Mis padres se casaron un doce de octubre, día del Pilar que, además, es el nombre de mi madre. Ella vestía de negro, como muchas de las novias de entonces, y su rostro y talle eran de una hermosa serenidad y elegancia; mi padre llevaba traje oscuro y corbata estrecha y era alto y esbelto, con cara de galán de cine de la época.
Ayer, en la celebración del aniversario, faltaba, por segunda vez, mi padre. En realidad no faltaba, porque siempre está presente. La historia de mis padres es la de muchos españoles de su generación, marcada por la guerra que vivieron de niños, las privaciones de la larga postguerra y las ilusiones e incertidumbres que trajo la democracia. Son parte de una gran mayoría de españoles que no lo tuvo nada fácil en la vida que les tocó en suerte. De allí sacaron una dureza vital, una forma de enfocar las adversidades y las alegrías que les ha permitido entregarnos a sus hijos una España mejor que la que ellos vivieron. Porque esta generación de españoles apostó por sus hijos antes que por ellos. Mi padre vivió lo suficiente y con la suficiente consciencia para darse cuenta de la profundidad de la crisis que ahora estamos viviendo y en sus últimos meses de vida, en las conversaciones que tenía con él, expresaba con gran acierto muchas de las cosas que están pasando con sentencias sencillas y acertadas que procedían de su propia experiencia. Aunque era plenamente consciente de que los tiempos no eran los mismos, reconocía en las actitudes de los poderosos de hoy, tan globalizados, actitudes de los poderosos de entonces, tan locales. Mi padre se fue con la cabeza bien alta y una dignidad humana que para mí fue toda una lección de vida y muerte.
Ayer, en la celebración del aniversario, faltaba, por segunda vez, mi padre. En realidad no faltaba, porque siempre está presente. La historia de mis padres es la de muchos españoles de su generación, marcada por la guerra que vivieron de niños, las privaciones de la larga postguerra y las ilusiones e incertidumbres que trajo la democracia. Son parte de una gran mayoría de españoles que no lo tuvo nada fácil en la vida que les tocó en suerte. De allí sacaron una dureza vital, una forma de enfocar las adversidades y las alegrías que les ha permitido entregarnos a sus hijos una España mejor que la que ellos vivieron. Porque esta generación de españoles apostó por sus hijos antes que por ellos. Mi padre vivió lo suficiente y con la suficiente consciencia para darse cuenta de la profundidad de la crisis que ahora estamos viviendo y en sus últimos meses de vida, en las conversaciones que tenía con él, expresaba con gran acierto muchas de las cosas que están pasando con sentencias sencillas y acertadas que procedían de su propia experiencia. Aunque era plenamente consciente de que los tiempos no eran los mismos, reconocía en las actitudes de los poderosos de hoy, tan globalizados, actitudes de los poderosos de entonces, tan locales. Mi padre se fue con la cabeza bien alta y una dignidad humana que para mí fue toda una lección de vida y muerte.
Mis padres se casaron un doce de octubre, día del Pilar. Recuerdo que ese día era siempre una celebración muy especial y que la casa entera olía a primavera, aunque fuera otoño.
34 comentarios:
hermosa historia Pedro,felicidades !
mi padre dejó de celebrar su matrimonio una vez que mi madre murió
pues hay dolores que no se van y vidas que no se restauran ni se recomponen
Un dulce recuerdo.
Un beso en tu corazón
Bonita fecha para un aniversario.
Que recuerdos tan entrañables.
Un abrazo.
Cuadro de luces de los de antes.
Feliz aniversario, en especial para tu madre, Pilar.
Besos
Sí, mi madre también se casó de negro en aquella época las mujeres se casaban de negro, lo que no he averiguado nunca es... ¿por qué se casaban de luto?
El día de Pilar, no sólo será el día del Pilar por el nombre de tu madre, sino por ser una fecha tan importante para ti por el aniversario de su boda, que, aunque no estén, siguen presentes en tu memoria y corazón.
Un beso.
Precioso homenaje. Tu padre debió de ser un gran hombre por lo que ha dejado tras de sí.
Felicidades a los tres.
Tu padre vive mientras tu lo recuerdes.
Es bueno poder gozar de nuestra anciana madre. Mañana, la mia viene a comer. Es actriz. (Sí, a los ochenta, sigue en las tablas! )
Un abrazo.
Un análisis de toda una generación a través de tus padres...con valores de una dignidad perdida y de un conocimiento que no es superado actualmente con la invasión de las tecnologías.
Antes que nuestros padres Albert Einstein decia: "El día en que la tecnología supere a la humanidad habremos creado una generación de idiotas" y ese día ha llegado.
Hermosa entrada, Pedro.
Digno homenaje.
Sin memoria no hay futuro.
Abrazo.
Antón.
Felicitaciones Pedro, de tal palo tal astilla. Besito.
Estimado, Pedro.
Hermosa naración.
Abrazos, brasileños
Una entrada preciosa.
Aunque no estén presentes nuestros seres queridos, siguen vivos en nuestros corazones y en nuestra memoria.
Rita.
Donde hubo amor, la primavera queda.
No debe ser nada facil para tu madre sobrellevar su ausencia física. Que sus hijos la arropen debe ser muy consolador para ella, porque en cada uno de uds supongo que siente su presencia implícita.
Besos
Se suman los años, pero el recuerdo no entiende de fechas...
Un abrazo
Leyéndote me parecía estar leyendo en parte la historia de mis padres. Tantos años de sacrificios para ver que van volviendo de nuevo a los viejos tiempos.
Aunque él ya no esté presente es bonito que os sigáis juntando para celebrar el aniversario. Es una manera de tenerlo con vosotros.
Un beso
ENTRAÑABLE POST...RECORDANDE A TU PADRE!!UN SALUDO,PEDRO!!
"y que la casa entera olía a primavera, aunque fuera otoño".
Gracias, Pedro.
Estoy temiendo la muerte de mis padres.....porque con ellos se van nuestras referencias, nos quedamos solos para enfrentar el mundo, y el recuerdo es la manera de tenerlos presentes. Bonitas referencias y recuerdos nos plasmas hoy. Un beso fuerte.
Ah!...sé donde hiciste esa foto, jeje.
Buena cosecha la de tus padres.
Siempre vi en ti al hijo modélico, y agradecido que eres.
Feliz aniversario, profesor. Un beso.
Mi Señor Ojeda,
Hermoso recuerdo de familia que comparte con nosotros, con tantos mensajes y vivencias parecidas que igualmente podemos hacer nuestras.
Afrontamos una realidad regresiva, donde las desigualdades aumentan en lugar de reducirse, y el presente continuo quiere llevarnos al pasado; si queremos pensar en el futuro de nuestros hijos, debemos frenar la resignación y plantar cara a los problemas; con honestidad y justicia, y justicia significa no repartir la carga de los males entre todas, sino más a quien más mal hizo; y con honestidad construir un nuevo modelo social justo y solidario, transparente, participativo, democrático y sostenible.
Noticias del Quijote: Hoy veía [esta foto] en un grupo feisbuk, donde se hacía eco de la recién terminada Semana Cervantiva en Alcala de Henares; pero tras la esquina donde está el cartel de Quijote y Sancho, al fondo se ve una mujer (una de muchos) recogiendo pan que según comenta el fotógrafo habían tirado (por cientos de barras), a los cubos de basura al cerrar el mercado.
Nada nuevo en nuestras ciudades donde nunca los cubos de basura fueron huérfanos de rebuscadores; pero ni antaño se tiraba el pan en grandes cantidades a los cubos de basura, ni los rebuscadores habían ido en aumento, sino al contrario; lo inquietante es, que nadie nos garantiza que quizás mañana alguno de nosotros no tengamos que unirnos a ella/os, para poder llevar o llevarnos algo a la boca.
Suyo, Z+-----
Nota: Mi querida Señora María, desconozco el caso concreto de la Señora Pilar, madre del Señor Ojeda, o de la suya, pero según la región y tradiciones familiares, cuando el luto era muy largo o sentido y la muerte de un familiar cercano (padres, hermanos) había acaecido con la fecha de la boda ya concertada, si éste era riguroso, no se cambiaba la fecha (normalmente) pero la novia no vestía el blanco preceptivo e iba de negro.
Suyo, Z+
Es verdad que antes había luto por todas partes, la gente se moría mucho y a destiempo. Pero eso no impedía las bodas y las celebraciones, como las penas, iban por dentro.
Yo creo que antes era más facil encontrar el interruptor de las alegrías y la penas: las fechas tenían un valor fuerte. Hoy predomina una celebración confusa.
Aunque sin duda cada época tiene sus confusiones y sus interruptores.
Una madre Pilar, un padre sabio y esforzado que ya no está, pero permanece presente.
Una celebración "imperdible" cada 12 de Octubre.
Te comprendo y lo comparto.
Saludos!
Emotivo y bello homenaje no solo a tus padres sino a muchos padres. Muy bello
Me ha encantado leerlo, me gusta muchísimo.
Un cordial abrazo,-
Felicidades por haber disfrutado de unos padres tan especiales y singulares. Y, sobre todo, lúcidos. Quizá de ellos te venga tu lucidez. Lástima que él no puediera estar presente en la celebración, aunque sí estuviera en vuestros corazones. Un abrazo, querido amigo.
Gracias, Sr. de la Vega, eres muy amable, gracias por tu explicación.
Un beso.
Los interruptores de antaño, esos que seguro contribuyeron a iluminar la felicidad de tus padres.
¡Qué bonito, Pedro!
Y muy emotivo.
Un abrazo grande
Recuerdos agridulces. Disfruta de ese "interruptor" que da luz.
Mañana hace años que los míos... se apagaron
"sentencias sencillas y acertadas que procedían de su propia experiencia" Esta frase Me recuerda tanto mi padre.
Un abrazo
Aquellos hombres y mujeres levantaron el país trabajando de sol a sol y rara vez se quejaron porque no había a quién quejarse, hacerlo era tan inútil como encararse con la luna o la "g" de la palabra gnomo para un castellano parlante. Y aprendieron que de nada sirve esconder la muerte, por eso guardaban el luto por los seres queridos hasta en los momentos más alegres de sus vidas.
Emocionante homenaje a las raíces.
y tienes que seguir celebrando ese 12 de octubre con las mismas ganas y con ese olor a primavera, aunque sea otoño, porque seguro que ese es el espíritu que te inculcó tu padre y que se ve que tú aprendiste con devoción.
biquiños,
Con unas pocas pinceladas qué bien has retratado esas imágenes familiares y sociales.
Hace unos días mi marido me contaba que vio en la calle a un moro que cogía un trozo de pan del suelo, lo besaba y lo dejó, con toda la delicadeza del mundo, sobre el poyete de una ventana, y siguió su camino después. Mi marido se sorprendió al verlo porque hace muchos años que ya nadie hacemos eso aquí en España. Fue hermoso verlo, me dijo.
Deberíamos reflexionar a fondo sobre en qué nos ha convertido la borrechera de esa riqueza en la que hemos vivido.
Saludos, Pedro.
En otoño entra un viento frío que se lleva lo más cálido de nuestras vidas.
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