momentos que hemos sido? Creo que no nos hemos quedado... porque seguimos andando con la vista puesta en los horizontes que imaginamos como óptimos... o, por lo menos, como buenos...

Abrazo

Ele Bergón dijo...

El tiempo es imparable y nosotros con él. No obstante, nos va dejando los recuerdos, que distorsionados o no, nos llevan a lo que ya no existe como real.

Besos