jueves, 1 de mayo de 2008

Desocupado lector. (La construcción de una novela o cómo Cervantes nos engaña mostrándonos el truco.)

El Prólogo de la primera parte de El Quijote, que todo lector no advertido se salta porque así se acostumbra, contiene varias de las claves para comprender la profundidad, como novela, de la obra.
Podemos leer este libro de muchas formas, pero una de ellas es, sin duda, como una lección de novelar puesta en práctica, en vez de a través de un sesudo ensayo. Es tal la sabia condensación de cuestiones técnicas que encontramos en estas páginas preliminares, que aun me pregunto cómo se pudo afirmar la condición de Cervantes como autor con escasos conocimientos literarios. Si, además, pensamos en que están escritas de forma tan atractiva no hay más remedio que rendirse ante un hombre que, a tan avanzada edad para lo que se estilaba y tras tantos años como llevaba retirado de la primera línea editorial (desde la publicación de La Galatea en 1585 hasta la redacción de este Prólogo en 1604), juega con la literatura de tal manera que nos ofrece tan inteligente y arriesgada experimentación formal en lo tocante a la narrativa.
En el Prólogo encontramos varias cosas que quiero resaltaros:
1º.- La construcción de la figura del narrador (que continuará a lo largo de toda la obra, como veremos, al igual que en los prólogos de sus Novelas ejemplares y los Ocho comedias y entremeses nuevos, nunca representados). No es don Miguel quien nos cuenta la historia de Don Quijote, sino este personaje llamado Cervantes que encontramos aquí. Nuestro narrador será un personaje inseguro, que necesitará los consejos de un amigo puesto que él estaba dispuesto a sepultar la obra al no poder rematarla con un prólogo adecuado.
Más adelante, bien avanzada la narración, sabremos que ni siquiera es el verdadero autor de la obra, pues éste no es ni más ni menos que Cide Hamete Benengeli, un historiador arábigo (y, como tal, en el imaginario de la época, poco fiable). Como el narrador no conoce el árabe, tendrá que recurrir a un traductor (por lo tanto, también poco fiable, nada si le sumamos que es un morisco aljamiado). Este que creíamos autor, se convierte así en un mero adaptador literario de una crónica. Veremos, en la segunda parte, que aun se complica y cuestiona más todo el lío de narradores, hasta llegar a la conclusión de que el verdadero autor es uno de los encantadores que persiguen a Don Quijote. Por no recordar el cuestionamiento que se hará del autor de la otra segunda parte, la de Avellaneda
Es decir, el Prólogo nos avanza ya la figura de un narrador radicalmente moderno: no conoce todos los datos de sus personajes (y algunos de los que conoce, como el lugar de origen del héroe no nos lo facilita voluntariamente -de cuyo nombre no quiero acordarme), se muestra inseguro a la hora de escribir, trabaja sobre textos que no son suyos y que incluso no tiene completos. Es decir: es un narrador poco fiable, del que cabe desconfiar.
2º.- Por lógica, al construir de forma tan evidente la figura del narrador, se proyecta la del lector, desde el arranque: Desocupado lector. Toda la narración moderna se basa en un juego entre narrador y lector, sabiamente manejado aquí por Cervantes, en el que aquél adquiere una singularidad que no tenía antes y éste, también nuevo, es exigido por la obra a desentrañar todos los trucos, juegos intertextuales y malas jugadas del narrador. Bajar la guardia será disfrutar de la novela sólo en el nivel argumental -lo que es válido en sí mismo, por supuesto, pero no suficiente para comprenderla: de ahí la frustración de muchos lectores-. Cervantes, como partícipe de las técnicas artísticas del barroco, requiere pericia lectora para ser disfrutado plenamente, aunque una lectura de menor grado también pueda ser gozosa. Esto mismo lo encontraremos en artes no literarias: la música, la pintura, la arquitectura, el urbanismo, etc.
Además, con el epíteto Desocupado, nos da un testimonio del lector tipo de estas obras: es alguien a quien le sobra tiempo y tiene un tipo de vida que le permite dedicar unos minutos a la lectura a solas, en el silencio del gabinete.
3º.- Se ha insistido mucho en que Don Quijote es una parodia de las novelas de caballería. Y es verdad. Pero hay más: este prólogo es una parodia de prólogo, género de gran interés en la época en la que se escribió la novela. Con la irrupción del amigo y su conversación, Cervantes parodia los prólogos y preliminares a la moda, en especial los escritos por Lope de Vega. En un juego metaliterario, al decir que no sabe cómo hacer un prólogo vemos construirse delante de nosotros, como si asistiéramos al día a día del taller del escritor, el prólogo que no sabía escribirse (como, por ejemplo, hace Javier Cercas en la escritura de Soldados de Salamina, en juego cervantino). Burla burlando se ha terminado el prólogo con los suficientes argumentos para comprender que no sólo se parodia la narrativa de caballeros andantes, sino que el mismo libro es una parodia de los libros del momento: el prólogo es una parodia de prólogo, los versos preliminares son parodia de versos preliminares, la narración es una parodia de narración.
En el fondo, Cervantes, quien razonablemente puede dudar de si volverá a publicar nada en su vida (por sus años, por los muchos de silencio previo, por tantas circunstancias adversas de su vida), quiere dar lo mejor de sí mismo: un libro que sea un muestrario de todas las formas posibles de narración en el momento, pero giradas, con un sello personal, para permitirle introducir novedades en cada una de ellas: toca todas las posibilidades dejando en cada una de ellas la marca de su ingenio. Incluso en el Prólogo.
Esto ya va siendo largo. Espero vuestras aportaciones, preguntas, sugerencias, experiencias como lectores de esta novela, etc. (como comentarios a esta entrada o vía correo electrónico). El próximo jueves, cerraremos el comentario del Prólogo y veremos los versos preliminares. Vale.

47 comentarios:

Lazarillo en América dijo...

Siempre les digo a mis estudiantes que si no han leído Cien años de soledad irán al purgatorio y si no han leído El Quijote irán al infierno directamente -incluso si no creen en él-. Me fascina El Quijote y los años no pasan por él. Lo que más me impresiona del libro al margen del contenido, las aventuras, los personajes, la estructura y la parodia es ese tono que se establece desde el principio, como señalas, que a mí me parece el ingrediente fundamental de la literatura, que a veces perdemos o no advertimos, que es esa "media distancia" entre lo dicho y lo implicado, entre la anécdota y el mensaje, el grano de la paja, sin creérselo del todo ni negarse a sí mismo, sino simplemente narrando, viviendo, contando grandes mentiras que son grandes verdades -o la única manera de decir éstas-... en fin, de eso se trata. VALE.

Unknown dijo...

Vale. Yo creía que hoy era fiesta... pero no, gracias por tu estupenda explicación, después de leer el prólogo no puedo dejar de imaginarme a Cervantes escribiéndolo con una sonrisa irónica todo el rato, y me ha llamado la atención, la complicidad que busca con el lector, desocupado, suave, como una llamada de atención previa, si buscas erudición, sabiduría, mejor no comenzar, yo quiero que te lo pases bien criticando los libros de caballería.

Pregunta: Cuando cita, tanto latinajo, filósofo, erudito y demás... en alguno se equivoca a propósito, ¿que pretende? demostrar que aunque no los cita al margen se lo sabe muy bien y no lo hace porque no le da la gana (el libro no se basa en ellos y no los necesita) o quiere irónicamente decir no los cito al margen pero me los conozco de sobra.
Eso es todo, no doy para más.

Anónimo dijo...

Lo del día del trabajo, querido Pedro, era para descansar...no para currar el triple, que no doy abasto a leer... Madremíademivida... Mañana me agarro al Quijote, lo juro.
Feliz puente

Silvia_D dijo...

Yo como que me ha dado un poco el sol de más, me he leído el prólogo dos veces ... me quedo con tu explicación e iré intentando "pillar al vuelo"... porque esto se me resiste (para que mentir,no?)
A mi me gusta más leerte a ti...a este no le entiendo ni la mitad.
Será comodidad? o simplemente pura y dura ignorancia?
Yo lo seguiré intentando , ehh!!
Es que escribe muy raro...
Besos de una frustrada^^

Pd: feliz puente y que duermas bien.

Euphorbia dijo...

Creo que volveré a empezar teniendo en cuenta tus comentarios, especialmente el 1º y el 2º porque el 3º más o menos ya lo había pillado, bueno, yo no del todo sino Francisco Rico que me lo pone en las notas de pie de página, especialmente la enemistad con Lope de Vega que por lo que parece no se tenían mucho cariño. Yo como siempre soy más dada a quedarme con la anécdota que con lo importante.

Capazorros dijo...

¡Ala, a leer el prologo!
Saludos hidalgos.

Merche Pallarés dijo...

¡Excelente análisis! Yo, mas o menos he sacado las mismas conclusiones. Me encanta los latinajos que suelta haciéndose "el gramático" parodiando a todos los pedantes de la época. (Hoy estoy muy emocianada porque he dado con Avelino que me ha escrito dos comentarios en mi último post). Me voy a Formentera, de nuevo. Besotes, M.

Incognita dijo...

Por algunos problemillas tecnicos, mi URL cambio:
http://frappest.blogspot.com/

saludos

Pedro dijo...

Debo de ser algún tipo de hereje. De la peor calaña. Ya hace bastante que no leo el Quijote (quizás demasiado), pero nungo me fascinó. No digo que no sea bueno, ni que ese estilo en su momento fuera meritorio (bien pensado ya me gustaría a mi algo parecido). Además hay que reconocerlo como innovador, al igual que a otros muchos autores que han ido configurando la literatura hasta llegara al actualidad. El problema que le veo, y que me cansa soberanamente es el ensalzamiento continuo como la mejor obra en castellano. No, miren, eso es más que discutible. Le reconozco todos sus méritos y un par de ellos más, pero por Dios, no me atosiguen cada año con la misma lectura manida del Quijote y toda la parafernalia adjunta, que sí, que es bueno, muy bueno, pero desde entonces se han escrito otras muchas obras maestras.

Un saludo,


Pedro.

Euphorbia dijo...

Hola Pedro, sólo pasaba a informarte que tienes un premio a recoger en mi blog. Lo siento, cosas que pasan.

São dijo...

Muchas gracias por estas interessantísssimas lições que nos estás dando sobre uma das mais conhecidas obras da literatura espanhola!
Feliz final de semana, Pedro!

Pedro Ojeda Escudero dijo...

LAZARILLO: qué buen comentario. Me gusta lo de la media distancia. A Cervantes también le hubiera encantado.

MAFALDIA: ya sabes, me comprometí para los jueves y aquí estoy. En efecto, Cervantes buscó siempre la complicidad con el lector.
En cuanto a tu pregunta: es parte de la parodia de la erudición que se solía mostrar en estos prólogos (no es original en esto: ya estaba en el Lazarillo). Y, en efecto, hay una cierta intención de decir que la obra no los necesita.
Has dado para mucho.

BRUJAROJA: ya ves, ni puentes me permito.

DIANNA: aquí estoy, para aclararte las dudas. Como voy poco a poco, no agobio.

EUPHORBIA: en esta caso, hasta la anécdota es importante. Besos.

CAPAZORROS: ya contarás.

REGGIS: tomo nota.

PEDRO: aquí no se obliga a nadie, ni se juzga nadie, como sabes. Sin embargo, hay mucha gente que quiere leerlo, que quiere comprenderlo. Que, aunque no sea la literatura de hoy en día quiere compreder por qué es una obra maestra: para ellos va esta entrada, además de para quien quiera releerlo, quien quiera aportar su propia lectura, sus experiencias, etc.
Por otra parte, estoy de acuerdo contigo en que después se han escrito muchas obras maestras que deben leerse. Por alguna debemos comenzar. Sin embargo, me gustaría que alguien me señalara una obra narrativa que tuviera la complejidad técnica de El Quijote resuelta con la sencillez y adecuándola a su época con tanta maestría. A mí, créeme, no me salen demasiadas en la cuenta.
Por otra parte, siempre he sospechado que muchos escritores desprecian El Quijote por dos razones:
1º.- Porque no son capaces de escribirlo ellos.
2º.- Porque no les gusta que un soldadón del XVI-XVII se les adelantara en prácticamente todas las cosas de la técnica narrativa y aun siga vigente.
Una de las cosas que más me molesta es oír a muchos escritores presumiendo de sus obras que no son, en el fondo, más que malas o buenas adaptaciones de la técnica cervantina aplicada a épcoas diferentes.
Quiero disfrutar de la narrativa de cualquier momento, pero sabiendo dónde están sus claves. Y, sobre todo, denunciar a los que tapan el pasado para que no se les vea el truco técnico.
Saludos.

EUPHORBIA: recogido y agradecido. Besos.

SAO: Feliz fin de semana, querida amiga.

Un abrazo a todos.

Francisco O. Campillo dijo...

Pedro

Citas en las contestaciones a los comentarios "... porque no les gusta que un soldadón del XVI-XVII se les adelantara... "

Todo el mundo creemos conocer esa faceta de Cervantes, pero está sólo apuntada. Don Miguel fue un soldado valeroso que sirvió en los Tercios en Italia, en el Mediterraneo -la famosa batalla de Lepanto de la que estaba tan orgulloso- y en el norte de África. Es de sobra conocida su etapa de cautivo en Argel, cinco años nada menos.
Yo me pregunto ¿hasta que punto influyó ese pasado en el imaginario cervantino y concretamente en el Quijote? Comparto contigo que hoy la milicia -aquela milicia concretamente- tiene muy mala prensa. Pero estoy seguro que en Cervantes tuvo una influencia decisiva. Y por cierto, no fue el único de los grandes clásicos que sirvió "en la república mejor y más poética del mundo". Aunque esto último, sea sin duda una exageración ;-)

Merche Pallarés dijo...

A mi no me has contestado... Besotes, M.

Anónimo dijo...

Creo que poco se puede añadir a tu comentario del prólogo; no dejas ni un hilo suelto por el cual se pueda tirar.
Solamente una observación: en mi Quijote, antes del prólogo, hay una especie de dedicatoria, petición de protección o algo por el estilo (no entiendo por qué lo tuvo que escribir tan enrevesado) dirigida al Duque de Béjar y Marqués de Gibraleón … de lo cual los bejaranos se sienten muy orgullosos, al ser la primera ciudad que se cita en la obra cervantina. Recuerdo del Marqués con influencia en la corte, que a la sazón radicaba en Valladolid, queda “El Bosque”; la visita a este jardín renacentista bien merece un viaje a la ciudad textil.

Pienso que el hecho de llamar a sus lectores “desocupados” implica que era consciente que iba dirigido a una élite intelectual, acomodada, con tiempo libre. El pueblo llano no tenía acceso a este tipo de cultura, a pesar de que los libros en el XVII dejaron de ser las obras de arte de épocas anteriores, seguían siendo objetos inalcanzables para una mayoría.

No habría que dejar en el olvido el contexto político-social en el que se publica la obra: una España que es la primera potencia mundial, pero pésima gestionadora de sus recursos, que la van a llevar a una profunda crisis económica; sin embargo, al mismo tiempo, florecieron los grandes creadores de la literatura del Siglo de Oro. pancho

Unknown dijo...

Buenas, qué buena explicación. Verás mi Quijote es un libro muy, muy grande ilustrado con grabados de Gustavo Doré y sin notas explicativas (¿se dice así? tanto hablar, leer y escribir en catalán se me olvida el castellano). La ventaja es que tiene la letra muy grande y que no me cansa la vista.
Soy casi tan mayor como Cervantes cuando escribió el Quijote y creo que puedo comprenderle ahora, mucho mejor que cuando era más joven.
Que estoy disfrutando un montón, vaya.
Antes del prólogo hay una dedicatoria al duque de Béjar al que vuelve hacer refferencia en el primer poema con eso de que: " quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobi-. Otra vez la mordacidad y el punto irónico o como de vuelta de todo.
Sobre los otros poemas, me faltan referencias literarias para poder sacarles todo el jugo. Así que te pido alguna pistilla o algún enlace fiable. En la red encontré uno que comentaba el libro en clave de la Cábala y, la verdad, me quedé un poco pallá.
Saludos a todos los ciberlectores y uno muy especial al "profe".

XuanRata dijo...

Resulta que este prólogo vestido de anti-prólogo es en realidad el prólogo más canónico de todos. Porque en él nos descubre abiertamente lo que pretende y de que medios se valdrá para ello. Para mí Cervantes reivindica la literatura como el puro placer de contar historias, donde lo que cuenta es lo que las historias cuentan, y no quién las cuenta porque el narrador no es más que otro personaje. Y lo hace desde la distancia que da la parodia porque las historias no son la vida ni con la vida deben ser confundidas. Son apenas lo que de ella nos consuela.

PILAR dijo...

Pedro, prometo hacer la tarea, no sé cuándo que estoy un poco disipada, y tengo poco tiempo para sentarme al ordenador, pero prometo hacerlo.
Un abrazo, buenfinde.

Anónimo dijo...

Se nota tu profesión. Dominas a la perfección "El QuijotE". un abrazo.

ARSINOE dijo...

"Desocupado lector"..este tio era un burlón de mucho cuidado..¡¡Ea, me he leido el prólogo!! ¿Realmente se burla y detesta la moda de las novelas de caballería de la época?

Teresa dijo...

Gracias por la clase magistral que he devorado.
Me quedo con la frase que has escrito: "aun me pregunto cómo se pudo afirmar la condición de Cervantes como autor con escasos conocimientos literarios" y la enlazo a la universidadización de la Escuela de Artes:
¿Es artista el que tiene un título universitario, o el que crea porque es un genio?

Pedro Ojeda Escudero dijo...

MERCHE: tienes razón, perdona. A veces me pasa: en ocasiones por despite. En otras ocasiones porque los comentarios llegan más tarde del momento en que los comentaristas los realizan y, al colocarse en su sitio se convierten en desaparecidos para mí cuando comento los siguientes.
Esos latinajos los utiliza, como bien dices, con gracia e ironía.
Y me alegro de que te hayas reencontrado con Avelino, esto de Internet da sorpresas muy agradables. Besos.

FRANCISCO: Es una buena línea de comentario la que apuntas. Cervantes, antes de salir (está documentado) estudió con uno de los humanistas más importantes del Madrid del momento. Después, como soldado, tuvo la suerte de vivir en Italia muchos meses. Suponemos que visitó tertulias y academias italianas, por eso su gran conocimiento de la narrativa italiana del momento. En Cervantes, además, su faceta de soldado tuvo una gran influencia:
1º.- le ayudó a viajar por Europa y conocer gente y paisajes. Para un hombre como él debió ser una gran opotunidad.
2º.- conoció lo bueno y lo malo de ese servicio. Pudo servir con gran valentía en batalla y sobrevivir. Lo malo: España no le pagó bien aquello, con todas las consecuencias que sabemos.

PANCHO: efectivamente. Esta dedicatoria al Duque de Béjar es parte del libro que no he querido comentar para no alargar el arranque, pero nos ayuda a situar a Cervantes en el mundo cortesano del momento. En este caso, su mecenas. Con el significado ideológico y político.
En cuanto a lo de los lectores, Cervantes mismo se sorprenderá de la popularidad de la novela en otras clases sociales: lo veremos cuando arranque la segunda parte.
Tienes toda la razón en la parte final de tu comentario: esa sociedad y su contrastes ideológicos la iremos viendo en el libro.
Magníficos apuntes. Un abrazo.

ANTÒNIA: En efecto, hay cierta perspectiva vital en el libro que sólo se puede comprender a una edad determinada. Lo señalaré más adelante.
Veremos los poemas la próxima semana y procuraré daros las pistas. No te extrañe lo de la cábala: era más conocida de lo que hoy podríamos pensar. Un abrazo.

XUANRATA: en efecto. Comentaré cosas ideológicas, sociales... pero sobre todo Cervantes hace de la literatura un placer. Que la cercanía a cada frase no nos haga perdernos de esto.

PILAR: vale, sin prisa.

FERNANDO: un abrazo.

TAREIXA: veremos cómo hay una cierta doblez: una parodia en cuanto a teoría literaria, en cuanto a fórmula narrativa; una cierta nostalgia de un mundo utópico de valores. Es una inteligente pregunta.

BIPOLAR: Te respondí allí lo mismo que aquí: el artista no necesita título universitario. Pero cuantos más conocimientos adquiera sobre su arte, mejores serán los resultados -si sabe aprovecharlos, claro.

Anónimo dijo...

Ler este livro em tradução perde-se muito da obra.Vocês têm a sorte de ler o original.

Anónimo dijo...

Hola soy Rosa.
En primer lugar y después de este acueducto,que acabamos de disfrutar,he releído el prólogo.
A mi humilde entender y sin ser una experta en la materia... he captado una gran originalidad por parte del autor, ya que refleja todas las dudas que tiene a la hora de escribir., principalmente su desarrollo.
Imagino que trataba de que su prólogo no fuera como los demás...y se inventa un amigo con el que habla de cómo redactarlo . Pregunto: esto era para atacar a Lope de Vega????
Me parece un prólogo muy bien pensado.,justo esta es la palabra,MUY BIEN PENSADO.
Sería cierto que el final fuera Dios y no el hombre?....
No se me ocurre nada más.
Saludos.

Anónimo dijo...

He estado a punto de transcribir los comentarios de mis chicos de 1ºBACH al prólogo de El Quijote... Pero creo que tus neuronas universitarias ya no están entrenadas para leer según qué cosas. Tuve la mala idea de aconsejarles leer, al menos, la primera parte de la que extraería algún fragmento para comentar... "Pero ¿cómo estás tan flipada, si esto es el prólogo?", "¡esto en el que me he leído yo no viene!"
Ah...! Si no fuera por estos momentos...

Pedro Ojeda Escudero dijo...

MAGUI: si no puedes, una buena traducción puede ayudarte mucho.

ROSA: me alegro de que hayas sacado tiempo. En cuanto a lo del ataque a Lope de Vega: no es un ataque directo, pero la ironía fue captada por todos los lectores del momento, era demasiado evidente. Estas polémicas entre escritores eran frecuentes en el momento. Todo está muy bien pensado, en efecto. No comprendo tu pregunta sobre Dios y el hombre. Saludos.

VICKY: no te preocupes, ya sabes que mis neuronas ya no son lo que eran... Me alegro de que les hayas recomendado estas lecturas. Al menos alguno habrá pensado que el prólogo es parte de la obra. Con uno me conformo. Besos.

Anónimo dijo...

Hola Pedro.
Lo que he intentado expresar y veo que no lo he logrado es que en la cultura medieval Dios siempre es la meta y no el hombre.,
En el prólogo deja intuir ( al menos yo lo intuyo)TENIENDO EN CUENTA QUE SOY DE CIENCIAS, que todo lo que preocupa al ser humano lo plasma en su obra.,y que su idea de entretener,o de burlarse de los libros de caballeria,en realidad lo que hace es tocar un tema más profundo (lo humano) que en ese momento se quedaba fuera de cualquier proporción.....
No sé si ahora me he explicado un poquito mejor......

Pedro Ojeda Escudero dijo...

ROSA: perfecto. Comprendido, magníficamente explicado y bien visto. Doy una pista, que ampliaremos más adelante: a pesar de que El Quijote es un libro barroco, gran parte de la formación e ideología de Cervantes procede del renacimiento: entre otras cosas, el erasmismo. De ahí, por ejemplo, el vitalismo y el optimismo de su obra.
Me gusta mucho esta aportación tuya.

Teresa dijo...

Ahhhh bueno me he leído de un tirón el prólogo y seguía con los versos, pero como has dicho "hasta aquí puedo leer" pues nada.
Qué bueno el amigo y seguro que esta receta sigue hasta nuestros días. Ya sabes Peter cuando te encarguen un prólogo.... jejejejeje
(si se dirigen a mua corto y pego que lo mismo da)
Si nadie se lee el prólogo nunca (claro a menos que la obra empiece en el prólogo, en cuyo caso sí es interesante)

Teresa dijo...

Caramba que interesante todo lo que aporta el personal.
Me quedo con lo que indica Antonia sobre La Cábala y con lo que aporta Rosa.

Por cierto que no sé cuándo se va a hacer un blog Pancho

Tenía entendido -corríjame Vd- que la disputa plumífera era entre Góngora y Lope de Vega (para disfrute del resto de personal)

Pedro Ojeda Escudero dijo...

BIPOLAR: pues ya sabes, no leerse un prólogo a partir de hoy penaliza.
Una de las cosas que más me agrada de esta locura mía es leeros, en efecto.
Como soy un egoísta, no quiero que Pancho se haga un blog: así sigue dejando testimonio de su bien pensar y escribir por aquí. Pero si se lo hace, allá iremos todos.
En cuanto a la disputa: todos participaban (Quevedo, Góngora, Lope, Cervantes). Duelo de titanes.

Teresa dijo...

Peter, ¿almacenas como un usurero alguna de las disputas de estos amigos íntimos? ...
¿Referencias en internés?
¿Tendré que matricularme en tus asignaturas?
(Creo que esperaré a los nuevos títulos de grado, claro que al paso que va la burra, más bien llegaré a la Universidad de la Experiencia)

Teresa dijo...

Ay que en que hora has sacado a Cervantes. (Y siento ser tan pelma, juro que ya no más). Pues ayer me dio por pensar en la tasa. Y si un pliego costaba 3,5 maravedíes, con lo prolijo que es el primer tomo, el amigo Cervantes pagó en principio una tasa importante. (O su mecenas). ¿Cómo le repercutía la ganancia? ¿Quién se podía permitir estos libros?. Porque hacías referencia (bueno o no sé si lo he leído por ahí) que de círculos selectos pasó a lectura popular como se indica además en la antesala del II tomo. No me cuadra.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

BIPOLAR: hay libros publicados sobre eso. En Internet he encontrado poca cosa en divulgación. Si me das tiempo te lo cuento.
Lo de la tasa está bien visto. En aquella época, el precio de los libros no era libre y se ponía "a peso", es decir, por el peso de los papeles necesarios para su impresión. A Cervantes poco le daba ya que la obra se vendiera o no: él ya había vendido los derechos de impresión. Cervantes poco sacó del Quijote, si es tu pregunta. Y el Mecenas tampoco. El impresor, sí. Luego Cervantes sacaría un poco más porque un éxito hacía que el siguiente libro se pagara mejor. Se sacaba más dinero, rápido y seguro con la venta de un texto teatral, aunque daba menos importancia literaria.
Un libro era un objeto de lujo. Las bibliotecas particulares contenían pocos (y mayoritariamente religiosos y jurídicos). La popularidad del Quijote se dio por tres caminos, según sabemos:
-por las ediciones y reediciones de la obra, suficientes para cubrir el número de lectores de la época que se podían permitir pagarlas. También por sus traducciones.
-por las lecturas colectivas en las que alguien que sabía leer leía el texto a los que no lo sabían o les resumía lo que acontecía (cosa testimoniada, como dices, en la segunda parte)
-por el paso a lo popular de las figuras (teatro, bailes, carnavales)
Espero haberte contestado a todo.

Alatriste dijo...

Una de las cosas que más me llamó la atención cuando leí el prólogo por primera vez fueron los versos que diferentes personajes de caballería dedicaban a Don Quijote y los suyos, no sé sí será una parodia de algo común en los libros de caballerías, es decir hacer odas de otros personajes como si sus hazañas fueran ciertas y famosas, pero desde luego recuerdo que al empezar a leerlo por primera vez, llegué a pensar -pobre de mí- que esos versos existían de verdad. Sin duda una muestra de la genialidad de Cervantes en la obra.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

ALATRISTE: en efecto, una muestra más de su genialidad. Los veremos el jueves.

Juan Luis dijo...

Hola a todos,

yo como he empezado acelerado, comenté el primer capítulo antes que el prólogo.

El prólogo me sorprende desde el encabezamiento:

"Desocupado lector:"

Sinceramente, ignoro como sería en tiempos de Cervantes, pero hoy en día esa manera de dirigirse a alguien es todo un insulto. Nadie se identifica como un desocupado; para ser bien visto en esta sociedad, todo el mundo se ve en la obligación de tener – o por lo menos aparentar – una ocupación. Ni siquiera los desocupados más notorios – envidiados por ello – lo reconocen.

– Estoy escribiendo un libro.

– Llevo dos meses en el estudio de grabación grabando mi primer disco.

Son las respuestas más recurrentes que en la actualidad se utilizan para camuflar la condición de zángano.


Pero después de leer todo el prólogo, me pregunto qué lector razonable está dispuesto a seguir leyendo un libro – gordote --, si el mismo autor lo ha vituperado sin piedad. Parece claro que aquellos lectores que lo hagan, será porque no le dan del todo credibilidad. Asumen en cierto modo que se adentran en una lectura llena de trampas; ya están iniciados en la ficción. Son unos "resabiados ingenuos".

También me llama la atención el “amigo gracioso” que acude en ayuda del autor. Creo que todos hemos sufrido alguna vez a un “enteradillo” de esos que prometen dar fácil solución a nuestras cuitas, y que al final nos endosan más problemas de los que teníamos.

Un saludo a todos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

JUAN LUIS: en efecto, aunque el lector no se lo tome como insulto, no deja de contener un alto grado de provocación (a pesar de que define perfectamente al lector de novelas). También tienes razón en que le prepara para esa relación especial con el narrador que seguirá en el resto de libro. Sin embargo, debes tener en cuenta que este prólogo, aunque magnífico, es un ejemplo del género de prólogos de la literatura barroca: una obra de arte en sí misma. ¡¡Y cómo me gusta la visión del amigo como la del enteradillo que todos conocemos: ese personaje que se lo sabe todo sin saber nada!! Magnífico comentario. Saludos.

Juan Luis dijo...

Pedro,

Gracias por hacerme descubrir el prólogo. Reconozco que la otra vez que me leí El Quijote, apenas reparé en él, ¡y ahora me dice tanto!

Esta semana no os voy a poder alcanzar, pero prefiero seguir a mi ritmo y ya "enlazaré con el pelotón". Al fin y al cabo todavía queda mucho terreno por delante. ;-)

Un gran saludo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

JUAN LUIS: no te preocupes, aquí quedan las entradas para cuando nos puedas pillar. Un saludo.

Fernando Alvarez Junco dijo...

CAP. XVII . COMO UN BOQUIRRUBIO PLANTABA CANDADOS EN UN JARDIN OCULTO MIENTRAS LA CELEBERRIMA URGANDA NO DABA UNA EN EL CLAVO POR MUCHO QUE SE ARRIMABA AL MEJOR ARBOL DEL MAPA DE BEJAR.
No puedo por menos que sorprenderme de la cantidad inmensa, por no decir la casi totalidad, de comentaristas de este prólogo del Quijote que interpretan poco menos que al pie de la letra lo que en él se dice y se cuenta. Destacan lo pobrecito que es el autor que no tiene a nadie importante que le escriba unos versos al comienzo del libro, tal y como dice que se solía hacer, vean cómo se queja:

Solo quisiera dartela monda, y desnuda, sin el hornato de Prologo, ni de la inumerabilidad, y catalogo, de los acostumbrados Sonetos, Epigramas, y Elogios, que al principio de los libros suelen ponerse. Porque te se dezir, que aunque me costô algun trabajo componerla, ninguno tuue por mayor, que hazer esta prefacion que vas leyendo. Muchas vezes tomé la pluma para escriuille, y muchas la dexè, por no saber lo que escriuiria: y estando vna suspenso, con el papel delante, la pluma en la oreja, el codo en el bufete, y la mano en la mejilla, pensando lo que diria, entrò a deshora vn amigo mio, gracioso, y bien entendido. El qual viendome tan imaginatiuo, me preguntô la causa, y no encubriendosela yo, le dixe, Que pensaua en el Prologo que auia de hazer, a la historia de don Quixote, y que me tenia de suerte que ni queria hazerle, ni menos sacar a luz las hazañas de tan noble cauallero…

Digo, e insisto, que no entiendo como no he leído ninguna observación acerca de la inmensa ironía que encierra. Se trata de una pura argucia monda y lironda donde se miente, se finge, más que otra cosa, una excusa para que el amigo gracioso que entra en escena haga una reflexión sobre el falso ornato que acompañaba a otros libros y cómo se puede inventar uno casi todas las cosas en una novela, incluidos los versos “que al principio de los libros suelen ponerse”.
Y todo porque esos versos los va a poner él mismo, tal y como tiene planeado desde que empezó a componer su obra. Esos versos son importantes para él por algún motivo y urde este subterfugio de lo pobrecito que es y cómo le salva el ingenio de su amigo que le da la idea de hacerlos él mismo. ¿No cuenta que sólo quisiera dártela “… sin el hornato de Prologo”? y lo dice en el mismo prólogo que está escribiendo. Todo truco, claro que tenía quien le escribiera unos poemas introductorios, le sobraban amigos poetas, tal y cómo después se verá obligado a poner, tal que:

Tambien ha de carecer mi libro de Sonetos al principio, a lo menos de Sonetos, cuyos autores sean Duques, Marqueses, Condes, Obispos, Damas o Poetas celeberrimos. Aunque si yo los pidiesse a dos, o tres oficiales amigos, yo se que me los darian, y tales, que no les ygualassen los de aquellos que tienen mas nombre en nuestra España.
En fin señor, y amigo mio, prosegui, yo determino que el señor don Quixote, se quede sepultado en sus archiuos, en la Mancha, hasta que el cielo depare quien le adorne de tantas cosas como le faltan,…

Puro cuento. La pequeña biografía de Cervantes que les propiné hace muchos capítulos quedó interrumpida con su llegada a Madrid en 1582 procedente de Lisboa y el comienzo de sus andanzas literarias, la Galatea y obras de teatro. Ésta continúa con su conexión ineludible y cierta con el mundillo de la farándula y la pluma. En el Canto a Calíope de su Galatea cita docenas de poetas y demuestra tener vastos conocimientos de quien era y no era en el ambiente literario de la época, y muchas descripciones nos lo muestran cómo alguien especialmente simpático y bien relacionado con todos. Al contrario de lo que se suele decir por muchos comentaristas para explicar que su carencia de amigos le obliga a escribir ese prólogo lamentándose y esos versos por no tener quien se los haga. Puro cuento.
Estos versos que siguen al prólogo y que anteceden al comienzo desmemoriado del texto tienen una importancia indudable, aquí sí que se ha de decir que no hay nada escrito por azar en el Quijote. Sencillamente necesita una excusa y una introducción para esos versos y el comienzo de la narración necesita esos versos introductorios por alguna razón. La razón es que en esos versos se esconden claves para la adivinanza que se plantea con el famoso nombre olvidado de decir, la Galatea acaba con una adivinanza no resuelta y el Quijote (su siguiente libro, tras 20 años) comienza por otra.
Piere Menard (fajunco@hotmail.com)

Pedro Ojeda Escudero dijo...

PIERRE MENARD: pienso que eres injusto con los comentaristas. Como habrás visto, desde el título de esta entrada se hace alusión al engaño cervantino, así que los comentaristas aportan otras visiones y no se encierran en la que ya está comentada en la entrada. El propósito de esta lectura es disfrutar, aportar visiones de todos, sea cual sea su condición, educación y forma de afrontar la lectura. Los comentaristas, por lo tanto, no tienen por qué aportar visiones eruditas o académicas que, por otra parte, ya están todas dichas en los cientos de libros y miles de artículos que se han escrito sobre la obra.
Por otra parte, tampoco pienso que se deba leer toda la obra como clave de interpretación para demostrar un topónimo. Sea cierto o no el que tenga en mente Cervantes -como sabes, hay varios que pueden reclamar con alusiones de la obra ser la cuna del Quijote-, nos debe interesar mucho más su condición de obra universal. Es decir, de una obra que puede llegar a cualquier lector de cualquier época y cultura. Lo demás, es disputa menor. Cuando Cervantes deja sin aludir -aunque haya diferentes claves que sugieren a diferentes lugares- el lugar, además de jugar con el localismo y pasar irónicas facturas a sus naturales o disfrazar con ropaje literario a unos u otros -cosa, que, como conocerás, es habitual en las obras de todos los tiempos-, va mucho más allá de una adivinanza más o menos velada: construye, sobre todo, un juego del narrador con el lector.
Disfrutemos de la lectura, propongamos soluciones para sus claves pero hagámoslo con la corrección necesaria para respetar a todos los que se acercan a esta obra. Saludos.

ana martinez dijo...

Ya sé que ha pasado casi un año. Ya sé que me incorporo demasiado tarde. Intentaré no entorpecer la marcha de la lectura.

Sobre el prólogo: efectivamente, sin ser erudito ni ducho en literatura cervantina, uno puede advertir que su lectura destila una marcada ironía. Etiquetar esta ironía como parodia ya forma parte de ustedes los estudiosos. (Si L.C. levanta la cabeza y contempla el verbo "etiquetar" en este contexto...-mil perdones-).
Por otro lado hay un parrafito que corresponde a las bases fundamentales de cualquier poética actual: "... sino procurar que a la llana, con palabras significantes, honestas y bien colocadas, salga vuestra oración y período sonoro y festivo, pintando, en todo lo que alcanzáredes y fuere posible, vuestra intención; dando a entender vuestros conceptos, sin intricarlos y escurecerlos."

Me parece un manifiesto literario bellísimo.

Saludos y continuaré con los versos.Vale

Pedro Ojeda Escudero dijo...

ANA: bienvenida. Como sabes, he ofrecido tener siempre abierta La Acequia para los que os vayáis incorporando a la lectura, así que nada de entorpecer, sino enriquecer la lectura. En efecto, el Quijote está lleno de estos manifiestos literarios, que siguen tan actuales como el primer día. Espero tu lectura, quizá puedas alcanzarnos.

Asun dijo...

No sé por qué me ha venido a la cabeza la obra de Pirandello “Seis Personajes en busca de Autor”. Tal vez por lo que dices de que el prólogo es una parodia de prólogo, y la obra de Pirandello es una parodia de una obra de teatro en la que lo mismo que D.Q. corre el riesgo de no ser publicado, esos seis personajes corren el riesgo de no cobrar vida:
“Criaturas de mi espíritu, las seis ya vivían una vida que era suya y ajena a mí, una vida que yo no podía seguir negándoles.” “¿Por qué no represento —me dije— esta novedosa situación de un autor que se niega a dar vida a ciertos personajes que, a pesar de haberles infundido vida, no se resignan a quedar excluidos del mundo del arte?”

Volviendo al prólogo, parece como si quisiera dar un poco de pena al lector: Y así, ¿qué podrá engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación?

Pero yo, que, aunque parezco padre, soy padrastro de Don Quijote, no quiero irme con la corriente del uso, ni suplicarte, casi con las lágrimas en los ojos, como otros hacen, lector carísimo, que perdones o disimules las faltas que en este mi hijo vieres.

Tal vez para lograr captar su atención. Lo mismo que todo su discurso mostrando su dificultad de crear un prólogo, sonetos, etc. para que luego el amigo le muestre lo fácil que es solucionar esos supuestos problemas.

Por hoy ya me vale.
Un abrazo

Abejita de la Vega dijo...

Comentario al Prólogo de la primera parte del Quijote, publicado en "La acequia", entrada del 1 de mayo de 2008.

Ya está decidido, voy a llamar a los secundarios de esos primeros capítulos que, en su día, no comenté. El mozo de campo y plaza me vino de perlas para el 1,1. En el 1,2 don Quijote llega al anochecer a una venta y, a la puerta, están unas mozas de esas que llaman del “partido”. Si espero un poco, acudirán a mi ordenador, el de la ce maltrecha, con tanta “campeña” y tanta “acequia”.

Ya es habitual y conocido. Comienzo el comentario, el Word casi desaparece, sólo me queda un pedacito de pantalla para escribir, y bailotean las ventanas emergentes; a continuación, suele aparecer un personaje secundario del Quijote, con ganas de palique. Así que, paciencia y los canalículos me traerán algún visitante.

A ver, a ver quién sale… Deben ser esas que van a Sevilla, en la amena compañía de unos arrieros. Me gustará hablar con tan “altas doncellas”.

¿Doncellas? No. Un hombre con toda la barba, vestido con jubón, ropilla y calzas; esa es la imagen que ocupa buena parte de la pantalla.

-Le saludo, señor caballero ¿A quién tengo el gusto de recibir?
-Salúdole igualmente, señora amanuense. ¡Por Dios¡ ¡Que vuestra merced golpea con furia las letras de tan extraña y luminosa máquina!

-¿De qué capítulo es vuestra merced?

-¿Capítulo? No vivo en ningún capítulo del famoso libro, tengo casa habitación en el prólogo.

-¿Un personaje en el prólogo? Vive Dios, que los prólogos no están para eso.

-La exhorto a comprobarlo. ¿Acaso pasó por alto el prólogo, como tantos desocupados lectores?

-No, no, me consta que lo tengo leído. Pero hace mucho tiempo y, entonces, no estaba al tanto del juego de narradores y subnarradores. Además, al volver al principio, no se me ocurrió ir al prólogo sino a “En un lugar de la Mancha”. Me salté la primera capa de la cebolla, lo confieso. Preséntese su merced, que estoy sobre ascuas.

-Soy el amigo “gracioso y bien entendido”, el que entra a deshora y pregunta, a un dubitativo escritor, el motivo de sus preocupaciones.

-O sea, que vuestra merced es amigo de Cervantes, el autor de “El ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha” y de “El ingenioso caballero don Quixote de la Mancha”.

- No, en parte sí…pero no. No sé si me explico. Viaje vuestra merced por esos canalículos infernales y, según llega a “La acequia”, tuerza hacia las entradas del 2008 y, en la del 1 de mayo, lea “Desocupado lector. (La construcción de una novela o cómo Cervantes nos engaña mostrándonos el truco.)”. Deje un rato de machacar las teclas y léalo. Desaparezco…

-Aquí estoy de nuevo, sigamos nuestro ameno discurso. Ahora que ya comprende cómo funciona esto, le puedo hablar del problema de mi amigo.

-Creo que sí entiendo. El escritor crea a un personaje, asimismo escritor, que escribe siguiendo el texto de un historiador arábigo llamado Cide Hamete, el verdadero autor. Pero como no entiende el árabe, en realidad, trabaja sobre el escrito de un moro traductor. En consecuencia que el amigo de vuestra merced es “un mero adaptador literario de una crónica”.

El escritor escribe que otro escritor escribe lo que el traductor de otro escritor, Cide Hamete, escribe. ¡Cuatro con la péndola! Luego se complicará todavía más; pero, de momento, dejémoslo ahí, Su amigo es el segundo…a ver, cuénteme las cuitas que él le cuenta. Creo que no va a ser don Quijote el único loco…

Abejita de la Vega dijo...

-Mi amigo se dirige a su “desocupado lector”, con gran humildad. Quisiera que su libro fuera el mejor, mas su “estéril y mal cultivado ingenio” no da más de sí. En la cárcel, sin la quietud de espíritu que preña a las musas, allí engendra a un hijo seco, avellanado y antojadizo. . Y, además, como se da la circunstancia de que es padastro de don Quijote y no padre, no ha de pedir al lector que disculpe sus faltas. El que lo leyere, libre es de decir lo que le parezca, para eso posee su libre albedrio “como todo hijo de vecino”.

-Bueno, se le ve al hombre muy inseguro. Pero ¿para qué se dirige a vos?
-Su problema es el prólogo. Le preocupa el presentarlo sin acotaciones ni anotaciones, como otros libros, plagados de sentencias de santos, filósofos, eruditos de la A a la Z. también se lamenta de que su obra carezca de sonetos al principio, “cuyos autores sean duques, marqueses, condes, obispos, damas o poetas celebérrimos”. En consecuencia, Don Quijote ha de quedar “sepultado en sus archivos en la Mancha”.

-Me rio de su apocamiento y le doy la solución. Los sonetos pueden ser escritos por él mismo y colocar la firma que quiera, mejor si es disparatada: el preste Juan o el emperador de Trapisonda.

En cuanto a las citas y sentencias, le digo que puede echar mano de sentencias o latines tópicos y fáciles de recordar o buscar. Y le recuerdo algunas de ellas, que para todo hay…

Pero, a continuación, le doy los consejos de importancia. Si lo que desea es combatir a los libros de caballería, lo que precisa es hablar “a la llana”, con “con palabras significantes, honestas y bien colocadas”. Y ha de procurar que ría el melancólico, el risueño ría todavía más, el discreto lo admire, no la desprecie el grave y el prudente la alabe. Y si derriba a los libros de caballería, no habrá alcanzado poco.

Mi amigo siguió mis consejos y el resultado es bien conocido.

¨-Pero ¿quién es vuestra merced, el que da tan buenos consejos?

Ha desaparecido…

María Ángeles Merino