Deberían vaciar las tierras cada ciertos años y rotar la población. Las personas prepararían las casas para que las habiten los nuevos y llegarían a casas con olor a limpieza y un ramo de flores silvestres en la mesa del comedor. Pero no se hace. Siguiendo el verso de Cervantes, a veces uno piensa -por no verse ante las puertas muerto- salir de la patria y de sí mismo. No se puede más y el aire se vicia por culpa de quienes desean tener el control de calles, actos y vidas: sucede en todos los ámbitos de vida, porque hay poder en el ejercicio de la política, en el mundo académico, en una comunidad de propietarios y en la cultura, que debería ser la actividad más libre del ser humano y con frecuencia se convierte en la más rastrera. Fuera queda mucho campo, mucha gente y mucho mundo y ancha es Castilla. También, casi siempre, un saco de amargura y de tristeza que conviene olvidar en la primera o en la segunda posada para caminar más ligero. Cuando no es posible, anda uno con los ojos hacia atrás y terminará regresando. Y entonces sí que se convertirá en extranjero de la propia tierra y de la propia vida. Es mejor regresar, si se regresa, con los ojos delante del rostro: a la propia patria y a la propia vida.
12 comentarios:
Uf que ganas de volver a empezar...lejos... me dan estas reflexiones Pedro.
Se convierte todo en una farsa? dirigidos como muñecos sin alma?
Me niego. Están locos de poder ¿para cuando la cordura y el desinterés?
un abrazo y un besico.
Mavi
Qué buena reflexión sobre vaciar las tierras cada ciertos años.
Besos.
Quizás al volver no todo se haya barrido, y encontremos en algún rincón la mota de polvo que añoramos tanto cuando estuvimos fuera.
"Es mejor regresar, si se regresa, con los ojos delante del rostro: a la propia patria y a la propia vida".Me quedo con la frase.
La maldad humana puede ser muy estúpida y amarga. Regresa a la dulzura de los que te quieren.
Insoportable que unos pocos, pero con efectivos, pretendan expulsar a los más con sus mediocridades. Yo no me dejo.
Me recordaste aquellos versos del viejo tango de Gardel:
"Pero el viajero que huye
Tarde o temprano detiene su andar
Y aunque el olvido, que todo destruye
Haya matado mi vieja ilusión
Guardo escondida una esperanza humilde
Que es toda la fortuna de mi corazón".
Y a aquellas oscuras golondrinas, que mejor dejar atrás...
Besos, Pedro.
Hermosas mudanzas que despejan el aire viciado de lo previsible y lo establecido.
Las tierras, nuestras tierras, agrias a veces, ofrecen refugio -único posible- en un mundo desquiciado.
¡Qué complicado suele ser, o mejor parecer, casi todo!
Un abrazo
Uno de los problemas es que continuamos utilizando categorías de otras épocas, resignificándolas, obligándolas a que digan algo que no son, y que contradicen su origen y luego nos quejamos cuando no condicen con nuestras expectativas. Por ejemplo, patria.
Saludos,
J.
Pero regresaste, por suerte.
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