Aunque hay antecedentes, especialmente desde el siglo XIX surgieron instituciones que promovían la cultura popular. La cultura, a partir de la institución del sistema parlamentario liberal y el avance de la democracia, no se entendió como un privilegio de unos pocos, sino como un derecho. Aparecieron, entonces, todo tipo de asociaciones, ateneos, liceos, etc. que la promovieron más allá de la docencia convencional. No me refiero aquí a la enseñanza reglada que fue amparada y promovida por los Gobiernos y que fue extendiendo la alfabetización en todas las capas sociales, sino a la labor de grupos de ciudadanos que consideraron que ejercer el derecho a la cultura y promoverlo sin distinción de clase social, sexo o fortuna económica era un deber cívico.
Este fenómeno ha sido especialmente urbano, asociado sobre todo al crecimiento de las ciudades desde la Revolución industrial, que aportó un alto número de habitantes que provenían del campo y que no habían tenido la oportunidad de desarrollar estudios apenas iniciados y que debieron abandonarse para encontrar trabajo y un sueldo apenas iniciada la juventud. En el caso de las mujeres, además, hasta los años setenta del siglo pasado, se consideraba que les bastaba con nociones básicas porque su destino era, fundamentalmente, el trabajo como ama de casa y la crianza de los hijos.
Por suerte, hoy en día se considera la educación de manera diferente. Especialmente llamativo es el caso de las mujeres -en el mundo occidental, claro, puesto que la situación no es similar en todo el mundo-, que hoy ocupan mayoritariamente las aulas universitarias.
Sin embargo, no todo el mundo puede o quiere continuar sus estudios más allá de los tramos obligatorios: la fortuna, la situación económica, las elecciones tomadas a una edad temprana, apartan a muchos sectores de la sociedad de la continuidad en su formación. No es criticable: no todos tienen por qué ser universitarios, cuando, además, ser universitario hoy no es una garantía inicial de formación.
Así pues, en todos los países occidentales, hallamos un gran número de habitantes que se apartaron muy pronto de la educación, pero que quieren ejercer su derecho a la cultura en un formato no reglado pero con todas las garantías para su formación intelectual: personas mayores que, en su juventud, debieron buscar un trabajo para contribuir a la economía familiar o independizarse; mujeres a las que ni su familia ni la sociedad les daba una verdadera oportunidad para continuar sus estudios; jóvenes que, por unas u otras circunstancias, dejaron de estudiar en la adolescencia, etc. A ellos se suma un sector de la población que sí estudió, pero, pasados los años y, en especial, cuando llega la edad de la jubilación, quieren mantenerse activos intelectualmente, aprender cosas nuevas, materias que no entraban en los estudios realizados o nuevas formas de enfocar lo que se les enseñó hace treinta o cuarenta años. Parte sustancial de toda esta cuestión es otro derecho ciudadano: la construcción de espacios de sociabilidad.
Demandar y ejercer el derecho a la cultura es una de las mejores pruebas del dinamismo de una sociedad. Aquellas primeras agrupaciones del siglo XIX, hoy se han trasformado en Universidades de la Experiencia -gestionadas por Universidades públicas y dirigidas a personas mayores-, Universidades Populares, Ateneos, Asociaciones culturales, etc.
Las instituciones están obligadas a ampararlas, facilitar su trabajo y contribuir, en todo lo posible, a su éxito, porque es un derecho de los ciudadanos y una obligación de los gobernantes.
Todo esto viene a cuento porque la Universidad Popular para la Educación y Cultura de Burgos y la Asociación para el Fomento de la Educación de Adultos viven tiempos de incertidumbre sobre su ubicación, lo que puede hacer peligrar la continuidad de una excelente iniciativa. Desde aquí pido a las instituciones que apoyen sin ambigüedad ni dilaciones una realidad que cuenta con muchos años de experiencia y por cuyas iniciativas y clases han pasado miles de ciudadanos.
Y que las agrupaciones para la defensa de la cultura se extiendan por todos los lugares como una forma de ejercer un derecho que todos tenemos.
26 comentarios:
Muy loable petición. Suerte!! Hacía tiempo que no me pasaba por aquí. Sólo contaros que hice la introducción crítica de la edición conmemorativa de Amor, curiosidad, prozac y dudas, de Lucía Etxebarria, que acaba de sacar Planeta. Sé que no es una autora de vuestra querencia pero ciertamente es algo reseñable. Saludos Pedro!
Apreciado Pedro…
Las instituciones, no siempre reaccionan con lógica. Ojala esta vez te oigan y además razonen. Que a estas alturas ya es pedir.
Un abrazo.
Buena reivindicación. No es un privilegio, es un derecho.
¡Adultos, mayores, ancianos! tomad la calle, que no nos escondan en la inkulturra, propondría de eslogan.
Paradigmático, la demagogia de un portátil para las escuelas de chavales, mientras algunos de nuestros mayores, son absolutamente 'analfabetos funcionales' y mucho más en el ámbito tecnológico, que también en lo administrativo, por falta de medios que les acerque la formación necesaria.
Su potencial de aporte a la cultura y a nuestro mundo, con su bagaje de vida, sería tremendo, enriquecedor y positivo.
Hace 3 días, murió la abuela bloguera con 97 años y feliz de haber participado en el 'blogciberespacio' del que tanto hablamos.
En mi comentario reclamaba la inexistencia de clasificaciones generacionales y lo sigo manteniendo, porque asumir eso, es el primer paso a la exclusión de cualquier tipo, también cultural.
Suyo y buena suerte en la iniciativa, Z+-----
Nota: Pienso señor Ojeda, que en su frase "ser universitario hoy no es una garantía inicial de formación." se refiere por el contexto a que "no es una garantía inicial de empleo". Aunque si no fuese gazapo, también estoy de acuerdo.
En Andalucía, las Universidades Populares, como casi todo lo que lleva el sello de "Popular", son un verdadero expreso de la formación de adultos. Aquí, no pasan de ser una carretilla empujada por personas bienintencionadas y a la que las instituciones no asoman la nariz ni por asomo. El vía crucis de la Universidad Popular de Burgos ha sido patético: han ido peregrinando de un sitio cutre a otro peor. Y temo que como no aparezca del cielo un mecenas privado, con las instituciones públicas, esas a cuyos representantes los burgaleses votan cada cuatro años una y otra vez, van a ir de culo
Si estuviera en Burgos, iría a la mani. Me parece MUY importante que siga existiendo una universidad popular, sobre todo para los mayores que por "h" o por "b" no tuvieron la oportunidad de estudiar. Suerte. Besotes, M.
Es lamentable que sin que exista ninguna necesidad pública, sino meramente un capricho de quien gobierna se esté viviendo esta situación.
Buenas:
Sabía de las Universidades de la Experiencia, pero no de las Populares... Una pena lo que denuncias en esta entrada. espero que la manifestación tenga la repercusión que esperan y consigan la ubicación más apropiada para continuar con su labor.
Por cierto, de quién dependen?miré en el enlace y no encontré referencia.
Un beso Pedro
te deseo suerte, y quiero felicitarte por us iniciativa, muy buena
te espero pronto por mi blog, asi te enteras de cosas muy interesante que tengo
Es increíble que habiendo interés por aprender más cosas, habiendo masa social para ocupar un buen espacio en la vida cultural, aprendizaje y simplemente por curiosidad en saber más, haya esta gente de hombrecillos que dicen que son políticos. Son estómagos agradecidos,aprendices de lazarillos, ganapanes que utilizan la verborrea, egocéntricos que sólo miran su bienestar. Seguro que en Burgos como en todos los sitios el Ayuntamiento tiene un montón de locales vacíos, solamente se necesita uno,tendrán la amabilidad de ofrecerselo para la Universidad Popular o para centros de cultura aunque sea como limosna?
Gracias por la difusión Pedro, espero no faltar.
Este tipo de inicativas están haciendo una importante labor en la sociedad que no podemos dejar escapar.
Por cierto aprovecho la oportunidad para felicitarte por tus clases de la universidad de la experiencia, en la que has tenido a tus alumnos encantados.
Di clases de adultos durante dieciocho años:dos en Beasain,dieciséis en Arganda y Campo Real. Los locales donde me ha tocado dar clase: en las peores de un colegio de Primaria,en un Centro Cívico,en una Casa de Cultura escuchando clases de trompeta o de kárate como música de fondo y en Protección Civil, amenizada por ambulancias. Cuando un centro de adultos tiene un edificio propio es un desecho que anteriormente ya ha servido para otros fines.Por eso comprendo el problema de la Universidad Popular de Burgos. Mi total apoyo.
Saludos a sus profesores y alumnos.
Espero que no se cometa un nuevo despropósito con esto que mencionas. La cultura es un derecho fundamental y la base para que una nación se desarrolle de la forma más justa y eficaz. UN abrazo!
En este siglo, en este continente ¿se puede cuestionar la cultura de todos como fin en si mismo? Sí, se puede, aunque hay que preguntas que producen tristeza.
Estoy de acuerdo en todo lo qu escribes y con todos los que te comentan, pero desgraciadamente la cultura sigue siendo elitista y sólo disfrutan de buenos espacios y de difusión los que la "cultura oficial" señala con su dedo benevolente. Hay tanta gente buena de la que nunca conoceremos su obra... La cultura se ha vuelto mercantilista, se compra y se vende al mejor postor. Necesitamos ente que la dirija y promueva con una visión más amplia y con verdadero interés porque llegue a todos los rincones, sin excepción, y sin verla como un negocio.
Que la suerte os acompañe en la mani.
Un besazo.
Pedro,la verdad esta entrada me dejo algo desorientada.Argentina,a nivel estudio,no es lo que era.Pero a pesar de todo...los edificios medio en ruinas pero funcionan. todos,sin importar edad,tienen su espacio.Un ej.si mañana alguien de nuestra edad,o mayor;decide volver,con el secundario completo, entras.La gente que no puedo estudiar en otra época...muchos españoles,hoy por hoy,completaron su educación primaria,secundaria y algunos están en la universidad.La emoción,alegría que ves en sus ojos...al recibir su certificación y uno que es de moco ligero llora junto con ellos.La docente,salio al ruedo.Te entiendo.mas abajo que dejo La Ley.Besitos.Silvi.
Ley de Educación Nacional que establece entre otros puntos:
• El Sistema Educativo Nacional tendrá una estructura unificada en todo el país que asegure su ordenamiento y cohesión, la organización y articulación de los niveles y modalidades de la educación y la validez nacional de los títulos y certificados que se expidan.
• La educación es obligatoria en todo el país desde la edad de cinco años hasta la finalización de la escuela secundaria.
• La estructura del Sistema Educativo Nacional comprende cuatro niveles:la Educación Inicial, la Educación Primaria, la Educación Secundaria y la Educación Superior, y ocho modalidades: la Educación Técnico Profesional, la Educación Artística, la Educación Especial, la Educación Permanente de Jóvenes y Adultos, la Educación Rural, la Educación Intercultural Bilingüe, la Educación en Contextos de
Privación de Libertad y la Educación Domiciliaria y Hospitalaria.
Puede consultar el texto de la Ley de Educación Nacional en el portal Educ.ar.
Si Giner de los Ríos regresara del desmemoriado olvido apoyaría esta iniciativa. Todo lo que sea enseñar y aprender es bueno para el hombre, un derecho fundamental y una obligación ética.
Ese "impulso democrático" por la cultura mas allá de lo académico parece que con la crisis es uno de los sectores más afectados. De todas formas también parece que ese cierto prestigio y necesidad que se asignaba a la cultura hoy se ha perdido. Hecho el esfuerzo inicial de salida de la "ignorancia" y alcanzado un cierto bienestar la cultura, como saber y posibilidad de una mayor autonomía personal, ha perdido peso. Un abrazo.
Feliz fin de semana...!!!
Un pueblo sin cultura es más facilmente manipulable...
De todo corazón y mente mi apoyo, Pedro y un beso.
Muy buen post! muy interesante.
Concuerdo con vos totalmente
El concepto de formación permanente a lo largo de la vida es algo en lo que llevamos trabajando bastantes años los que nos dedicamos a la enseñanza en un Centro de Adultos. También es verdad que la formación que impartimos se va desvirtuando cada vez más por el tipo de alumnado que recibimos. Ahora dedicamos la mayor parte de nuestros esfuerzos en los alumnos de 17 y 18 años en su mayoría, que fracasaron en su intento de obtener el título en Educación Secundaria Obligatoria durante su estancia en los IES. Somos como una segunda oportunidad para ellos. Muchos de nosotros tratamos de motivarlos para que, después de obtener el título, accedan a los ciclos formativos de grado medio y poder labrarse un futuro. Algunos aceptan la propuesta, otros ven más aceptable presentarse a oposiciones de las fuerzas de seguridad… Los menos, siguen estudios de bachillerato y un porcentaje similar desaparece de las aulas y no volvemos a saber más de ellos: la mayoría de los que abandonan es por motivos laborales.
Es impresionante el interés que existe entre las mujeres de 30 – 50 años por aprender a utilizar los ordenadores. Si tuviéramos tres veces más de ordenadores y profesores dedicados a ello habría alumnado de sobra. Estoy hablando de una ciudad pequeña de poco más de 15. 000 habitantes, aunque el área de influencia abarca otra tanta población. Muchas veces no se pueden atender las necesidades por falta de profesorado disponible.
Me encanta que hayas tratado este tema y la forma de plantearlo; totalmente de acuerdo.
esto lo leeré con más detenimiento.
me uno moralmente a esta manifestación. Tienen toda la razón. Un abrazo.
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