Tenemos niebla,
le digo,
desde hace tanto.
No tanto, dijo,
recuerdo
el sol entre los trigos,
las manos de las madres,
la pureza del cielo, de terso índigo.
Hoy, sobre el campo se echa
la niebla, arrecia el frío.
© Pedro Ojeda Escudero, 2018
No tanto, dijo,
recuerdo
el sol entre los trigos,
las manos de las madres,
la pureza del cielo, de terso índigo.
Hoy, sobre el campo se echa
la niebla, arrecia el frío.
11 comentarios:
Siempre conservamos algo de atrás que palía la niebla, también siempre acechante.
Esa niebla que nos impide ver al caminar.
Un beso.
He pensado en las manos. Las manos de las personas que ya no están pero están...
Por aquí tenemos un dicho "niebla bajera buen día espera", así que lo mismo a media mañana hace un sol de la leche.
Hace poco
Lo que falta, suele añorarse. En el mediterráneo impera el dios Sol... Por eso la niebla, de vez en cuando, es bienvenida
En el Mediterráneo impera el dios Sol. Por eso la niebla, de vez en cuando, es bienvenida.
No me gusta la niebla... me corta o horizonte e me envolve num sudário desagradável
Besos, amigo mio
Las niebla en mi tierra es un hecho cultural y hasta un símbolo de civilización.
A veces el recuerdo nostálgico humedece nuetro rostro y nuestro ambiente produciendo esas nieblas... pero hay un sol interno en cada ser dispuesto a vencerlas...
"Mañana de niebla, tarde de paseo"... y aunque a veces el refrán falla y no despeja, sí suele cumplirse... "así que esa frecuencia alimenta nuestra esperanza de ver el Sol nuestro de cada día"...
Me ha gustado esta forma poética de decir lo que expresas...
Es otoño, sí, tengo que aprender a disfrutarlo en vez de perderlo añorando primaveras...
Abrazo
Me gusta la niebla porque desdibuja la realidad y porque me obliga tarde o temprano a necesitar tibieza.
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