En primer lugar, démonos cuenta de un hecho: Cervantes vuelve a sacar a la narración un objeto del que ya casi nos habíamos olvidado, la bacía que toman del barbero tras su encuentro con él antes del episodio de los galeotes,
en el capítulo 21. Y lo hace de una manera
que en este autor significa siempre el cuestionamiento de la realidad y de las técnicas narrativas habituales.
Recordemos que aquella batalla significó muchas cosas: en primer lugar, una victoria de don Quijote, necesitado de ellas, con lo que se refuerza la voluntaria trasformación del mundo real en el mundo literario que había soñado; la recompensa de Sancho, que ve confirmada la buena dirección de la aventura emprendida con su amo, que tantas veces se había cuestionado, con lo que puede llegar a dudar de la perspectiva realista de las cosas según las entendía su sentido común; la definitiva formación de la imagen quijotesca al encasquetarse la bacía como yelmo.
En definitiva, el hecho de que la bacía sea yelmo es vital para don Quijote: más aun que el desencanto de los gigantes-molinos o de los castillos-ventas, porque este objeto ha sido ganado por él en combate y se convierte en una parte de su indumentaria, es decir, en una parte de sí mismo.
Cuando el barbero entra por la puerta de la venta y reconoce en Sancho al ladrón de la albarda de su asno, el conflicto se manifiesta por esta albarda, más que por la bacía, que es de menor importancia para el barbero -lo que pone en cuestión la jerarquía de valores de don Quijote, para el que sucede todo lo contrario- pero, tras unos golpes y unos gritos, deriva hacia la bacía porque don Quijote toma las riendas del asunto al forzar a todos los presentes -ante el espanto de Sancho, que piensa que ya lo tiene todo perdido- a tomar partido en la decisión sobre si es bacía o yelmo.
Y es aquí en donde la verdad del cuento se ahonda.
Hasta el Quijote, en la novela no se había cuestionado la realidad de esta manera como parte esencial del relato y como técnica narrativa: que la realidad se problematice así es ya una forma de explicar, por una parte, la construcción misma de la novela; por otra, profundizar en un debate filosófico sobre la existencia de la realidad misma en sí o a través de su recepción.
En el segundo aspecto, de forma irónica -no olvidemos que se habla de una herramienta propia del oficio de un barbero, con lo que implica la consideración social de este oficio cuestionado no sólo por los muchos que lo ejercían sin formación sino también como un reducto de personas que no procedían de cristianos viejos-, se cuestiona todo lo que hoy llamaríamos pensamiento único: las cosas pueden abordarse según los criterios personales de cada uno, no según lo que dicte el consenso general, hay posibilidad de disentir y de ver las cosas de forma diferente y heterodoxa, hay opciones para el sueño y los proyectos divergentes. Para ello Cervantes usa, como ya señaló Américo Castro (que es a quien debemos la atención de los críticos hacia este punto), el cuestionamiento de los sentidos que se daba en el pensamiento barroco para ir aun más allá, a partir de la parodia literaria.
En el primero, se pone en juicio definitivo todo lo que sustenta la aventura de don Quijote y que ya habíamos visto en la aventura de los molinos, por ejemplo. El protagonista se la juega: si el dictamen es favorable a la bacía, no sólo será Sancho el que pierda las albardas, sino él mismo el que quede totalmente desacreditado ante sí mismo y ante toda la multitud de personajes que se han concentrado en la venta de forma tan evidente que no le quedará más remedio que volverse a su casa con la cabeza gacha. Este juicio no trata sólo de si es bacía o yelmo, sino sobre la misma entidad de la novela, por lo que alcanza un sentido metaliterario.
Ya hemos visto, en otras ocasiones, que la fuerza del proyecto vital de don Quijote es tanta que consigue sumar voluntades, veremos en esta ocasión qué pasa.
Por ahora, ya podemos constatar que hasta el mismo Sancho, por interés y por la inercia de los últimos capítulos, ya no es capaz de llamar bacía a la bacía como llamó molinos a los molinos y la convierte,
en uno de los mejores hallazgos lingüísticos de la novela, en
baciyelmo: será lo que queramos ver en ella, porque este objeto, en sí mismo, ya no existe puesto que se ha trasformado por las perspectivas con las que lo afrontamos, sean cuales sean nuestros motivos para hacerlo.
Abordar la realidad desde el perspectivismo, problematizándola, es la raíz esencial del Quijote. Y hacerlo todo a partir de las técnicas del realismo, sin necesidad de introducirse en el mundo de las narraciones fantásticas, la gran lección de Cervantes para la narrativa posterior. Hoy nos parece fácil y comprensible, pero sólo gracias a Cervantes y, en especial, al hallazgo de esta palabra que hoy nos convoca, el baciyelmo.
Imágenes cervantinas
Hoy traigo a esta sección una fotografía que me remitió
Kety, comentarista habitual de
La Acequia, seguidora de nuestra lectura y
autora de un blog muy cervantino, en el que se juega no sólo con su propia lectura del
Quijote sino con la creación de textos a partir de ella. En cuanto echéis un vistazo a las etiquetas de su
blog, sabréis por qué lo digo. Recordad que también colaboró
con su autorretrato. ¡Gracias, Kety!
Son cientos los objetos, logotigos, cacharrería varia, que con interés comercial, turístico o publicitario, se sustentan en la iconografía cervantina y quijotesca. De ellos también hacemos aquí acopio, para divertimento de todos y antología que enriquezca nuestra lectura.
Os animo a mandarme imágenes de este tipo o a que las publiquéis en vuestros blogs, para acumular toda la iconografía posible sobre Cervantes y el Quijote.
En cuanto a los autorretratos quijotescos, ya sabéis que volverán, así que podéis seguir mandándomelos, que no tardaré en publicarlos. Recordad que debéis estar con un ejemplar del libro o en actitud quijotesca.
Noticias de nuestro Quijote
Quiero comenzar con una novedad en nuestro grupo de lectura que, a más de uno, os agradará conocer. Pancho, el comentarista asiduo de La Acequia, que ha seguido la locura de nuestra lectura desde el inicio, tiene blog propio, El cuento que no es cuento. Y blog que promete. Allí encontraréis el excelente comentario al capítulo de esta semana, en el que deseo resaltar cómo ve el conflicto en la historia de don Luis.
Abejita, en su comentario al capítulo 43, da en el título de su entrada su forma original de ver el capítulo: Doña Clara duerme, ¿por qué la despierta Dorotea? y en él aporta también una de las fuentes del pasaje, la literatura tradicional, de la que era muy buen conocedor Cervantes. Poco después publicó las reflexiones de Sanchico, que cuestiona lo que pudo saber Cervantes sobre amores adolescentes: me parece que este chico peca de joven... Finalmente, Sanchico opta por no contar nada sobre su Vanesa. Abejita, laboriosa, continúa sus publicaciones de esta semana con la imagen impagable de don Curricote de Burgos, con su baciyelmo.
Os recomiendo la lectura del poema que Kety escribe como homenaje al personaje de Don Quijote, poeta que sueña Dulcineas.
Manuel nos ilustra sobre
El Quijote y el ritual caballeresco en su entrada. En ella comenta el barullo del capítulo de esta semana y comienza una serie de entradas sobre los rituales caballerescos. Aquí, cómo se armaba caballero al aspirante.
La entrada de Javier, esta semana, da para pensar. Por una parte, un don Luis galán, como le corresponde, por otra, la imagen del texto del relato con el párrafo más sustancial tapado. Todo un juego de ocultación y clave de lectura.
Antonio y
Ojito han vuelto a hacer de las suyas.
Comenta Antonio el capítulo 42, que ya sabemos que se atrasaron, indicando con acierto todos los pormenores, incluso los poderes que tienen algunas doncellas, aunque yo no he visto ninguna así.
Enlace con el índice de nuestra lectura, elaborado por Raúl, aquí. Enlace con el grupo en Facebook, aquí. (Este grupo no sustituye a la lectura en este blog y no estáis obligados a uniros: lo usamos sólo como complemento, para informarnos, preguntar y debatir.) Enlace con la entrada en la que encontraréis sugerencias si os incorporáis con la lectura ya iniciada, aquí. Si me he olvidado de alguien, hacédmelo saber y lo subsanaré. Recordad enlazar vuestras entradas con La Acequia, para poder encontrarlas.
Vale.
25 comentarios:
Sigo aprendiendo más sobre "El Quijote" con esta saga. Un abrazo.
...Fin de Semanacomplicado.Me concentrare en la lectura,para distenderme.Sigo investigando. Besitos.Silvi.
nada mejor que tus aclaraciones sobre la forma y estilo del capítulo y la reflexión sobre la bacía... buenísima como siempre. Y admirable tu resumen semanal...Saludos
Pedro, cuánto "honor" a la más vaga del grupo.
Veo que te has decidido por esta foto, en mi blog he puesto la que hice con la Acequia
Gracias.
¿No serás don Miguel reencarnado? Parece que lo explicara el manco, decidido por fin a hablar de sus hallazgos narrativos en primera persona. Con la literatura moderna hemos topado, amigo Pedro.
Gracias por mais uma lição, amigo.
Feliz fim de semana.
Lo que dá de sí nuestro Quijote, ainnssss, jejejejee, interesantísimo todo lo que cuentas¡¡¡;)
TE TRAIGO UN BESOOOOO ENORMEEE Y MI DESEO DE QUE PASESSS UN BUEN FINDEEE AMIGO MÍOOOO¡¡¡¡
Cada vez más interesantes estas lecciones, Pedro...este Baciyelmo da mucho de sí y de como Sancho no miente al utilizar este nuevo término, es ambas cosas según quien lo contemple, el barbero o el Hidalgo...
Besos domingueros, ya.... ;-)
¡Qué análisis mas profundo puede provocar una palabra! Excelente resumen. Muchos besotes mi querido Pedro, M.
Me encantan estos capítulos donde sale y se discute sobre el baciyelmo. Son magníficos.
Un abrazo
FERNANDO: Un abrazo y gracias.
REIKIJAI: la lectura ayuda siempre. Besos.
MANUEL: y gracias a vosotros por seguir embarcados en la locura. Saludos.
KETY: la vi. Gracias por ambas fotos.
MIGUEL: gracias. Cervantes está siempre debajo del barniz de los novelistas actuales.
SAO: mil gracias y feliz domingo.
MAMEN: y seguiremos. Un beso.
SELMA: El Quijote esconde perlas como ésta. Besos de domingo también para ti.
MERCHE: Gracias, Merche. Besos.
Gracias a todos por vuestros comentarios. Un abrazo.
ELE: una magnífica clave de la novela.
De abrumador habría que considerar la explicación que nos das de cosas que otros apenas apuntamos. La verdad sea dicha que no llegamos a más. Gracias por introducirnos en una visión de la literatura que va más allá de lo evidente. Literatura de pobres en la que nos movemos, que va ampliando el alcance y la profundidad con tus explicaciones y la de los enlaces que nos propone, que no son de leer por encima.
Me quedo con una frase de Leo Spitzer: con baciyelmo C “se libera de las limitaciones del lenguaje”. Con esta otra también, que define fielmente lo que vemos todos los días en la lectura : “…este creador que en todas partes vemos, nos revela los secretos de su creación, nos muestra la obra de arte en su gestación y las leyes a que necesariamente ha de someterse”.
Interesante, cervantino y merecedor de visita más calmada el blog de Kety.
Gracias por las palabras tan amables que dices del blog infante. Esperemos no defraudar la expectativas.
En el comentario del capítulo, al final, sostengo que en nuestras vidas cotidianas hay baciyelmos. Nos ayudan a vivir, a salvar dificultades.Sospechas que en el fondo bacía de barbero es y de las corrientuchas; pero actúas como si fuera el valioso yelmo de Mambrino.Has puesto ilusión en la bacía y la bacía mejora. No llegará a yelmo pero...
Gracias, Pedro, me encanta aprender y saborear tus escritos, muchas gracias.
Un beso y feliz tarde.
Ando repasando enlaces :)
Besos de domingo :) con dientes largos jajajjaa
Hola Pedro, paso a saludarte y ver actualizaciones.
Sigues enseñandonos mucho a ver las cosas desde otra prima, siempre interesante y de mucho interés por mi parte.
Te dejo un relajante abrazo y un besote.
Beatriz
ÜUUFFF!!, al final me llevaré tu explicación literario-metafísica sobre el baciyelmo a casa para pasarlo por la olla centrífuga en la que convierto mi pobre cabezota.
Como bien dice Pancho, abrumadora explicación nos das de este híbrido palabro-cacharro.
Yo simplemente lo hubiera designado así: " ná, un peaso de lata abollá que la quieren convertir en sombrero".
Feliz tarde
¡Qué bueno, ANTONIO AGUILERA! Besotes, M.
PANCHO: lo bueno del Quijote es que permite varias capas de lectura y podemos ir profundizando cada vez más en la lectura siguiente. Seguro que no defrauda.
ABEJITA: cada uno, en efecto, opta por conformarse o soñar.
MARÍA: gracias a ti por seguirlos. Un beso.
DIANNA: besos y mordiscos.
BEATRIZ: un placer que te dejes caer por aquí. Un beso.
ANTONIO: en el fondo es eso, un trozo de lata que algunos imaginan sombrero: ni yo mismo hubiera podido hallar una definición mejor.
MERCHE: en efecto. Besos.
MERCHE:
Gracias. Me llegaron humedos jajaja
Madre mía... no me atrevo a ponerte lo que pienso sobre la disección que le hacéis los filósofos literatistas al por qué, cómo, cuándo y para qué...
lo que me queda claro es
"que nada es verdad o mentira, sino que todo depende del color del cristal con que se mira"...
BIPOLAR: pues eso.
Releyendo esta entrada, tengo una segunda lectura gracias al análisis presentado y se me ocurre pensar, que si este hombre no hubiera intervenido con su forma rompedora en los planteamientos anteriores, la literatura se habría estancado o no habría evolucionado de esta forma.
(puf, qué lío que tengo con tus entradas, ya no sé si voy o vengo)
BIPOLAR: no sé si se hubiera estancado, pero hubiera tardado mucho en evolucionar como evolucionó gracias a su propuesta. Para eso están los autores geniales.
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