miércoles, 12 de septiembre de 2018

Vértigo y azotea


Tengo vértigo. ¿Lo he dicho alguna vez en público? A pesar de eso, me gusta subir a las alturas y asomarme al vacío. Comprobar cómo el cuerpo se previene contra la caída mucho antes de que exista ningún riesgo. Cuando subo a la montaña me pruebo y paso por lugares por los que mi mente me dice que no lo haga. En las pasarelas de cristal que se han puesto de moda entre edificios, en los techos de vidrio de algunas azoteas. De algo hay que morir, me digo, tras engañarme sobre la fiabilidad de los arquitectos y técnicos que los han construido. Sonrío después, porque me he vencido. Sonrío después, porque puedo contemplar las ciudades desde arriba, los valles desde los picos que los dominan. Algún día el vértigo me ganará y después de subir no tendré fuerzas para descender (a veces me pregunto para qué hacerlo). Merecerá la pena quedarme allí y ver cómo atardece.

11 comentarios:

mojadopapel dijo...

Siempre merece la pena subir y que el vértigo te invada... La sensación es siempre intensa.

Ele Bergón dijo...

Sí, yo también tengo algo de vértigo y no todos los lugares altos me lo producen, pero si al cruzar un puente, de los muchos que hay en Madrid, o, alguna cima muy alta, me lo produce, entonces miro el horizonte y poco a poco me voy calmando,porque es más fuerte para mí el observar la lejanía que el vértigo que me invade.

Te entiendo perfectamente. Ahora ando peleándome con el bajar las escaleras mecánicas del metro de Madrid. Siempre las he tenido algo de temor, pero ahora, que lo frecuento menos, el vértigo es más fuerte. Quizás la rutina y el enfrentarnos a ese miedo que nos invade, sea la única medicina que existe para vencerlo.

Besos

Fackel dijo...

Pero mientras tengas fuerzas para llegar a la altura debes seguir siendo Sísifo (el mismo destino que nos une a todos)

São dijo...

Não tenho vertigens(vértigo), mas tenho claustrofobia.... e é um horror!

Besos , querido amigo

Camino a Gaia dijo...

¡Qué sería del miedo a subir sin el miedo a caer!

Sor Austringiliana dijo...

La vida es una pasarela.Transparente,traslúcida u opaca.

Myriam dijo...

Yo tengo vértigo y no soy capaz de subir una montaña, y sí, lo he intentado varias veces de joven.

Besos

Pd- Pero tienes razón, una cumbre es un buen lugar para morir.

SAU dijo...

hola pedro...muy intima esta develacion de que tienes vertigo y como juegas con ello...bueno no se si debería decir que juegas con ello quizas si...o te enfrentas para probar la sensación no lo se....
pero bueno muy linda foto...


besines pedro

Doctor Krapp dijo...

Habría que recomendarle al suelo que algún día tuviera el gesto de ponerse a nuestra altura.

Luis Antonio dijo...

Lamentablemente no sólo las alturas provocan vértigo. También están las "bajuras", ¿eh=

Un abrazo

José A. García dijo...

Lo hacemos, simplemente, porque el edificio, la escalera, la montaña, la pasarela, está allí y nada nos impide, en verdad, hacerlo.

Algunos, incluso, suben para dejarse caer libremente.
Pocos lo logran.

Saludos,

J.