Este Club de lectura vuelve a encontrarse con la escritura de Laura Castañón. En el año 2014 leímos su primera novela, Dejar las cosas en sus días, y mantuvimos un encuentro con la autora asturiana el martes 25 de febrero de aquel año que dejó tan buen sabor de boca que exigía una segunda parte.
La noche que no paró de llover tiene algunos puntos en común con aquella primera novela: la poderosa forma de plantear el relato, el buen manejo de la oralidad, el universo asturiano y el mundo femenino, así como algunos espacios y símbolos. De la primera se rescata también la referencia a dos de los personajes, Paloma Montañés y Aida. Pero no se trata de una continuidad al uso -no busque el lector una continuidad argumental de forma tradicional- sino de elementos personales de la narrativa de la autora, un mundo personal en el que sus lectores se encuentran también reconfortados al saber de antiguos personajes. La continuidad está en el tratamiento de las emociones, de las vivencias y de la forma de afrontar la vida.
El inicio del relato atrapa al lector. Nos encontramos ante tres formas de llevarnos a la historia. Por una parte, los capítulos en cursiva escritos en una primera persona misteriosa (se nos desvelará más adelante) de forma condensada y breve, de extraordinaria calidad literaria, muy rítmica, microrrelatos que pueden funcionar exentos pero que tienen una misión concreta en la historia larga que poco a poco comprenderemos. El primero de ellos nos introduce en el universo del sueño, pesadilla y muerte presidido por la lluvia que da título a la novela: sé que es esa noche porque oigo la lluvia, no para de llover. El lector percibe el misterio que encierra y aunque no sabe resolverlo aún queda atrapado por él y obligado a seguir leyendo: tanto por resolver el enigma como por identificar las claves narrativas con las que está construido. Sigue una historia contada por un narrador externo omnisciente tradicional pero muy pegado a los pensamientos de los personajes, hasta el punto de que en muchas ocasiones lo que escuchamos es la traslación de los mismos, especialmente Laia, una de las protagonistas. Se trata de una psicóloga catalana que se ha trasladado a vivir a Gijón con su pareja, Emma. Finalmente, se nos trascribe el diario en el que Emma da cuenta de lo que le ocurre y piensa. Tres formas de introducirnos en la historia, cada una con su funcionalidad y su intención, que analizaremos en próximas entradas. Y en pocas páginas se nos instala en un universo femenino lleno de matices: Laia, Emma, Feli y Valeriana Santaclara, personajes bien delimitados.
Llama la atención la poderosa forma de narrar de Laura Castañón pegándose a los personajes femeninos y su trabajo con la oralidad, algo que no es nuevo en esta escritora. Leemos como si escucháramos hablar a estos personajes, a veces hasta en sus derivas menos importantes pero que construyen su personalidad, su forma de ser y enfocar la vida. Es un trabajo interesante: a partir de las voces -directas o indirectas- de cada una de estas mujeres podremos construir el relato desde diferentes perspectivas, no de una única forma de ver la historia, incluso podemos reconstruir los huecos que dejan con nuestra opinión.
A partir de estos ingredientes se nos cuenta una historia de cruce de vidas y sentimientos que van ganando el interés de los lectores en cada página. Veremos cómo.
La noche que no paró de llover tiene algunos puntos en común con aquella primera novela: la poderosa forma de plantear el relato, el buen manejo de la oralidad, el universo asturiano y el mundo femenino, así como algunos espacios y símbolos. De la primera se rescata también la referencia a dos de los personajes, Paloma Montañés y Aida. Pero no se trata de una continuidad al uso -no busque el lector una continuidad argumental de forma tradicional- sino de elementos personales de la narrativa de la autora, un mundo personal en el que sus lectores se encuentran también reconfortados al saber de antiguos personajes. La continuidad está en el tratamiento de las emociones, de las vivencias y de la forma de afrontar la vida.
El inicio del relato atrapa al lector. Nos encontramos ante tres formas de llevarnos a la historia. Por una parte, los capítulos en cursiva escritos en una primera persona misteriosa (se nos desvelará más adelante) de forma condensada y breve, de extraordinaria calidad literaria, muy rítmica, microrrelatos que pueden funcionar exentos pero que tienen una misión concreta en la historia larga que poco a poco comprenderemos. El primero de ellos nos introduce en el universo del sueño, pesadilla y muerte presidido por la lluvia que da título a la novela: sé que es esa noche porque oigo la lluvia, no para de llover. El lector percibe el misterio que encierra y aunque no sabe resolverlo aún queda atrapado por él y obligado a seguir leyendo: tanto por resolver el enigma como por identificar las claves narrativas con las que está construido. Sigue una historia contada por un narrador externo omnisciente tradicional pero muy pegado a los pensamientos de los personajes, hasta el punto de que en muchas ocasiones lo que escuchamos es la traslación de los mismos, especialmente Laia, una de las protagonistas. Se trata de una psicóloga catalana que se ha trasladado a vivir a Gijón con su pareja, Emma. Finalmente, se nos trascribe el diario en el que Emma da cuenta de lo que le ocurre y piensa. Tres formas de introducirnos en la historia, cada una con su funcionalidad y su intención, que analizaremos en próximas entradas. Y en pocas páginas se nos instala en un universo femenino lleno de matices: Laia, Emma, Feli y Valeriana Santaclara, personajes bien delimitados.
Llama la atención la poderosa forma de narrar de Laura Castañón pegándose a los personajes femeninos y su trabajo con la oralidad, algo que no es nuevo en esta escritora. Leemos como si escucháramos hablar a estos personajes, a veces hasta en sus derivas menos importantes pero que construyen su personalidad, su forma de ser y enfocar la vida. Es un trabajo interesante: a partir de las voces -directas o indirectas- de cada una de estas mujeres podremos construir el relato desde diferentes perspectivas, no de una única forma de ver la historia, incluso podemos reconstruir los huecos que dejan con nuestra opinión.
A partir de estos ingredientes se nos cuenta una historia de cruce de vidas y sentimientos que van ganando el interés de los lectores en cada página. Veremos cómo.
Noticias de nuestras lecturas
Mª del Carmen Ugarte comienza su comentario de la novela de Laura Castañón analizando uno de los rasgos de estilo esenciales: el tratamiento del lenguaje y la oralidad para la narración de la historia. Y termina como Pancho... En su segundo comentario analiza la obra a partir de sus voces femeninas, como novela de mujeres, con algunos desencuentros interesantes que os invito a ver.
A Mª Ángeles Merino le echa una mano su amiga Austri para lanzarse a todo pulmón con la novela de Laura Castañón, comenzando por el recuerdo del encuentro que tuvimos los lectores con ella a raíz de su primera novela. En su entrada, el lector curioso tiene todos los resortes para abrir La noche que no paró de llover... No os la perdáis.
Paco Cuesta abre la novela de Laura Castañón reconociendo autora y espacios y subrayando frases que definen la forma en la que está escrita. Una buena manera de abrir el apetito...
A Mª Ángeles Merino le echa una mano su amiga Austri para lanzarse a todo pulmón con la novela de Laura Castañón, comenzando por el recuerdo del encuentro que tuvimos los lectores con ella a raíz de su primera novela. En su entrada, el lector curioso tiene todos los resortes para abrir La noche que no paró de llover... No os la perdáis.
Paco Cuesta abre la novela de Laura Castañón reconociendo autora y espacios y subrayando frases que definen la forma en la que está escrita. Una buena manera de abrir el apetito...
Cuarenta entradas lleva ya dedicadas Pancho a La saga / fuga de J.B., la novela de Torrente Ballester que leímos aquí hace tiempo y que él ha decidido degustarla a sorbitos, acertadamente y mezcla en su última entrada con todo el gracejo del gallego el Santo Oficio, las poluciones nocturnas y Juana de Arco... y no os perdáis el juego de las imágenes y sus pie de foto.
Recojo en estas noticias las entradas que hasta el miércoles han publicado los blogs amigos.
Entrada del Club de lectura cada jueves, en este blog, aunque en las últimas semanas no haya podido cumplir esta promesa por diferentes cuestiones que espero se vayan remansando en las próximas.
Información sobre el presente curso en el club en este enlace.
3 comentarios:
Yo comencé la lectura con un ¡buf!, demasiado denso, esto. Sin embargo había algo que te hacía seguir leyendo. Para mí esa es una de las mayores virtudes de la novela y uno de los méritos de la autora. La sorpresa es que hay algo que te atrae como un imán a seguir leyendo.
Laura Castañón ha escrito una gran novela de la que estoy seguro que se seguirá hablando aunque no figure en los anaqueles de las librerías. Utiliza con sabiduría la mezcla de varias técnicas y temáticas controvertidas para redondear un producto de categoría.
Magníficos apuntes sobre la novela; en pocas palabras das todas las claves. Algo empecé a escribir, pero voy lento. No sé si saldrá algo.
Gracias por tus palabras y por recoger lo de Torrente.
Un abrazo y que toque la lotería, que algo nos tocará a tus lectores, je, je.
Una prueba definitiva para valorar un libro es leerlo por segunda vez Si no se cae y se llega al final con ganas de más. ¡Prueba superada!
Así ha sido mi relectura de "La noche que no paró de llover" de Laura Castañón. La leí este verano, cuando la señalaste como lectura para este curso. Disfruté y se la pasé a una amiga que también la leyó a gusto. Ahora he sentido la necesidad de volver a leer a Enma y a Laia, a Feli y a Valeria. ¡Prueba superada y a ver si Laura se pone con la tercera! ¡Y saca a Paloma Montañés de las sombras parisinas! Sospecho que lo hará si no lo está haciendo ya.
Personajes que hablan de amor, de dolor o de culpa...y sentimos a nuestro lado su torrente de palabras. Para, para, descansa...
Feliz Navidad, Pedro.
Si hay algo que desde el principio llama la atención es lo cerca que el lector está de los personajes en todo momento.
Un abrazo
Publicar un comentario