Éste es uno de esos capítulos que no comprenderemos bien si no hemos leído el Prólogo, como aquí recomendamos en contra de una costumbre, tan arraigada entre los lectores del Quijote, que proceden a saltárselo o a no darlo importancia.
Si hemos comenzado el libro en la famosa frase En un lugar de la Mancha, pensaremos que el narrador tiene algunas incertidumbres -no nos informa del lugar de origen del protagonista, no sabe bien cómo se llama don Alonso, etc.-, que podrían ser achacables a las crónicas e historias que dice usar. Pero, llegados al final del capítulo anterior, nos encontraremos de golpe con que confiesa no saber la continuación de la historia porque, sencillamente, se ha terminado el manuscrito que le sirve de guía: se confiesa segundo autor.
No así nos pasará a nosotros, que ya desde el Prólogo estábamos advertidos de que su hijo era hijastro y que el autor llamado Cervantes se había convertido en personaje de su propia obra, de la que no estaba muy seguro. Analicemos esto.
En primer lugar, sustituyamos el concepto de autor por el de narrador para ser más actuales y comprender mejor lo que pasa en este capítulo noveno, aunque no perdamos de vista que el guiño de Cervantes cuestiona también la propia autoría: Miguel de Cervantes es el autor del Quijote pero el narrador de la historia no es él sino un personaje llamado Miguel de Cervantes que se ha construido, genialmente, en las páginas preliminares y, hasta este momento, en algunas apariciones sueltas (de cuyo lugar no quiero acordarme, por ejemplo).
Dejemos al bueno del primer Cervantes y vayamos con la construcción literaria del segundo, que se nos ha presentado desde el primer momento como poco fiable (incluso desconoce el nombre exacto de sus protagonistas), lleno de trampas (hace caso de lo propuesto por su amigo y falsifica los poemas iniciales, por ejemplo) y ahora como un osado al que podríamos pedir responsabilidades los lectores: ha comenzado una narración de la que no tiene el final. Como nos ha presentado su historia como crónica -es decir, como hecho cierto, ocurrido y constatable- y, por lo tanto, de la que se pueden sacar testimonios, confiesa francamente no estar preocupado y confiar en que deben andar por algún lugar los escritos de tan famoso caballero y, si no, mantenerse en la memoria de las gentes. Y aquí hay una segunda vuelta de tuerca: no sólo es crónica sino crónica de acontecimientos cercanos -ya lo intuíamos con la presencia de ciertos títulos en la biblioteca del hidalgo, entre los que se encuentra incluso La Galatea-. De paso, cuestiona la verdad de los géneros históricos, no sólo de las novelas de caballerías.
Cervantes juega con los dos elementos nutrientes más importantes de cualquier narración: la figura del narrador y el tiempo de lo narrado. Y lo hace con la frescura sin complejos del que sabe que está provocando un terremoto en un género que ya no podrá volver a ser el mismo tras estas palabras. Bien es cierto que algunos procedimientos no son originales suyos, pero nunca como aquí se habían sumado para llevar al límite todas las posibilidades.
En cuanto al narrador, a partir de este capítulo sabremos que, al menos, hay tres:
1º.- Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo y, por lo tanto, poco fiable para las aventuras de un caballero cristiano (su mismo nombre ya es toda una afirmación de carácter). De él es el texto que sigue el narrador Cervantes a partir de ahora. Sin embargo, queda sin aclararse a quién se debe lo narrado con anterioridad, aunque se ha afirmado que saca los testimonios de ciertas crónicas.
2º.- El traductor que encuentra en Toledo y al que el personaje Cervantes encierra durante unas semanas en su casa para que complete el trabajo a cambio de dos arrobas de pasas y dos fanegas de trigo. Resultará un morisco aljamiado. ¿Era tan improbable encontrar en el Toledo de entre siglos un morisco aljamiado como afirma la crítica o Cervantes sabe de lo que habla? No es el único personaje que no debe estar donde está que hallamos en el libro. En las mismas líneas se afirma que podrían encontrarse conocedores de otras lenguas más antiguas, en clara alusión al hebreo. Sea como sea, este traductor, como tal, inspira desconfianza: primero, porque no es profesional de la traducción, es un personaje anónimo y no podremos pedirle responsabilidades; segundo, porque debe andar medio oculto en la sociedad española del momento; tercero, sencillamente, porque es traductor y, como tal, traiciona el libro, según viejo refrán popular.
3º.- El personaje Cervantes, tan bien construido en el Prólogo y en este capítulo y del que ya hemos afirmado su escasa fiabilidad, que se aumenta aquí si seguimos su propia argumentación: para hablar de un caballero cristiano de un tiempo próximo al de la escritura sigue un texto de un historiador arábigo traducido por un morisco aljamiado. Por otra parte, volviendo al concepto de autoría: ¿cómo queda tras este vapuleo si sólo se ha limitado a darle estilo y algún comentario personal? Aunque en la época no reinaba nuestro mismo concepto de originalidad, si todo es de otros, dónde está la raíz de la obra propia.
Brillante lección la del autor: consigue anular definitivamente al autor omnisciente e incuestionable de la narrativa anterior, exigiendo del lector la participación activa puesto que debe recordar todo esto para reinterpretar todo el texto de forma correcta. Como esto se alarga demasiado, sólo quiero anunciaros que la figura del narrador se irá problematizando más aun a lo largo del libro y, en especial, al inicio de la Segunda parte.
El juego con el tiempo de lo narrado será otra de las cuestiones básicas de la narrativa que dinamite Cervantes aquí: nos narra la historia de un contemporáneo cuyas hazañas ya andan escritas por historiadores. El narrador Cervantes pierde semanas en hacerse traducir el texto. Y, sin embargo, lo narrado es sólo la parte de las aventuras vividas por don Quijote y Sancho en un verano concreto. No quiero anticipar más, pero todo esto se convertirá en irónica mirada cervantina sobre el género narrativo también en la Segunda parte. Queden ambas cosas, por lo tanto, para ser resueltas en ese momento.
Para hacernos entretenida esta lección magistral, Cervantes juega con varias cartas: en primer lugar, la misma inercia del lector, que desea conocer qué pasa con la batalla suspendida; en segundo lugar, con la recreación de una calle toledana bulliciosa, llena de vida en un retrato costumbrista impagable, no exento de fina crítica ante la uniformidad pretendida por los gobernantes, que acabarán (o habían acabado ya) con la mezcla que se adivina entre líneas; en tercer lugar, con los motes, cuando no insultos tópicos, de los moros y judíos -esto ya ha perdido vigencia, por suerte-; en cuarto lugar, la misma figura del personaje Cervantes, apasionado por la lectura y caminante por calles bulliciosas; en quinto lugar, bromas de humor fino o burdo, como la de las doncellas vírgenes de ochenta años a no ser que se encontraran por el camino con gigantes, follones o villanos.
Finalmente, la historia central puede continuar: don Quijote, tras recibir un golpe del vizcaíno que le arranca la mitad de su oreja izquierda -lo que intensifica la caracterización física del hidalgo-, le asesta otro que lo deja medio muerto. Al vizcaíno sólo lo salvan, curiosamente, las normas de la caballería puesto que por él interceden las damas presentes.
He aquí una gran victoria de nuestro protagonista: no todo van a ser derrotas humillantes.
El próximo jueves, el Capítulo X.
47 comentarios:
Tienes razón con lo del prólogo, recuerdo que cuando leí el Quijote, me lo salté, en fin, tendré en cuenta tu consejo para la próxima vez que lo lea. Saludos
Sí, este capítulo lo encontré genial por todo lo que tu dices. Muy enrevesado pero genial. A mi tambien me hizo gracia lo de las vírgenes, especialmente la de ochenta años "...que en todos ellos no durmió un dia debajo de tejado, y se fue tan entera a la sepultura como la madre que la había parido." Besotes, M.
CERVANTES (el de verdad :)... escribe y se introduce como personaje en la obra, como "Cervantes narrador" que se sirve de un moro aljamiado* para traducir la obra en árabe de Cide Hamete Benengeli.
*Aljamiado: (tira pa google)
usaba el alfabeto arábigo, en lugar del alfabeto latino y "Cervantes narrador" , se vale de eso como "escusa" para quitarse las culpas de posibles inexactitudes en la narración.
Es bastante lioso todo el temita, hasta que lo asimilas y bien cierto es que sin leer el prólogo no puedes captar realmente el sentido de algunos capítulos.
Yo veo a Cervantes como un puñetero y enreversado, que se lo debió pasar pipa pensando en las vueltas que habría que darle a su texto para "entenderlo"...
“no ha sido otro mi deseo que poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas de los libros de caballería“.
Llevo dos horas dando vueltas al capítulo, me voy a desayunar... "la letra con café... entra"
Besos y felices vacaciones :)
Poco que añadir Pedro, reslatar nuevamente la maestría de Cervantes. Yo creo, y esta es opinión personal y me gusta pensar que es así, que Cervantes se divirtió mucho escribiendo esta novela, se dio cuenta de lo que tenía entre manos y decidió jugar con el lector.
En cuanto al capítulo en sí, creo que era necesario también mostrar la peligrosidad de Don Quijote, no sólo es alguien disfrado de caballero andante que va por la Mancha, sino que va a rmado y dispuesto a entrar en combate. Parece que Cervantes nos quiere decir, sí esto parece divertido, pero los golpes son reales.
Gracias y un abrazo
Rafa
Pedro, una vez más te vuelvo a dar las gracias por esta lectura y estas, tus explicaciones. Acabo de colgar en Saharaponent una entrada sobre el capítulo IX que me ha parecido el más interesante de todos los que venimos comentando. A no ser que la "malignidad del tiempo, consumidor y devorador de todas las cosas" haya borrado el recuerdo de los precedentes.
Decirte también que aunque no lo enlacé con la Acequia, encontré por la red un Quijote Saharaui, parafraseado por la poetisa y escritora Zahra Hasnaui que copipasteé la semana pasada. También un glosario en imágenes sobre los términos saharauis desconocidos para los visitantes del blog poco versados en el idioma Hassania.
Como decía en una entrada parece que el espiritu de D. Quijote anda por la red, me toma de la mano y me lleva por caminos insospechados en busca de aventuras literarias.
Los saharauis también son moros aljamiados que escriben en árabe y en español, igual que el traductor de los viejos legajos.
Únicamente una discrepancia: ellos no son mentirosos, según mi modesta experiencia.
Felices vacaciones.
Un abrazo.
Acho disparatado ~esse hábito de não se ler o Prólogo: não faz ele parte da obra?!
Bom final de semana, Pedrinho.
Hasta el capítulo anterior Cervantes no tiene enganchados y de golpe hace pensar al lector que el que escribe no es él. Esta fina habilidad nos vuelve tan locos como al Quijote y tan divertido (dentro de lo dramático que tiene una pelea) que seguramente, Cervantes, se reiría de sus propias ocurrencias.
También Don Quijote es virgen e inocente en su locura...
Gracias Pedro, por hacerme comprender la importancia de la mejor obra maestra de todos los tiempos, jamás había leído el libro así.
Vayamos a por el X.
Besos.
Nina.
Por cierto, para quien pueda estar interesado, los día 9 y 10 de agosto , en el Patio Central del Conde Duque se representará la obra “DON QUIJOTE CONTRA EL ANGEL AZUL”, de la compañía de Jerome Savary.
Si entráis en la web veréis toda la información y argumento.
http://www.esmadrid.com/veranosdelavilla/es/patiocondeduque
Espero que quien vaya lo pueda comentar, yo estaré de vacaciones y no podré asistir, lamentablemente.
Besos.
Nina.
D'AGOLADA: ¿Y si te animas ahora? Nunca hay mejor ocasión que la presente. Saludos.
MERCHE: Cervantes omite, en la frase, algo así: "como lo fue en el día en el que la madre la había parido". Esa omisión, haciendo de la madre-doncella virgen está llena de humor. Un poco de sal gorda en la que, además, se deja caer una crítica a la inverosimilitud de la literatura que idealiza la virginidad de la mujer (recordemos que la virginidad era un valor de la honra en todo el imaginario artístico y social de la época, así que la ironía cervantina tiene un mayor alcance de lo que parece). Besos.
DIANNA: en lo de puñetero y enrevesado tienes razón: pero era marca de época. Hoy no lo somos menos, aunque muchos de nuestros escritores escriban de una forma tan plana que hasta un programa de ordenador sería capaz de escribir igual. Me gusta que me leas pronto por la mañana, supongo que con la casa callada. Luego, un buen desayuno y a la guerra cotidiana. Besos.
RAFA: en efecto. Cervantes se dio cuenta y experimentó y jugó. Piensa que llevaba 20 años sin publicar nada, que ya era un viejo y que se puso el mundo literario por montera en esta ocasión. Pienso que de esa opción salió la genialidad. En efecto, la violencia en el Quijote será un tema que debamos tratar en esta serie de entradas: hay mucha. Quizá reflejo de la época. Un abrazo.
ANTÒNIA: Gracias a ti por tu participación tan activa. Iré a ver las entradas que citas y las enlazaré en mis próximas Noticias. Ya he dicho en la entrada que Cervantes no deja de ser un hombre de su tiempo y por eso las afirmación tópicas sobre las condiciones de moros y judíos. No olvidemos que, casi seguro, Cervantes era de familia judeoconversa, con todas las implicaciones que eso tiene. Un abrazo.
SAO: es tan parte de la obra que sin él no se comprende. Buen fin de semana también para ti.
NINA: se ríe y sabe que está cambiándolo todo. Ventajas de ser ya mayor, sin duda. Me alegro de que te esté resultando interesante. Gracias con la noticia de la representación. No sé si podré ir, lo intentaré y si lo consigo daré cuenta aquí.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
Realmente increíble tu capacidad de deducción te felicito.
Hoy ya puse mi 1º día en la Riviera Maya.
Espero que te guste.
SALU2
Pedro
Esperaba este post y -como suponía- me ha resultado muy enriquecedor.
Conviene recordar que a inicios del s.XVII no existía el cine. Lo digo porque hay ciertos momentos muy "cinematográficos" en este capítulo y en el anterior.
Por cierto, cuando leí "Las aventuras de Arthur Gordon Pim", de Edgar Allan Poe -menudo juego de sonidos entre la obra y el autor- me pareció magistral el recurso narrativo. Después de leer estos capítulos de nuestro querido Quijote, no lo considero tan original. Aunque no pierda ni un ápice de su calidad.
Sigue disfrutando ;-)
Mañana cumplo un año de blog y como soy mala :) os he dejado un jueguecito.
Yo no leo, yo, voy por la noche a morderte y absorbo lo que tú sabes.
La_Vampira_Quijotesca^^
Sí tambien me di cuenta lo de la madre que por supuesto se supone que NO era virgen... Muy cuco nuestro Cervantes... Besotes, M.
Un libro moderno que me encantó "The French Liutenant's Woman" (La mujer del teniente francés) de cuyo autor ahora no me acuerdo, sorry, tambien me gustó porque era como un partido de tenis entre el autor y el lector. Un juego muy entretenido. Besotes, M.
Pues vamos a ello que hoy todavía no he hecho los deberes y a ver si me aclaro que así en frío como que me parece todo muy enrevesado... ya veremos.
Se te ve bien en la "media cara"... je je je... Espero que estés disfrutando y relajándote.
bicos,
Aldabra
KYLE: vi el post, me gustó. Saludos.
FRANCISCO: en efecto, el Quijote tiene momentos muy teatrales y momentos muy cinematográficos. Es lo del precinema al que aludía Darío Villanueva en su Discurso de ingreso en la RAE, como dijimos hace unas cuantas entradas. Y me gusta que aludas a Poe: la estela del Quijote da más vueltas de las que solemos pensar. Un abrazo.
DIANNA: hecho el juego, guapa. Muerde y absorbe, soy chico fácil. Un beso.
MERCHE: es un buen libro y mejor película. En efecto, una de las cosas que aporta Cervantes a la narrativa es, precisamente, ese juego entre autor y lector. Besos.
ALDABRA: y si no, aquí me tienes, para aclarar cualquier duda. Dejo abierto el consultorio en verano. Gracias, intento disfrutar y relajarme: espero que hagas lo mismo. Besos.
Meu filho que detesta ler(oh dor!) apaixonou-se pelo Cavaleiro da Triste Figura!
Todos o somos mas o sufocamos!
Me gustó mucho mas el libro (en inglés) que la pelicula. En esa época (años 70-80) todos los libros de moda tenían un alto voltaje sexual. Nuestro escritor--de cuyo nombre sigo sin acordarme aunque sé que lo debería de haber buscado en Google, sorry-- hizo una sátira del género. Ya con el título te hacía salibar con lo que te ibas a encontrar en el interior. Fue un libro magistral. Besotes, M.
¡Qué gracia!, con la explicación que nos presentas hoy, al instante he pensado en Alfred Hitchcock, y en su los fotogramas en los que aparecía en sus propias películas.
Sin embargo, esto es mucho más complejo, es la proyección de imágenes en espejos que contienen a su vez espejos y cada historia amplía su continente y contenido.
Baba, baba...
Bueno, Pedro , muy interesante este cap. deseo que descanses en tus vacaciones y no olvides los Blogs amigos.
Abrazos de mar.
Lola
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Hola pedro, recien llego de vacaciones. trataré deponerme al dia .
ains.. cuanto trabajo¡¡¡ jajaj
saludos brujos
Hola Pedro. Me gustaría reseñar algunos detalles de este capítulo.
I. Desde el punto de vista narratológico tienes razón en lo del juego de espejos: materialización del autor como personaje, por duplicado. Juego con la técnica del manuscrito encontrado como alejamiento de responsabilidades sociales...
II. La cuestión nada baladí de los idiomas: el vizcaíno en sus "mal trabadas razones" (hipérbaton tosco, consecutio temporum nefasta, confusión de las personas gramaticales, etc...; frente al mudejarismo cultural que venera Cervantes: "algún morisco aljamiado, no fue difícil encontrar, que aunque le buscara de otra -lengua- mejor y más antigua le hallara". Hace mención como muy bien indicas en tu entrada, Pedro, no sólo al hebreo sino incluso al latín propio de la universidad. ¿Podríamos llamar a esto crítica más allá del tópico sarcástico? Creo que sí; porque tan difícil resulta de interpretar al vizcaíno como al propio Cide Hamete.
III. Y ya no me enrollo más. El juego de los "Dones" y los hijosdalgo, en las ilustraciones que nuestro autor dice encontrar en los cartapacios que compra al sedero: Don Sancho de Azpeitia y Don Quijote. Equipara en linaje a un hidalgo Vizcaíno con un desgraciado viejo herido de literatura. Además resalta como increíblemente hermoso el detalle de que una ciudad como Toledo, Tuviera en aquella época una mixtura humana tan moderna.
Un abrazo.
Bueno, finalmente me lo pude leer. Me ha parecido genial, con este juego de Cervantes personaje buscando el manuscrito, el traductor árabe y lo poco de fiar que resulta todo. Antes de pasar al X lo quiero volver a leer con más calma. Tengo tanto tiempo que hasta los leo dos veces, una es así de chula, será posible...
Un beso Pedro, hasta la semana que viene.
TECA: ¡Felicidades a tu hijo, que persevere en el conocimiento del Caballero de la Triste Figura! Saludos.
MERCHE: no lo he leído en inglés, quizá tuve una mala traducción. Tienes razón: cada época muestra, en su literatura, las claves para interpretarla. Besos.
BIPOLAR: lo curioso es cómo Cervantes sale con éxito de todo el embrollo.
LOLA: no lo haré. Cuando me conecto paso por todos vuestros blogs. Abrazos.
CUENTOSBRUJOS: ¡pues a la tarea! Saludos.
JOSEGURA: sabía que te iba a gustar este capítulo. Habrá otros de este tipo, en los que veremos una sociedad mucho más rica que la que nos ha trasmitido la versión oficial. ¿Utopía de Cervantes o que Cervantes retrataba a ras de suelo? Una abrazo.
EUPHORBIA: me gusta lo de releer degustando con calma. Es la mejor manera. Un beso. Seguimos.
Eres uno de los elegidos
por tus muchas cualidades y nadie mejor que tu se lo merece
si tienes un momento pásate por mi blog a recoger, tu merecido reconocimiento
Besos
Uff, Pedro. He de confesar que no he cumplido con mi palabra de llevarme El Quijote a la playa. ¡No la he cumplido! ¡No iba el libro en la maleta!
He llegado hasta el final de la primera parte antes de irme. Ya en esta semana me pongo al día.
Un saludo, un beso y espero que disfrutes tus vacaciones porque te las mereces. Muacksss.
Pedro me asomo para hacer mias tus sentencias... la pena es que la mayoría de la gente piense que el Quijote es tamaña obra solo por eso por ser "un mamotreto" de época. Como sigue demostrandose la inteligencia y originalidad de D. Miguel. Un saludo
Paseaba por aquí... te quería decir que lo del sábado no pudo ser, no sé que hice o dije en el chat, que alguien pensó que todo el monte es orégano.
Supongo que mi actitud, o mis letras , a veces, pueden confundir, quizás sea eso, que no mido mis expresiones.
La cosa fue, sencillamente que se me faltó el respeto y decidí, después de mucho pensarlo y a última hora no poner el chat.
Ya se me ha pasado el disgusto, pero me sentí fatal unos días.
Besos, profe :))
Dejábamos a Rocinante y jinete y una mula falsa, portadora de un vizcaíno, enfrascados en una batalla a espadazos. Como suele ocurrir, cuando la violencia anda por medio, ambos perdieron en la quimera, D. Quijote (ganador) se quedó sin media oreja izquierda. Se nos describe aquí, igualmente, una representación de la batalla con Rocinante haciendo honor a su nombre: flaco, tísico y lleno de mataduras, como no podría ser de otra forma con tanto ajetreo y exigencia al que se ve sometido una y otra vez.
Interesante capítulo éste para los estudiosos, a pesar del título del mismo, donde la trama principal se resuelve en unas cuantas líneas y la mayor parte del texto es una especie de receso en la historia donde el autor aprovecha para aclarar el asunto de la fuente del relato.
Entre líneas podemos descubrir algo sobre la personalidad de Cervantes: se confiesa lector empedernido (lee incluso los papeles rotos de la calle). A pesar de sus cinco años de cautividad en Argel, dice que aun conociendo los caracteres árabes no los sabe leer. Aunque no parece tener Cervantes problemas con su autoestima, pues se considera sabio al ser capaz de escribir historias; sin embargo, nos dice que su relato no es más que una adaptación o copia de otro precedente y además poco fiable, por venir de un autor árabe.
Genial D. Miguel cuando dice que la Historia es la madre de la verdad, testigo de lo pasado, transciende el tiempo, aviso de lo presente y advertencia del futuro. pancho
BEETLE: gracias, me paso.
DESPLAZADOS: pues ahora tienes tarea para recuperar. Espero que te lo hayas pasado bien. Besos.
MANUEL: lo gracioso es que, cuando los libros que se devoran ahora ya no los lea nadie, el Quijote seguirá ahí. Saludos.
DIANNA: Vaya. Lo siento, espero que estés mejor y no hagas mucho caso de la gente. Besos.
PANCHO: magnífico comentario, querido amigo, magnífico comentario. Un abrazo.
Sigo con interés sus aportaciones excelentes sobre el Quijote, de las que aprendo muchísimo. Me entusiasma tanto la obra que, dentro de mis posibilidades (no me dedico a la enseñanza) trato de leer todo lo que se publica sobre ella, sobre todo en internet. Pongo en su conocimiento que en 2002 se publico sobre el prólogo del Quijote un magnífico artículo de Pedro Conde Parrado y Javier García Rodríguez titulado "Ravisio Téxtor entre Cervantes y Lope de Vega: una hipótesis de interpretación y una coda teórica" en TONOS DIGITAL, 4. Creo que su interpretación es moderna y muy penetrante. Pero usted es el especialista. Ya me dirá.
Gracias por sus post. Volveré a menudo.
se puede vivir y no morir desangrado cuando te cortan una oreja????
hay popbre ..ya me duele ami...
beso!!
Sí, el comentario de Pancho es verdaderamente MAGNIFICO. Me ha gustado mucho. Besotes, M.
ANÓNIMO: En primer lugar, si sigues La Acequia desde hace un tiempo, sabrás que pido a los comentaristas anónimos que se pongan un nombre para poder seguir sus comentarios y atribuirlos sin lugar a dudas. Te pido, por lo tanto, que hagas lo mismo.
En cuanto al artículo que citas, lo conocía, en efecto: me sorprende que, sin dedicarte a la enseñanza lo conozcas tú, porque es demasiado especializado puesto que se mueve en las coordenadas de la teoría literaria. Para aquellos que quieran echarlo un vistazo, pueden encontrarlo en la dirección:
http://www.um.es/tonosdigital/znum4/estudios/ravisio.htm
En cuanto a las aportaciones que hace, es un análisis del texto en el que se resumen correctamente las teorías existentes sobre el Prólogo, en el marco de la tan traída y llevada polémica Cervantes/Lope y con una visión teórico-literaria actual. Quizá hubiera sido deseable que mirara más también al Prólogo como prólogo de la novela y parte suya, por lo tanto, pero es una opción válida la de los autores.
Como su lenguaje es propio de la jerga académica, sólo se lo recomiendo a los lectores de La Acequia que tengan cierta formación.
Saludos y vuelve, pero con nombre, para resultar reconocible. Gracias por tu aportación y bienvenido.
SAUVIGNONA: se puede. Sobre todo cuando sólo le cortan a uno parte de la oreja. Pero duele. Besos.
MERCHE: es un lujo teneros por aquí. Besos.
Quería añadir, que me cuesta pensar que Cervantes, a pesar de la España que le tocó vivir fuera xenófobo. Sobre todo por la humanidad que destilan sus historias a pesar de la violencia que parece que contiene. Hay que rascar esta capa superficial. Y lo digo, porque cuando se refiere "siendo muy propio de los de aquella nación ser mentirosos", "aunque por ser tan nuestros enemigos, antes se puede entender haber quedado falto en ella que demasiado".
Parece ser que hay que cuestionarlos por que eran nuestros enemigos, no habiendo ninguna otra razón. Es un planteamiento que sigue existiendo. Totalmente superficial.
En la pelea con el vizcaíno tiene mucha guasa que éste se protegiera ocn una almohada...
Es impresionante. Ya no sé cómo leerlo, ni cuántas veces cada capítulo,tengo que volver otra vez al principio y leerlo a la vez que tus explicaciones Pedro.
Esto es una joya
BIPOLAR: la xenofobia, en aquellos tiempos, tenía unas connotaciones muy diferentes a las nuestras. Por eso no podemos juzgar con nuestros parámetros las afirmaciones que encontramos en esos escritos. En Cervantes pesa más la propuesta de una sociedad diferente a la que había que estas frases, muchas de ellas meros tópicos literarios.
Aquí están estos comentarios, para que los uses como y cuando quieras.
Hola Pedro.
He acabado de leer este capítulo y me gusta mucho el juego que nos propone Cervantes, además elige para irrumpir en uno de los momentos más emocionantes; la batalla de don Quijote con el vizcaíno, que además la ganará.
Sorprende toda esta falta de formalidad, como la intriga pasa de la historia, al origen de la historia y su autor.
El fragmento de la virginidad me ha parecido graciosísimo.
Un Saludo.
JUAN LUIS: precisamente, una de las claves de modernidad del texto es esto que señalas, el hecho de que la narración esté por encima de lo narrado. Saludos.
¡Pensaba que no iba a contar nunca el desenlace de la aventura! ¡Cómo se ha hecho de rogar!
Un capítulo un poco liosillo. Más vale que con tus explicaciones se puede entender bastante mejor. Todo un lujo poder disponer de ellas.
Besos
ASUN: Gracias. Me alegro de haberte sido útil. Besos.
(Viene de la entrada de 3 de julio de 2008) El vizcaíno cuenta su hazaña.
Luego supe que, en ese preciso momento, el narrador no puede seguir con la historia porque " no halló más escrito destas hazañas de don Quijote, de las que deja referidas". Se disculpa , mas no se desespera , bien seguro está de hallar su continuación; como efectivamente lo hace, más tarde, en el Alcaná de Toledo, gracias al favorable cielo y...¡ a un muchacho vendedor de papeles viejos! Ya nos dará voacé, señora amanuense, cumplida cuenta de ese hallazgo, de su traducción y demás.
La segunda parte de esta historia comienza donde la dejamos. Dice:"Puestas y levantadas en alto las cortadoras espadas de los dos valerosos y enojados combatientes". Yo me adelanto, descargo un tremendo golpe. Le hubiera matado, pero la espada se me desvía un poco. Le acierto en el hombro izquierdo y, de camino, le llevo media celada y media oreja.
Mas don Quijote, rabioso, descarga sobre mí con furia inesperada y acierta en la almohada ¡y en mi cabeza! Sangro por la boca, por los oídos y por la nariz. Me abrazo a la mula, que tras unos pocos córcovos me tira, dando a correr por el campo. Estoy vencido.
Salta de su caballo, me pone la punta de la espada en los ojos y me dice que me rinda o me cortará la cabeza. No puedo contestar y las señoras del coche ruegan me perdone la vida. Si no es por estas buenas mujeres, lo pasara muy mal, tan ciego estaba don Quijote.
Don Quijote les responde, con la gravedad de un verdadero caballero andante, que está contento de hacer lo que le piden. Pone la condición de que yo vaya al Toboso y me presente ante una señora sin para llamada Dulcinea, para que haga de mí lo que fuere de su voluntad. A saber dónde está ese lugar.
Mi ama tiene tanto miedo que , sin preguntar quién es esa del Toboso, le promete que haré todo lo que le mande. Don Quijote manifiesta que no me hará más daño, aunque me lo tenga merecido.
Muy mal parado quedé de aquella pendencia, mis heridas tardaron en sanarse. No fui al Toboso sino que seguí mi camino a Sevilla, que mi señora tenía prisa por reunirse con su esposo. Aunque , a veces, me pesa no haber cumplido con lo prometido.
Se despide de vuestar merced un personaje del Quijote que pasa por ser el único que toma en serio a Don Quijote. Agur.
Un abrazo para todos los que pasáis por aquí de:
María Ángeles Merino
(Viene de la entrada de 3 de julio de 2008)
Luego supe que, en ese preciso momento, el narrador no puede seguir con la historia porque " no halló más escrito destas hazañas de don Quijote, de las que deja referidas". Se disculpa , mas no se desespera , bien seguro está de hallar su continuación; como efectivamente lo hace, más tarde, en el Alcaná de Toledo, gracias al favorable cielo y...¡ a un muchacho vendedor de papeles viejos! Ya nos dará voacé, señora amanuense, cumplida cuenta de ese hallazgo, de su traducción y demás.
La segunda parte de esta historia comienza donde la dejamos. Dice:"Puestas y levantadas en alto las cortadoras espadas de los dos valerosos y enojados combatientes". Yo me adelanto, descargo un tremendo golpe. Le hubiera matado, pero la espada se me desvía un poco. Le acierto en el hombro izquierdo y, de camino, le llevo media celada y media oreja.
Mas don Quijote, rabioso, descarga sobre mí con furia inesperada y acierta en la almohada ¡y en mi cabeza! Sangro por la boca, por los oídos y por la nariz. Me abrazo a la mula, que tras unos pocos córcovos me tira, dando a correr por el campo. Estoy vencido.
Salta de su caballo, me pone la punta de la espada en los ojos y me dice que me rinda o me cortará la cabeza. No puedo contestar y las señoras del coche ruegan me perdone la vida. Si no es por estas buenas mujeres, lo pasara muy mal, tan ciego estaba don Quijote.
Don Quijote les responde, con la gravedad de un verdadero caballero andante, que está contento de hacer lo que le piden. Pone la condición de que yo vaya al Toboso y me presente ante una señora sin para llamada Dulcinea, para que haga de mí lo que fuere de su voluntad. A saber dónde está ese lugar.
Mi ama tiene tanto miedo que , sin preguntar quién es esa del Toboso, le promete que haré todo lo que le mande. Don Quijote manifiesta que no me hará más daño, aunque me lo tenga merecido.
Muy mal parado quedé de aquella pendencia, mis heridas tardaron en sanarse. No fui al Toboso sino que seguí mi camino a Sevilla, que mi señora tenía prisa por reunirse con su esposo. Aunque , a veces, me pesa no haber cumplido con lo prometido.
Se despide de vuestar merced un personaje del Quijote que pasa por ser el único que toma en serio a Don Quijote. Agur.
Un abrazo para todos los que pasáis por aquí de:
María Ángeles Merino
Recordaréis que el narrador, al final del capítulo VIII, no puede seguir la historia "porque no halló más escrito destas hazañas de don Quijote, de las que deja referidas". Don Quijote y el vizcaíno nos ofrecen una imagen congelada, con las espadas en alto.
Así comienza el capítulo IX, con la historia "destroncada" y la pesadumbre del que nos lo cuenta, tan a gusto con la quijotesca historia y tan a disgusto por no saber cómo hallar lo que falta.
Bien seguro está de hallar su continuación ¡Cómo iba a faltarle un sabio a tan buen caballero! No le iba a faltar lo que sobró a Platir, que no hay color, van ustedes a comparar. ¿Manca y estropeada tan gallarda historia? Eso nunca, tal vez oculta o consumida, que el tiempo devorador gasta esas bromas.
Mas enseguida cae en la cuenta de la modernidad de tal historia, puesto que en la biblioteca de don Quijote hay algún libro pastoril muy reciente. Y qué deseoso está de conocer cómo se las apaña para deshacer agravios, socorrer viudas y amparar doncellas viajeras "con toda su virginidad a cuestas". A pesar de follones, villanos y descomunales gigantes; tan deseosos de forzarlas.
Si don Quijote merece alabanzas, él también. ¡Cuánto trabajo y cuántas diligencias para que el mundo no se quede sin el gusto de leerla! Casi dos horas de pasatiempo tendrá, dice. ¿Sólo? Juraría que yo tardé más en leer la primera parte. Sus razones tendrá Cervantes para conceder tan poco tiempo al lector.
Y la halla un día, por casualidad, en el Alcaná de Toledo, un lugar donde se compra y se vende.
Llega un muchacho a vender cartapacios y papeles viejos a un sedero. Llevado de su voracidad lectora, toma uno de ellos y ve que estaba escrito en caracteres arábigos. Como no lo sabe leer, busca un morisco aljamiado que los leyese, lo cual no fue dificultoso en un barrio donde conviven moros, judíos y cristianos. La suerte le deparó uno...que aparece por aquí. Ese debe ser con su vestimenta mora ...
Mi ordenador recibe otra visita, estos personajes se han familiarizado con mi equipo y se toman demasiadas confianzas.
Salam Aleikum, señora amanuense. Me presento sin nombre porque así lo quiso el señor Cervantes. Soy el intérprete morisco , contratado en el Alcaná deToledo, por el narrador de esta verdadera historia. Le cuento.
Me dice su deseo, me pone el libro en la mano, lo abro por medio, leo un poco y comienzo a reír. Me pregunta que de qué me río y le contesto que de una anotación que hay puesta al margen. Dice: هذا Dulcinea ديل Toboso كثيرا ما وردت في هذا المقال يقول انها أفضل من ناحية للحم الخنزير التمليح من أي امرأة في جميع امانش
Le traduzco: «Esta Dulcinea del Toboso, tantas veces en esta historia referida, dicen que tuvo la mejor mano para salar puercos que otra mujer de toda la Mancha» . Al oír ese nombre queda el cristiano atónito y suspenso. Al parecer, anda muy interesado en encontrar una historia donde aparece una señora llamada así . El cartapacio dice : "Historia de don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo".
Disimula el contento y el sedero se queda sin negocio. Compra al muchacho todos los papeles por medio real, es avispado el de la pluma.
Se aparta conmigo por el claustro de la iglesia mayor y me ruega que vuelva aquellos cartapacios en lengua castellana, sin quitarles ni añadirles nada, ofreciéndome la paga que yo quiera. Prefiero cobrar en especie y me contento con dos arrobas de pasas y dos fanegas de trigo. Prometo traducirlos bien y con mucha brevedad, palabra de buen musulmán. Me lleva a su casa, donde en mes y medio la traduzco toda.
Sé que mi mi traducción satisfizo a mi patrón, a pesar de algunas objeciones nacidas de su desconfianza de cristiano viejo hacia los de nuestra nación. Pero ha de saber el señor Cervantes que ni falté a la verdad, ni pasé en silencio ninguna alabanza a tan buen caballero, sino que seguí fielmente el texto original en arábigo, el de Cide Hamete Benengeli. Digo esto por algunas frases que contienen su libro, el de don Quijote, el que dio a la estampa y pasó a la posteridad. Por cierto, que los galgos me gustan, señor don Miguel.
Salam Haleikum, señora mía. He de ir al lugar que tengo asignado en el limbo de los personajes secundarios del famoso libro.
Un abrazo para todos los que pasáis por aquí de:
María Ángeles Merino
Aparte del asunto del juego de autores, que quizá sea lo más reseñable de este capítulo, a mí me parece muy interesante el hecho de que hemos conocido a don Quijote furioso, rabioso. Lo habíamos visto antes contrariado, en alguna ocasión, cuando alguien lo confrontaba con su locura, pero nunca, hasta ahora, poseído por la furia. No estaba furioso cuando arremetió contra los molinos en el capítulo anterior. Simplemente vio a los gigantes y se lanzó hacia ellos en lo que era su deber, profiriendo amenazas más bien cómicas. En esta escena con el vizcaíno, Cervantes nos presenta otra cara del héroe.
Buenísimo.
Saludos.
Susana.
En el fondo, cumple con lo que ha dicho en la descripción inicial del personaje, según la medicina de su época sobre los humores. Por otra parte, no deja de ser una escena utilizada para la parodia, por supuesto. Me alegra que te hayas fijado en esto.
He vuelto al capítulo I a buscar ese anuncio que dices que Cervantes hacía del potencial de furia de don Quijote, porque no tenía yo conciencia de ello. Tres cosas respecto a esto: una, que este gesto ha sido una cata de una relectura y que entiendo que algunos relean esta obra mil veces; dos, que si no es por las notas de los editores yo no habría podido saber (pero ahí están, para que sepamos, y me acuerdo de Góngora y de Dámaso Alonso y me pregunto por qué no hay otro proyecto de lectura colectiva de las Soledades, pero eso es otra cuestión) que los rasgos “complexión recia, seco de carnes y enjuto de rostro” caracterizan, según la medicina antigua, el temperamento colérico y melancólico; y tres, que no es lo mismo que te digan que…, que verlo tú en la escena después que el vizcaíno le rebanara la oreja y lo derribara: “¡Válame Dios, y quién será aquel que buenamente pueda contar ahora la rabia que entró en el corazón de nuestro manchego, viéndose parar de aquella manera! No se diga más sino que fue de manera que se alzó de nuevo en los estribos y, apretando más la espada en las dos manos, con tal furia descargó sobre el vizcaíno, acertándole de lleno sobre la almohada y sobre la cabeza, que, sin ser parte tan buena defensa, como si cayera sobre él una montaña, comenzó a echar sangre por las narices y por la boca y por los oídos…”.
En última instancia, mi comentario creo que iba sobre lo caleidoscópico del personaje de don Quijote, y lo verosímil. Todos los personajes me están pareciendo increíblemente verosímiles, por ahora, a cuatro siglos de distancia y con don Quijote como una regadera y con delirios medievales. Me parece increíble la habilidad de Cervantes en este sentido. No sé si es intuitiva o curradísima, o las dos cosas, pero, desde luego, los personajes tienen una identidad asombrosa.
Qué buena es esta experiencia. Qué gran trabajo has hecho, Pedro.
Gracias.
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