Ágora tiene una factura técnica brillante. La reconstrucción física de Alejandría está muy lograda, los efectos son más que correctos. Quizá en demasía: el mismo Amenábar ha declarado que en cada plano debían notarse los muchos recursos económicos y técnicos con los que cuenta una producción de este tipo. En algunas ocasiones el montaje final parece condicionado por esta necesidad. También peca por exceso la presencia de la música: es muy buena (obra de Darío Marianelli), pero Amenábar, como otros directores, deberían descubrir el conseguido efecto del silencio. El guión (de Amenábar y Mateo Gil) es eficaz y la dirección muy buena, así como la fotografía (Xavi Giménez) y el vestuario (Gabriella Pescucci). Hay una gran labor de investigación, reconstrucción y propuesta artística. La producción, una de las más caras de la historia del cine europeo, está muy cuidada.
Los personajes están bien caracterizados, dotándolos de la individualidad necesaria. En contra de lo que puede parecer, Hypatia tiene aspectos conscientemente diseñados para conseguir separarla de una recepción entusiasta por parte del espectador (su renuncia a la pasión amorosa, la incongruencia de que conserve seres humanos como esclavos), como hemos visto: facetas que provocan un distanciamiento de la emotividad general, aunque siempre cuente con la simpatía del público por su mensaje político y la defensa de su opción personal como mujer y como científica. Su tratamiento es más propio de la revisión del género trágico clásico que del drama (opción muy adecuada para la reconstrucción de la época y que tendré en cuenta en mis conclusiones). Es una mujer movida por la obsesión del conocimiento y la condena de todo fanatismo: por eso no deja participar a sus discípulos en los conflictos callejeros, se preocupa por salvar los libros aun a costa de insultar a Davo recordándole su condición de esclavo, interviene en la vida pública influyendo en la toma de decisiones políticas, etc. Raquel Weisz compone a la perfección este personaje.
Davo está caracterizado como un personaje sin rumbo propio y por eso resulta tan atractivo: es un náufrago que se mueve sin más hilo de continuidad biográfico que sus sentimientos por Hypatia. Tanto sus momentos más nobles como los más condenables se deben al amor que siente por ella y la reacción que le provoca el temor a ser rechazado o ser tratado de forma injusta. Se hace cristiano por querer ser su igual (opción contradictoriamente negada en la ideología de Hypatia), pero comprende la inutilidad de su pretensión y tendrá una función esencial en el final de Hypatia. Es, por lo tanto, un hombre que debe su razón de ser a este amor y, como tal, será triturado tanto por sus sentimientos internos como por la historia. Está bien interpretado por Max Minghella. Cuando la cámara lo acompaña a la salida del Serapeo sabemos que su vida ya no tendrá más sentido que recordar a Hypatia, nunca podrá vivir hacia el futuro.
Orestes es un escéptico. Lo era como pagano y lo seguirá siendo tras su conversión, de la que cabe dudar la sinceridad y que le dará el cargo de pretor imperial. Su vida también gira entorno a Hypatia, de la que está profundamente enamorado, y, en este sentido, se parece a Davo puesto que muchas de sus acciones sólo intentan hacerlo merecedor de su amor o suponen una reacción violenta ante su rechazo. Pero su final, curiosamente, será menos noble que el del antiguo esclavo: su falta de personalidad le hará permitir la muerte de quien ama sin intentar más que intrigas políticas para salvarla. Óscar Isaac, desde mi punto de vista, no está a la altura del personaje y éste pierde con ello. Tolerable cuando su personaje aún es joven, se pierde irremediablemente cuando es mayor.
Sinesio, el discípulo cristiano de Hypatia, es un personaje muy bien caracterizado. Cristiano moderado, no participa activamente en las luchas callejeras y permanece al lado de Hypatia hasta que debe huir del Serapeo. A su regreso, como obispo, critica el fanatismo de los cristianos que han asesinado a los judíos e intenta frenar los extremos de Cirilo y salvar a Hypatia, pero cuando no puede con él, opta por dejarlo hacer y refugiarse en la fe. La escena en la que habla con Orestes cuando todo es ya inevitable, es magnífica y define a ambos: el pretor como una persona débil y derrotada por sí mismo antes que por sus enemigos y el obispo como un hipócrita que cerrará los ojos ante lo que ya no puede detener para seguir al frente de su Iglesia. Rupert Evans, al contrario que Isaac, es más convincente cuando su personaje es mayor que cuando es joven.
Cirilo, el obispo, está retratado como un manipulador cuya pretensión es alzarse con el control espiritual y político de Alejandría. No duda, para ello, en empujar a los cristianos más fanáticos a todo tipo de actos violentos, incluido el asesinato de Hypatia que, para él, no es un fin en sí mismo puesto que busca debilitar el poder de Orestes. No presenta ningún resquicio de bondad o de tolerancia. Sammy Samir compone excelentemente este personaje.
Amonio, bien interpretado por Ashraf Barhom, es uno de esos fanáticos, cabecilla de los parabolanos, un grupo que está a medio camino de una fuerza armada de choque y una organizción de atención a las necesidades de los cristianos de Alejandría. Su carácter se define en la acción y en el enfrentamiento en el ágora sin dar ningún respiro a los creyentes de otras religiones.
El resto de personajes está ejecutado de forma correcta por sus intérpretes, aunque el conjunto de los secundarios es irregular.
Quiero resaltar aquí varias perspectivas en el manejo de la cámara por parte de Amenábar. En primer lugar, un cierto clasicismo en algunos pasajes que contribuyen a dar aspecto de serenidad (positivo) y estatismo (negativo) a los personajes que huyen del fanatismo y que, en contraste con otros momentos y, sobre todo, con los hábitos de mucho cine de hoy -especialmente el de acción- se perciben con cierto toque de frialdad: todo es armónico y equilibrado y el espectador que no gusta de este tipo de cine lo percibe con extrañeza. Pero es un efecto buscado y logrado, que hay que alabar.
En segundo lugar, el tratamiento de los tumultos callejeros. Amenábar ha declarado que quería tratarlos como si fueran unos reportajes de la CNN. No sé si logra del todo ese efecto de verismo, pero consigue plenamente que el espectador se sitúe al mismo nivel de los personajes en estas escenas de confusión y violencia. Es de agradecer que huya de los planos más morbosos y, en especial, en la muerte de Hypatia. A los espectadores que gustan de las mayores truculencias en el cine no les convencerá esto, pero el tratamiento de Amenábar es correcto y de apreciar y hará que la película sea revisitada sin hartazgo.
En tercer lugar, unos planos aéreos que, imitando determinados programas informáticos, nos trasladan desde la visión del cosmos hasta la arena de las calles de Alejandría. Quizá sea un recurso demasido usado en esta película, pero es innegable que están conseguidos. Inicialmente tienen que ver con la obsesión de Hypatia por los estudios astronómicos, pero tienen algo más, puesto que son los que esconden gran parte de la propuesta ideológica de la película. Consiguen su pretensión: dar la dimensión real de los conflictos humanos (marcado expresamente en dos momentos: cuando la cámara gira invirtiendo el plano en el saqueo de la Biblioteca del Serapeo significando que ya nada volverá a ser lo mismo y cuando se trata a los que participan en el tumulto callejero como hormigas).
Pero esto ya tiene que ver con la conclusión, que vendrá con la entrada que cierra esta serie, el martes.
Quiero resaltar aquí varias perspectivas en el manejo de la cámara por parte de Amenábar. En primer lugar, un cierto clasicismo en algunos pasajes que contribuyen a dar aspecto de serenidad (positivo) y estatismo (negativo) a los personajes que huyen del fanatismo y que, en contraste con otros momentos y, sobre todo, con los hábitos de mucho cine de hoy -especialmente el de acción- se perciben con cierto toque de frialdad: todo es armónico y equilibrado y el espectador que no gusta de este tipo de cine lo percibe con extrañeza. Pero es un efecto buscado y logrado, que hay que alabar.
En segundo lugar, el tratamiento de los tumultos callejeros. Amenábar ha declarado que quería tratarlos como si fueran unos reportajes de la CNN. No sé si logra del todo ese efecto de verismo, pero consigue plenamente que el espectador se sitúe al mismo nivel de los personajes en estas escenas de confusión y violencia. Es de agradecer que huya de los planos más morbosos y, en especial, en la muerte de Hypatia. A los espectadores que gustan de las mayores truculencias en el cine no les convencerá esto, pero el tratamiento de Amenábar es correcto y de apreciar y hará que la película sea revisitada sin hartazgo.
En tercer lugar, unos planos aéreos que, imitando determinados programas informáticos, nos trasladan desde la visión del cosmos hasta la arena de las calles de Alejandría. Quizá sea un recurso demasido usado en esta película, pero es innegable que están conseguidos. Inicialmente tienen que ver con la obsesión de Hypatia por los estudios astronómicos, pero tienen algo más, puesto que son los que esconden gran parte de la propuesta ideológica de la película. Consiguen su pretensión: dar la dimensión real de los conflictos humanos (marcado expresamente en dos momentos: cuando la cámara gira invirtiendo el plano en el saqueo de la Biblioteca del Serapeo significando que ya nada volverá a ser lo mismo y cuando se trata a los que participan en el tumulto callejero como hormigas).
Pero esto ya tiene que ver con la conclusión, que vendrá con la entrada que cierra esta serie, el martes.
21 comentarios:
pucha profe , no nos mate el final jajaja
acá no asoma en los cines ni por si acaso
ni en los de arte
en fin seguiremos esperando
un besito Pedro
que la semana sea preciosa
Perfecto. Me haces revivir la película. De los personajes, me suele pasar que siempre siento más afecto por unos que por otros. En este caso, Hipatia se lleva todo mi afecto y me caen fatal casi todos los hombres. Un abrazo.
Entiendo a Davo.. este amor desmesurado del alumno que no sabe como atraer la atención y los desvelos de su maestra...un amor-odio , donde finalmente el amor vence al evitarle, de mútuo acuerdo, las vilezas y atrocidades que seguramente le esperaban una vez muerta...
Remarcable y delicado Almenábar por evitar todo el morbo que por desgracia abunda en el cine..
Me callo..Admiro.. Espero y sigo guardando..
Besos, Pedro...
La interpretación de Rachel aunque más que aceptable no consiguio 'enamorarme' como ha hecho en alguna otra ocasion con sus trabajos. Posiblemente lo que mencionas sobre el tratamiento del personaje tenga algo que ver en ello.
Buena semana!
Un análisis exhaustivo de los personajes. Me gusta mucho tu comentario sobre la pretensión de Amenábar de huir lde a adhesión facilona hacia la protagonista.
Por otra parte, también del trabajo tan pensado en los planos de cámara. Personalmente, los momentos en que los personajes miran al cielo en sus conversaciones sobre astronomía y se ven tan cercanos a las estrellas son de un profundo lirismo.
Me encanta tu análisis tan detallado.
Bueno, pues ya la he visto y me ha encantado. Comparto casi todo lo que dices en esta entrada y en las anteriores. La historia, independientemente de los datos contrastados que aporta de los sucesos de Alejandría y de los pocos que sabemos de Hypatia, naturalmente novelados y adaptados necesariamente a lo que es una obra artística, me ha parecido una simbolización o quizá una metáfora de los problemas que acosan a nuestro tiempo actual: el fanatismo, la esclusión del otro, el miedo a perder lo conseguido, el papel de la religión en la deriva de muchos países y su obsesión por imponer sus reglas, la hipocresía del poder, la manipulación de las masas, la ambición, el papel de la mujer en la sociedad y el que su ascenso en ella (mayor libertad) se siga percibiendo en muchos casos como una imposición o como un mal menor, la igualdad entre las personas independientemente de su estatus, la tolerancia necesaria para convivir, el amor frustrado, la lealtad política y personal versus deslealtad, el poder como fin y no como medio, la razón frente al dogmatismo... Tantas cosas que salvo por el escenario en el que se desarrollan no hacen más que hablar de lo que pasa en el mundo actual, lo cual no quiere decir que los hechos no se hayan dado de forma parecida y por unas u otras causas desde el principio de los tiempos en todos los grupos humanos. Indudablemente hay una ideología detrás (o dentro) del guión.
Como tú dices, quizá el personaje más perdido sea Davo pero me parece el más íntegro y humano, y al final el más valiente, independientemente de Hypatia. Tarda en reaccionar pero al final está donde debe estar y tiene la valentía de hacer lo que debe hacer a costa de sí mismo y de sus sentimientos.
A mí ella no me ha parecido fría sino racional, en el papel que debe desempeñar una/un científica/o, aunque sea difícil de entender para la época, pero realmente fue así. Quizá renuncie a una relación personal, al amor, pero no me parece que excluya la pasión, otra cosa es que se entregue a ella. Estamos demasiado acostumbrados a que las heroínas de las pelis sean algo almivaradas y renuncien a muchas cosas en aras del amor. Yo creo que Hypatia sí se enamora de Davo (en la escena en la que él la acosa no se entrega pero tampoco lo rechaza de forma contundente como lo hace con Orestes) pero le puede su posición social frente a la esclavitud de él y su necesidad de mantenerse centrada en la Ciencia, su verdadera pasión.
El personaje de Sinesio, que me encantó al principio, me decepciona después por su incoherencia y falta de escrúpulos. De un cristiano más o menos tolerante y admirador confeso de Hypatia, acaba sometiéndose al dogmatismo más ramplón impropio de alguien que parece estar dotado de bastantes luces. Su poder eclesiástico acaba por dominarlo y lo somete.
Y Orestes, guiado por la misma ambición aunque en el plano político, acaba también convirtiéndose en un cobarde y un desleal. Los dos únicos que hubieran podido hacer algo por Hypatia acaban comportándose como auténticos tránsfugas.
El final me ha emocionado.
De la ambientación, fotografía, decorados, música, etc. comparto contigo todo lo que dices. Amenábar ha echado el resto en esta peli y se nota, aunque a mí me han gustado mucho todas las que ha hecho.
Aunque sé que decir cosas como la que voy a decir puede no resultar (para algunos o algunas) políticamente correcto, creo que la visión de esta peli desde el ojo de una mujer puede diferir bastante de la de un hombre. A mí Hypatia me enamora, la comprendo y la defiendo. También me enamora Davo,y lo comprendo, y lo defiendo. Son los personjes centrales de la película y no podrían existir el uno sin el otro para que el argumento tenga sentido y alcance el nivel de dramatismo necesario.
Siento haberme extendido tanto, pero tenía ganas de contarlo.
Besazos.
Excelente tu tercer post sobre Ágora y el resumen de ISABEL HUETE. No puedo añadir nada a lo que habeis añadido vosotros excepto que en la escena aérea cuando van corriendo de un lado para el otro a mi más que hormigas me parecieron cucarachas, bueno al principio parecen hormigas pero luego, cuando van más deprisa, para mi son cucarachas. Besotes, M.
yo aun no la he visto, pero quiero hacerlo y más aun despues de ver que tu le das una buena critica. besos
Como sigas poniendo capítulos e Isabel haciendo sus explayaciones (creo que me acabo de inventar la palabreja), me la voy a saber de arriba a abajo antes de verla.
Feliz semana.
Apreciado Pedro…
Estas cinco partes son un autentico lujo. No sé si después de leerlas (conclusión venidera incluida) tendré ganas de ver la película. Por aquello que se dice que el libro suele estar por encima de la propia película simplemente porque la esencia no se resume en imágenes sino en palabras. A pesar de que tú no has escrito un libro, tus palabras son una síntesis tal que me hace tener miedo al visionar la película como un mero espectador. No obstante, si puedo… la veré. Tu análisis me servirá para comprender más la trama en sí.
Leyendo la tercera entrega, donde haces mención a la crítica histórica de aquel que al criticar lo hace aludiendo a que uno se aleja de ciertos detalles verídicos o dudosamente ciertos para adentrarse en un mundo de suposiciones varias.
Mencionas a Aristóteles y sus conceptos de verisimilitud ante el rigor cierto de la historia. Si tenemos en cuenta que la historia la escriben los vencedores, o escribanos afines a la victoria, aquello que hubiera o hubiese podido pasar cobra una relevancia histórica de la misma magnitud que lo contado.
Según me contaba mi Padre, mi abuelo solía decirle… ¿Tú has estado en la guerra? Entonces, ¿que sabrás de lo que vivimos los que allí estuvimos? -Guerra del 14-
Ese concepto siempre me ha permitido poner en duda ciertas percepciones que se dan como históricas o ciertas en algunas facetas de la propia historia donde uno debería de dudar por naturaleza.
En 24 horas de la vida de una persona, su mente traza unas directrices que no se pueden resumir en cuatro palabras. A partir de tanto vivido, las dudas sobre las verdades se hacen tan notables que dudar no es negativo, sino un don que nos permite abrir nuevos campos. Nuevas visiones de aquello que siempre fue dado por seguro.
En fin amigo… un extraordinario análisis el tuyo.
Un fuerte abrazo
gracias por sus pasos silentes profe:=)
que tenga una semana radiante:=)***
besitos
¡ Qué mirada más atenta la tuya, Pedro!
Rico análisis de la película que tiene muchos temás de interés, como estás poniendo de manifiesto aquí.
"Ágora" reúne muchos atractivos de índole diversa: históricos, filosóficos,artísticos... y pienso que todos ellos tienen su espacio en ella lográndose además un acertado equilibrio.
Hypatia, es sin duda el personaje central pero es que los demás tienen también muchísimo interés, de tal manera que si los tratáramos uno a uno, cada cual daría lugar a una nueva película.
Todo y todos hablan en "Ágora", es ésta, una película tremendamente elocuente; en la que nada, ni los silencios, son mudos.
Un saludo
Merce (Filoabpuerto)
A falta del capítulo final, tus 5 reflexiones sobre Ágora me parecen inteligentes y serenas de cómo se puede contemplar una obra de arte y más allá de si es bonita o no, fijarse en lo que se habla y de cómo, tantos siglos después, estamos dando vueltas a lo mismo sin idea de corrección: cuando entran las religiones a meter baza en las decisiones políticas, lo echan todo a perder. El fanatismo, la ambición de poder, las creencias, la manipulación de las masas y la violencia como manera de hacerse oir, siempre lo fastidian todo. Es una metáfora muy interesante del mundo contemporáneo. Rachel Weisz, maravillosa.
Perdona, tu QUINTO post sobre Ágora... (es que dije tercero...). Besotes, M.
Insisto en que es perfecta esta saga sobre la pelicula, amigo Pedro. Tengo aún más ganas de verla.
Un abrazo.
Bueno, qué lujo. Sólo falta que entre Amenábar a enriquecer esta presentación. Sería interesante. A ver quién lo avisa. Un abrazo
El hilo conductor de la película genial...el personaje central alrededor del que gira todo (Hipatia) bien hilvanado. La caracterización de los personajes psicológicamente para comunicar lo que siente el director...magnífico!!!. De decorados, imágenes, fotografía...ya está todo dicho..
Solo que investigando un poquito...pues creo que se manipulan ciertas cosas... pero me imagino que sin ellas la aventura no tendría a lo mejor el mismo sentido...
Por ejemplo la "secta" de los monjes parabolanos no existió como tal, no eran "fanáticos"..si que se dedicaban a atender a enfermos y pobres..necesitados...; creo que Amenábar imagina algo lógico y no humano que ocurrió con los cristianos: tras años de persecuciones, torturas, crucifixiones, servir de alimento a las fieras...sería lógico que cuando alcanzan el poder se desquitases ( y más en esa época)... Por lo que he podido leer (poco hay, y lo que hay es demasiado específico y no se encuntra fácilmente, y tampoco viene al cuento) lo que a San Cirilo se le atañe "el encargo" del linchamiento de Hipatia...cierto es que luchó contra paganos, judios, contra el poder romano y contra algunos cristianos de su época...por todas estas cosas se le hace responsable..pero parece no hay pruebas. Parece tambien que Hipatia cunado fue asesinada ya era cristiana...son solo apuntes sin importancia.
No hay que desmerecer por mi parte una película, para mi, de las mejores que he visto en los últimos años...y adeás de un español...
Yo el personaje de Hipatia se lo hubiese dado a Aitana Sánchez Gijón, creo que le hubiese ido al dedo...
O sea, que me leo todo el texto y al final... continuará, como en las series norteamericanas (sonidos de rabieta).
Un abrazo. PAQUITA
A mí me encantó la película. Le pongo algunso peros, son pocas las películas perfectas, en especial al personaje Hypatia al que otorgó unas cualidades que son claramente para agradar al espectador y que están alejadas de la relidad de la época. Por ejemplo, no me creo que tratara los temás de astrofísica con sus criados, ni que un criado como Davo llegara a participar en una clase y diera una respuesta magistral.
Salduos
la música me ha gustado mucho, francamente...
respecto a eso que dices de los planos aéreos es lo que menos me ha gustado de la película... no me aportan demasiado y me interrumpen.
sí me gustó mucho el plano invertido...
respecto a los personajes masculinos son soberbios... la escena final de Davo e Hypatia es terriblemente sobrecogedora, al menos a mí me lo pareció.
¡cuanto amor!
biquiños,
Pucha mi Señora Elisa,
Preocupado me tiene sobre manera, que usted se prive del Ágora alejandrina por la distancia de sus cumbres a nuestra meseta; y siempre con fe ciega en el criterio de Don Pedro por haber superado en 3,7 veces el número áureo de entradas con la sexta y última.
La tiento con el siguiente plan que consolará su vida y sus anhelos agoreros:
Primero- Diga a una pariente (son más creíbles) que se ponga una máscara bucal y llame a su trabajo, arguyendo que Doña Elisa, se halla con fiebre alta, sudores y piel color azul pacífico, que insinúe la gripe A, por ser esta la primera del alfabeto, no lo confundan con un resfrío boliviano.
Segundo- Llame a LAM (Aerolíneas Chilenas) y reserve el vuelo del 21 de octubre, con salida desde Santiago a las 15.55h parada en Guayaquil (tome jugo que allí hace calor) y destino Madrid, donde llegará a las 17.50h del día 22.
Viaje largo el de ida, pero el coste de oportunidad de horas, se compensa en que no proyectarán en cabina Ágora (al no ser aerolínea española) y llegará a la sesión madrileña Virgen, deseosa y descansada.
Diríjase a la parada de radio-taxi, le habré reservado uno con onda, la identificarán por su guitarra, tráigala para ser vista, y que no diga ninguno que la trajo para que yo la afine. No se olvide pagar el taxi (que solo he reservado). El trasporte le llevará por vías nada lácteas, hasta el centro de ocio, Isla Azul (Fuenlabrada), donde presumen del cine de pantalla más grande de Europa, y así ver Ágora con ojos como platos a las 18.30 sala 10 - Bu Roja.
Yo le esperaré a la salida, no quiero ser su invitado en la primera cita. (Ya tendré mi momento de ver Ágora). Pero si se empeña,tráigame una Zeta tallada en malaquita, si gusta del detalle y del regalo, aunque luego me llamen papichulo.
Como el vuelo de vuelta lo tiene en la madrugada del 23 con IBERIA (Aerolíneas Españolas), a las doce y diez, tendremos tiempo de discutir en clave moderna y al calzón quitado, sobre los 22 folios impresos de las seis reseñas del Señor Ojeda en relación a la película, mientras regresamos al aeropuerto de Barajas a caturri y en metro. (En Madrid hasta la 1:00 está abierto y nos colaremos a lo vio, cosa propia del Zorro).
Podrá, esta vez sí, disfrutar en el vuelo directo de 13 horas a Santiago, del film de Amenábar, (Ágora en 6 pulgadas del monitor de asiento) y así repasar secuencias y recordar su encuentro con De la Vega (breve, bajo tierra y tan poco zezual como la Hipatia).
Llegará a las 9.35 hora de Chile... diga que tomó Tamiflú por eso se recuperó al tiro de su Gripe A trabajar...
Piense usted mi Señora, si tiene la tentación de una siesta española tras el Jet lag, que deberá abonar US4.700 dólares del tícket turista con cargo a su tarjeta, sin contar 55euros del taxi y 8,20euros del cine Yelmo.
Besos Doña Elisa, ¡¡¡nos vemos pasado mañana!!!
Suyo, Z+-----
NOTA:
Plan Segundo, contingente al plan primero: Si el primer plan, por motivos que no merezco conocer, fuese imposible, dígamelo y le paso un link de descarga, la calidad no es muy buena, grabado en la sala de proyección al vivo, con acento gringo; pero tiene el morbo de los vahos generados por el calor humano y algunas sombras de cabezas que se dan el lote bajo la pantalla con algún gemido y que aportarán el sexo y romanticismo que a Ágora le faltan. Tan solo privado del olor a palomitas, pues tiene hasta los aplausos finales de alguno que se lanza.
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