¿Una joven de 16 años del cruce entre los siglos XV y el XVI era una adolescente? ¿Lo era una hija de los Reyes Católicos con esa edad? De la inestabilidad emocional y psicológica de Juana hay suficientes pruebas y testimonios de los que no podemos dudar. Sí cabe cuestionar la forma en la que se la apoyó y trató médicamente: los avances en la cura de las patologías de la mente son relativamente recientes.
No tardaron en llegar noticias y rumores de su extraño comportamiento a Castilla y sus padres enviaron al dominico fray Tomás de Matienzo, prior de Santa Cruz, a comprobar todo lo que se comentaba sobre su hija y, especialmente, la falta de devoción que parecía tener. Su relación es uno de los más tempranos testimonios sobre las depresiones sufridas por Juana (no faltarán los años posteriores). Los historiadores de todo tiempo se han puesto de acuerdo en una cuestión esencial más: la activa sexualidad de Juana y sus celos obsesivos. ¿Había fallado la educación moral recibida en Castilla o no había sido esta como suponemos?
Una de las líneas esenciales del retrato biográfico de Juana levantado por Manuel Fernández Álvarez es la sensación de abandono y desvalimiento de la futura reina. Quizá uno de los atractivos de este personaje es que se manifiesta como cualquiera de nosotros, en contra de la lejanía que debería mostrar debido a su rango. Los tiempos, sin duda, estaban cambiando: la época de Juana ya avanzaba hacia la modernidad y había cosas que no se podían guardar entre las paredes de un palacio.
Quizá Juana hubiera podido tener otro tipo de vida si hubiera seguido en Castilla o si las circunstancias -la muerte de todos los que le precedían en la línea sucesoria- no le hubieran convertido en la heredera de Castilla y de Aragón. Pero la presión de las cosas no hizo más que agravar su tendencia a la depresión. Eso y que se convirtió en una pieza esencial de la política del momento: era hija de los reyes más poderosos de la Europa del momento y esposa de un joven ambicioso. Tuvo pocas oportunidades para una vida sosegada.
Además, sus padres habían elegido para ella un destino lejano y extraño en costumbres y clima y sin duda, se resintió de ello. De hecho, sus celos parecen causados por este choque cultural, al menos en parte.
Alguna de las cuestiones de la vida de Juana nos llaman la atención por su modernidad: el amor que sentía por su esposo, puesto incluso por encima de su posición social; la manifestación exaltada de las emociones -el apetito sexual, los celos-; una cierta independencia de carácter que le hizo enfrentarse a algunas decisión de Felipe, etc. Su madre, la reina Isabel, ya había iniciado ese camino.
Esta singularidad de Juana y su trascendencia como personaje histórico han propiciado su estudio desde diferentes perspectivas y metodologías y su tratamiento en el arte posterior. Algunos de los resultados se alejan de la realidad porque no contextualizan al personaje ni el código del pensamiento que regía en su tiempo y construyen un personaje demasiado actual que no puede corresponderse con aquella mujer encerrada en Tordesillas. Seguirá pasando porque, en el fondo, buscamos en el pasado las cosas que nos reafirman en nuestras propias creencias.
No tardaron en llegar noticias y rumores de su extraño comportamiento a Castilla y sus padres enviaron al dominico fray Tomás de Matienzo, prior de Santa Cruz, a comprobar todo lo que se comentaba sobre su hija y, especialmente, la falta de devoción que parecía tener. Su relación es uno de los más tempranos testimonios sobre las depresiones sufridas por Juana (no faltarán los años posteriores). Los historiadores de todo tiempo se han puesto de acuerdo en una cuestión esencial más: la activa sexualidad de Juana y sus celos obsesivos. ¿Había fallado la educación moral recibida en Castilla o no había sido esta como suponemos?
Una de las líneas esenciales del retrato biográfico de Juana levantado por Manuel Fernández Álvarez es la sensación de abandono y desvalimiento de la futura reina. Quizá uno de los atractivos de este personaje es que se manifiesta como cualquiera de nosotros, en contra de la lejanía que debería mostrar debido a su rango. Los tiempos, sin duda, estaban cambiando: la época de Juana ya avanzaba hacia la modernidad y había cosas que no se podían guardar entre las paredes de un palacio.
Quizá Juana hubiera podido tener otro tipo de vida si hubiera seguido en Castilla o si las circunstancias -la muerte de todos los que le precedían en la línea sucesoria- no le hubieran convertido en la heredera de Castilla y de Aragón. Pero la presión de las cosas no hizo más que agravar su tendencia a la depresión. Eso y que se convirtió en una pieza esencial de la política del momento: era hija de los reyes más poderosos de la Europa del momento y esposa de un joven ambicioso. Tuvo pocas oportunidades para una vida sosegada.
Además, sus padres habían elegido para ella un destino lejano y extraño en costumbres y clima y sin duda, se resintió de ello. De hecho, sus celos parecen causados por este choque cultural, al menos en parte.
Alguna de las cuestiones de la vida de Juana nos llaman la atención por su modernidad: el amor que sentía por su esposo, puesto incluso por encima de su posición social; la manifestación exaltada de las emociones -el apetito sexual, los celos-; una cierta independencia de carácter que le hizo enfrentarse a algunas decisión de Felipe, etc. Su madre, la reina Isabel, ya había iniciado ese camino.
Esta singularidad de Juana y su trascendencia como personaje histórico han propiciado su estudio desde diferentes perspectivas y metodologías y su tratamiento en el arte posterior. Algunos de los resultados se alejan de la realidad porque no contextualizan al personaje ni el código del pensamiento que regía en su tiempo y construyen un personaje demasiado actual que no puede corresponderse con aquella mujer encerrada en Tordesillas. Seguirá pasando porque, en el fondo, buscamos en el pasado las cosas que nos reafirman en nuestras propias creencias.
Noticias de nuestras lecturas
Este sábado 7 de abril, el Club de lectura desembarca en Tordesillas para seguir los pasos de Juana. El viaje, organizado por el formato presencial del club (sostenido por Alumni UBU) asistirá a la visita teatralizada que allí se celebra y entrará en el monasterio de Santa Clara. También habrá lugar para el comentario de la biografía de Juana antes de regresar a Burgos. Una nueva experiencia de hermandad lectora. Daremos cuenta del viaje.
Pancho nos lleva a cerrar el círculo de red a red del protagonista de la novela de Abella: pero, como bien advierte, queda aún la coda final del libro, una de las más hermosas.
Próximas lecturas
Como saben los más antiguos seguidores de este club de lectura, suelo vincular alguna de las lecturas a los libros que obtienen el Premio de la Crítica de Castilla y León, de cuyo jurado soy miembro. En el presente año lo han obtenido ex aequo la novela Akúside, de Ángel Vallecillo (editorial Difácil) y Los refugios de la memoria de José Luis Cancho (editorial Papeles mínimos). Con este motivo, tras la lectura de la biografía de Juana la Loca -que terminamos la próxima semana-, iniciamos la de la novela de Vallecillo y en mayo abordaremos el libro de memorias de Cancho. Con ambos autores nos encontraremos durante la celebración de la Feria del Libro de Burgos.
Recojo en estas noticias las entradas que hasta el miércoles han publicado los blogs amigos.
Entrada del Club de lectura cada jueves, en este blog, aunque en las últimas semanas no haya podido cumplir esta promesa por diferentes cuestiones que espero se vayan remansando en las próximas.
Información sobre el presente curso en el club en este enlace.
13 comentarios:
De Flandes volvían los soldados sabiendo latín, Juana volvió sabiendo francés y dejando unos cuantos hijos sanos de sangre azul allí, que luego sirvieron para usarlos políticamente. Algo sumamente valorado en la época, sobre todo Carlos, el que sería heredero y emperador. Sólo por eso ya era muy querida por la gente del pueblo llano y también por la clase dirigente, claro.
Parece que hay unanimidad en que la cabeza la tenía un tanto levantada. Es un caso raro, porque tenía gran oído musical y facilidad para los idiomas, como señala el autor en algún momento de la obra.
Una biografía muy bien documentada, escrita con mucha paciencia y guiándose siempre por documentos originales.
Autores desconocidos, a ver qué tal.
Excelentes consideraciones sobre la vida de Juana. Un placer leerlas.
Un abrazo
Nunca sabremos que otra vida hubiera podido tener, sí sabemos que la suya, a pesar de reina no fue la mejor.
Una adolescente española del siglo XXI no tiene nada que ver, evidentemente, con una adolescente del XVI, aunque la base biológica fuera la misma. Es que ahora lo son hasta muy pasados los treinta, dirían algunos padres y educadores. Madura o inmadura, Juana sufrió un trauma de separación y aislamiento del que no se recuperó nunca, pienso yo, vete a saber,que no hay que fiarse tanto de lo escrito, que muchas cosas pudieron ser verdad y no haber ocurrido. Y la pasión amorosa la hizo vulnerable, opina Manuel Fernández Álvarez. El Hermoso la manejó para sus intereses, menudo pájaro el flamenco.
Compré Akúside, uy.
Hasta mañana, Pedro. Doña Juana nos espera.
Creo que ese libro contribuirá a tener una visión más rica y documentada de esta controvertida princesa a la que colocaron la etiqueta de "loca" y casi todos la dieron por buena...
Difícil va a ser, por mucho documento original que se maneje, saber qué pensaba aquella joven a la que habían educado convenientemente para dejar las muñecas pronto y empezar a parir hijos, que era lo que tocaba.
¿Celos exagerados? No voy a decir aquello de "¡cómo para no tenerlos!", pero a ver cuándo empiezan los estudiosos a exigir responsabilidades a los caballeros, que lo de llevar los cuernos con dignidad siempre ha dolido, antes y ahora.
No podía ser una adolescente porque esa categoría de análisis se inventó en el siglo XX, y no es aplicable de manera retroactiva, así que intentar analizar su comportamiento de esa manera es cometer lo que se llama "presentismo" que es aplicar los criterios sociales del hoy para analizar el ayer.
Saludos,
J.
Es tarea de los historiadores deslindar crónica de mito cuando trata cuestiones biográficas, en este caso desgraciado, digno de una tragedia griega, el trabajo es arduo teniendo en cuenta toda la epica lacrimógena que acompaña al personaje.
Siempre le tuve simpatía a esta polémica reina Juana para mi...nada loca.
besicos
Mavi
Siento no haber podido ir a Tordesillas. Ya Mª Ángeles me ha puesto al día de todo, todo. Debió estar muy interesante.
Besos
Como gostaria de poder incluir-me nessa ida a Tordesilhas !
Pobre Joana, sogra que foi de D. João de Portugal
Besos, amigo mio
Una pena que no pudiera viajar a Madrid y a Tordesillas.
Ganas no me faltaron, desde luego.
Veo que la pasaron estupendamente y me alegro.
Terminé el libro. Me gustó mucho el retrato que hace Fernández Álvarez de Juana de Castilla, cautiva de Tordesillas, que además de encerrada y aislada de todo contacto exterior, estuvo sujeta de forma continua a malos tratos, incluso tortura, durante mucho tiempo. Eso de por sí, enloquecería a cualquiera entonces y hoy.
Nótese lo muy cuerda estaba cuando no quiso perjudicar a su hijo Carlos V firmando cualquier papel cuando los comuneros...
Besos
PD. Me gustó mucho la interpretación de Juana y Felipe que hicieron Irene Escolar y Raúl Mérida en la fantástica serie "Isabel" y en la película "La corona partida".
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