lunes, 20 de febrero de 2012

Pigs


Una de las cosas que la crisis actual está poniendo en tela de juicio es la supervivencia de estructuras culturales y de producción diferentes al ámbito estricto de las recetas económicas del neoliberalismo. En Europa ha afectado especialmente a los países recogidos bajo el acrónimo despectivo PIGS (Portugal, Italia, Grecia, España), literalmente "cerdos" en inglés, que, tradicionalmente, se han regido por una forma de relación entre la producción económica y la calidad de vida entendida como una forma de comprender la sociedad en la que no todo era mensurable según las estadísticas del mercado financiero sino más bien en un concepto cultural que podríamos denominar como mediterráneo.

A partir del fortalecimiento y crecimiento de la Unión Europea, en los años ochenta del pasado siglo y, especialmente, tras la implantación del euro como moneda única, estos países comenzaron a jugar en una división en la que se les medía definitivamente con los mismos parámetros que, por ejemplo, Alemania. Por supuesto, era una noble aspiración que todos los habitantes ansiaban, fomentada por sus líderes políticos y que tuvo, inicialmente, unas consecuencias muy positivas. Pero que no vino acompañada de reformas estructurales.

Quizá porque el cambio cultural que suponía era de tanta profundidad que necesita mucho más tiempo para realizarse y, sobre todo, la serenidad suficiente para afrontarlo y unos líderes de opinión que pudieran explicar las ventajas y los inconvenientes de hacerlo. Cuando a un país como España se le mide con los mismos parámetros neoliberales que a otro como Alemania ya no entran en la ecuación las horas de sol ni la tradicional vida mediterránea sino las matemáticas de la productividad. Pero a los españoles -o a los portugueses o a los griegos o a los italianos- esto no pareció importarles: de Europa vinieron fondos para grandes infraestructuras pero también para abandonar el campo o la ganadería, poco competitiva. Me corrijo: para modificar la forma de trabajar el campo o la ganadería, pero en en España se usó este dinero para dejar de cultivar o cultivar mal con el objeto de cobrar las subvenciones o para cerrar las explotaciones ganaderas poco rentables y, con los ingresos, especular en el gran festín del ladrillo o la maquinaria. El campo español se llenó de grandes todoterrenos para pasearse por el campo más que trabajar en él e imponentes maquinas agrícolas infrautilizadas. Sucedió lo mismo en el mundo urbano. Curiosamente, este mundo irreal en el que se vivió durante una década es al que muchos aspiran a volver sin darse cuenta de que es la causa de gran parte de los males actuales.

La consecuencia fue que España -como todos los PIGS- pensó que era Alemania pero podía vivir como se había vivido siempre en el país. La cuadratura del círculo. Los políticos fomentaron el derroche en la época del dinero fácil inaugurando más infraestructuras, museos, aeropuestos, quilómetros de autovía y trenes de alta velocidad, complejos deportivos de alto rendimiento, etc., que Alemania sin preocuparse en cambiar las estructuras productivas ni usar la llamada pedagogía política para explicar los cambios mentales que debían realizarse si se quería mantener ese tipo de vida. Todo fue bien mientras el dinero circuló a manos llenas, pero todo se vino abajo cuando el dinero dejó de fluir. Todo el país perdió la cordura y siguió jaleando a los políticos corruptos por el mero hecho de que hacían circular el dinero, con la esperanza de que ese juego perverso no tuviera fin.

Cuando tomamos el café antes que la sopa sucede esto: que un país quiere vivir como otro sin cambiar las estructuras mentales que pueden asentar los cambios queridos y que sin modificar aspectos esenciales de la identidad y la forma de entender el mundo no hay trasformación posible y menos en un par de décadas. Pero quién explicaba a un español, en medio de la fiebre del oro, que no se puede vivir como un alemán sin pensar como él, sobre todo cuando le han repetido la consigna de que puede hacerlo con poco esfuerzo. Quizá nunca debimos jugar a ser Alemania. Sobre todo porque no lo somos ni tenemos por qué serlo. Pero eso implica unas consecuencias que muchos no quisieron -ni quieren- ver.

23 comentarios:

Lola Fontecha dijo...

No quiero jugar a ser Alemania, despues de muchos años por fin conseguimos ser España y me gusta donde vivo.... me da miedo lo que estoy viendo porque eso da lugar a situaciones como las de valencia.....https://www.facebook.com/#!/photo.php?fbid=335883306453606&set=a.113139138728025.6071.112956075412998&type=1&theater estudiantes manifestandose y la represión obtenida... me han dejado fuera de juego, ha sido como hacer un viaje al pasado...

Myriam dijo...

No creo que se trate de querer ser otro país, pero si creo que se pueden corregir determinados aspectos que no funcionan bien del propio país: como la corrupción generalizada en las estructuras de poder, la baja explotación de los recursos agropecuarios, la idustrialización efectiva y racionalizada (que implica entre otras cosas la no compra de trenes de alta velocidad por negociados y coimas) etc.

Cuando te digo ésto pienso en el ejemplo de Suecia: en siglo XIX todavía era un país extremadamente pobre mayormente agrícola, del que los suecos emigraban muertos de hambre. La cosa cambió en el Siglo XX cuando excelentes gobiernos socialdemócratas -que lograron un buen pacto social con sindicatos, asociaciones y partidos opositores- racionalizaron la burocracia, invirtieron en Salud y Educación, en industrializar el país: desarrollando la industria del Acero, por ejemplo. Suecia como país protestante tiene una fuerte ética del trabajo y no estamos hablando de neoliberalismo, ni de Bancocracia.

Besos

lichazul dijo...

las identidades mutan, pero la esencia sigue siendo la misma
de este porrazo socio-financiero seguro todos aprenderemos y aprendeheremos a que hay cosas que no es bueno copiar sin antes ver los mecanismos , y sobre todo la letra chica de todo negocio

Besos Pedro

Myriam dijo...

ahhh y Lo de llamar PIGS a estos países mediterráneos: un buen ejemplo de los mal que ciertas personas usan el lenguaje, en este caso inglés. ¿no? ussssshhhhhhhhh

Más besos

Anónimo dijo...

besos y abrazos querido amigo mio

SAU

São dijo...

Primeiramente penso que os ditos PIGS deveriam ter reagido contra a denominação , injuriosa.

Em segundo lugar, a Alemanha beneficiou grandemente pois vendeu tudo a toda a gente.

Em terceiro lugar, é uma vergonha o que estão fazendo à Grécia, depois de a UE ter pactauado com as contas mal feitas e com a Direita no Governo do país.

Esperemos para ver o que sai da reunião que ainda decorrre...

Serena noite, meu amigo.

Spaghetti dijo...

Ningún país puede ser otro, como nadie puede vivir la vida de otro sin enfrentarse a un fracaso predestinado.
Lo que se hizo con los fondos europeos fue adaptarlos a la forma de vida de los españoles y no para adoptar la vida de los alemanes, si las subvenciones eran para biocombustibles, se plantaban girasoles, se cobraban y no se recogían ... propio de la picaresca tan española... Pero esos que nos llaman PIGS, ya sabían cómo somos, que no se sorprendan ahora ... cambiaremos las costumbres, las fiestas, las tradiciones ... pero seguiremos siendo españoles.

Antón de Muros dijo...

Me disgusta el acrónimo peyorativo.

Lamento que no se hayan aprovechado los recursos en forma inteligente.

El desafío es cambiar lo que no beneficia a la gente.

Abrazo.

Antón.

Merche Pallarés dijo...

Mejor nos hubiese ido si los politicastros no hubieran robado tanto... Besotes germánicos, M.

Hernando dijo...

Cada país tiene su indiosincracia, que es difícil de cambiar y que no tiene que cambiar, por historia, por situación geográfica...etc.
Pero otra cosa es la corrupción, el aprovecharse de una situación, el no utilizar bien unos recursos que nos han venido por políticas de cohesión de la CEE, para qué tanta autopista, kilómetros del AVE, grandes centros culturales si ahora no hay dinero para utilizarlos y conservarlos?
Parece que un país para que sea grande tiene que ser industrial. Pero la agricultura es necesaria tenemos que comer, tienen que haber países eminentemente agrícolas ofreciendo un buen producto de calidad y a cambio recibir unas ayudas de los países que se aprovechen de ésta calidad de productos alimentarios.

pancho dijo...

Nos embarcamos en un tren que iba demasiado deprisa para las vías de antes que teníamos y descarrilamos. Es el viejo mal de los delirios de grandeza. Aún nos debe quedar algún ramalazo de la época del imperio en la que no se ponía el sol.

Quizá este desastre, este volver a empezar de cero, como si fuéramos hormigas que apenas se atreven a salir del hormiguero, no nos venga mal del todo y signifique un rearme de los valores perdidos, inducidos y fomentados por la borrachera de despilfarro que nos ha tenido anestesiados.

Por nuestro bien y el de las generaciones posteriores que serán las que más sufran las consecuencias, las cosas no pueden volver a repetirse.

Qué bien has descrito lo que pasa en la agricultura y ganadería.

matrioska_verde dijo...

poco puedo añadir a lo que has dicho y a lo que han añadido los comentaristas que me preceden.

lo de PIGS es muy feo.

bqñs,

Crisandbar dijo...

Muy interesante el artículo. Pero, ¿sabes qué es lo que me parece más dramático?
Que algunos, ignorando incluso el equilibrio socio-económico de otros países, no pretenden siquiera llegar a ese nivel, sino que se dejan guiar por quien da el grito mas fuerte, sin criterio, embaucados. Creo que eso es un gravísimo problema de personalidad de España, que juega a lo que se tercie y en su falso afán por madurar, se pierde.

Joselu dijo...

En el año 92 organizamos simultáneamente unos juegos olímpicos y una exposición universal en Sevilla. Alemania no se hubiera atrevido a hacerlo. Ahora se insiste e insiste en organizar de nuevo unos juegos olímpicos en Madrid. Italia ha desistido del proyecto por ser conscientes de la penuria de las finanzas italianas, y sabiendo que unos JJ.OO. son un pozo sin fondo. Aquí no es que queramos vivir como los alemanes siendo españoles, no, los alemanes nunca harían gastos tan inútiles y ostentosos como si fueran demasiado ricos. Somos nosotros, que somos casi pobres, cada vez más, los que nos esforzamos en parecer ricos y gastar lo que no tenemos. Y en esto es tan culpable el PP como el PSOE. Ahí tienes a la Comunidad Valenciana en estado de quiebra táctica o al ayuntamiento de Madrid gravemente endeudado. Pero quieren y reclaman organizar unos JJ.OO. No lo quisieron ver y no lo quieren ver. Filosofía de pobretones que un día que pudieron se hartaron de comer y gastar como si fuera el fin del mundo.

Francisco O. Campillo dijo...

Excelente análisis. Uno de los mejores que he leído sobre las razones profundas que nos han llevado al punto donde estamos en este momento.

Abejita de la Vega dijo...

¡Qué mala leche! ¿Quiénes son los pigs? No los que vivimos de nuestro trabajo. La mayoría, los que no hemos provocado la crisis estamos pagándola.

Duele mucho leer eso de los subvencionados paseando por el campo en lugar de trabajarlo. Por no hablar de los blindajes millonarios de los directivos de ciertos bancos.

¡A mí que me registren!

Excelente análisis Pedro.

Gelu dijo...

Buenos días, profesor Ojeda:

Certera reflexión escrita y excelentes comentarios.
¡¡¡Los PIGS de cuatro patas están hartos!!!
¿Por qué siempre utilizan su nombre en tono insultante?
¡Humanos insaciables, destructivos, mentirosos, ...humanos inhumanos!
Usar acrónimos así, en el idioma de Shakespeare, -coincido con Aldabra- es muy feo.
Me quedo con los dos versos del poema de César Vallejo: Los nueve monstruos

"¡Ah! desgraciadamente, hombres humanos,
hay, hermanos, muchísimo que hacer."

Abrazos.

Paco Cuesta dijo...

Creo que no hemos jugado a ser Alemania; más bien a españolitos cachondos compulsivos

Montserrat Sala dijo...

Ingeniosa comobinación de letras acrónimas, pero yo para nada me siento un PIGS. ES verdad que hemos vivido a un nivel que no era el nuestro. Y que los alemanes son mas trabadores y más rubios, pero tenia que pasar porque no sabemos medir ni nuestra capacidad de trabajo ni nuestro sentido del sacrificio. Así que viva Pepa. Hay otro factor a tener en cuenta y que es importante.
Tanto Alemania como Francia, són muchos mas ciudadanos en llevar el peso de toda la economía del país muchos millones de de diferncia, que consumen y que pagan impuestos. Y además no tinen nestra picaresca tan estupendamente desarrollada y llevada hasta límites indecibles. De esto si que hemos producido y en cantidad, y ellos sí que son PIGS, pero no el resto de la ciudadanía, que bastante tiene en pagar por sus entuertos.
Un saludo cordial.

Montserrat Sala dijo...

AH! se me olvidaba: NO te arrastres para sacar la foto, tanto que al final, saldras de tus escaramuzas oliendo a eso que dicen los anglosajones.

Edurne dijo...

Una excelente reflexión, con la que no puedo estar más de acuerdo!

Todo esto es una lástima, una verdadera injusticia, un tremendo desaguisado...!

Un abrazo!
;)

Estrella dijo...

Los españoles tenemos un refrán muy significativo: "dame dinero y no consejos". En fin, nunca aprendemos. Y a esos del PIGS habría que ver qué esperaban recibir de nosotros: nadie da duros a cuatro pesetas.

Qué buen análisis has hecho y qué bien expuesto el tema.

Kety dijo...

Estoy de acuerdo con Paco.