Llueve. Llueve con insistencia pero con lentitud indiferente, como si a las cosas ya no les importara. Huele a herrumbre vieja y mojada. Llueve sobre mi piel: he aquí el nacimiento del óxido, tan temido, inevitable. Me he mirado al espejo y veo ya, marcado en el rostro, el estandarte de todas mis hipocresías. He querido disimularlo con afeites, con velos y máscaras. Me disfracé de aliento y de esperanza. Pero la mancha del óxido no se quita. La arañé hasta desollarme por ver si la última capa de mi epidermis se guardaba sana, pero en cada poro había hecho su conquista. Como un hongo que se nutre de mi falsedad y mi incoherencia. Me levanto cada mañana para acudir a mi trabajo, como frugal o excesivo, amo, me acuesto. Pero la rutina ya no puede engañarme: destruyo lo que toco, lo que vivo. Mi nombre es legión, porque somos muchos. Soy todos y cada uno de nosotros.
28 comentarios:
a oxidarse tocan, pues nos oxidamos y ya está, pero ¡con alegria! y enmendando lo que podamos los desaguisados de cada día.
Hay que reirse todo lo que se pueda de uno mismo y sus calamidades... tiempo de angustia es tiempo perdido y no queda tiempo.
Has tocado fondo. Has visto lo que hay dentro de tí y has visto reflejados al resto de la humanidad. No te ha gustado, y lo más grave es que no se puede cambiar. Isabel.
Habrá que encontrar un decapante, pintar encima, confiar que la carcasa aguante... y esperar de nuevo a que se repita el proceso (mientras el cuerpo, el hierro, resista).
El aliento y la esperanza no son disfraces. Si acaso coartadas, pero nada más, que ya es bastante.
Y la lluvia limpia, salva, redime. Y aunque huela a herrumbre, si te fijas bien, si te paras a distinguir, verás (olerás) que lo que realmente huele es la tierra: mojada, viva, nueva. Arrastrando el óxido.
Felicidades! Entiendo que ya llueve en Burgos, porque sin humedad no hay oxido!
Un abrazo!
Precisamente en nuestras falsedades e incoherencias nos reconocemos todos como producto de un mismo malentendido. En la perplejidad lúcida nos encontramos los unos a los otros. La oxidación es el efecto de la respiración. Y debemos apurar esta copa con trágica alegría.
¿El óxido de tu piel? Pues si vieras la mia... (Excelente el escrito). Besotes, M.
El amor es el antioxidante que llega a las más profundas capas de nuestra piel.
Me siento yo, y me siento nosotros,
este sentimiento universal es el amor, el que a todos nos iguala, con todas nuestras debilidades e incoherencias. Pero hasta en el ser más malvado de la tierra arañando y arañando estoy segura que hay amor.
El amor lo puede todo.
Ama y vive.
Y qué haríamos sin el encanto decadente del óxido en los bancos de los jardines abandonados, la melancolía del otoño y sus hojas muertas... Al fin y al cabo significan transformación, alteración, vida.
Aunque duela, y a veces mucho, es preferible ese óxido a la fría indiferencia del acero inoxidable que deja resbalar la lluvia; es preferible el olor a herrumbre al aséptico y anodino no-olor de los materiales inalterables.
Somos permeables, también nuestra cultura, nuestra lengua. Aunque parezca una contradicción eso garantiza un pedazo de inmortalidad.
Un abrazo.
Concha.
"Mi nombre es legión, porque somos muchos. Soy todos y cada uno de nosotros"
Nadie nos reclutó, nadie nos amenazó con el filo de un cuchillo, no hay un paso marcial obligatorio, sin embargo tememos por nuestros hijos, reos de este diseño absurdo.
El agua que nos enfermó ( su falta nos enfrenta), provocando el envejecimiento prematuro de las cosas, nos sanará y dará salud ( Lazarillo), garantizándonos una eclosión maravillosa que ya se adivina.
Es lo bueno que tienen los congresos: por muy densos y ajetreados que sean también hay tiempo de fumar, como en todos los trabajos. pancho
Estas bien? Me da que tienes una realidad equivocada de tí mismo y crees haberte decepcionado con algo y no creo que haya sido así... eres muy duro contigo mismo... Espero que estes bien (también puede ser que mi percepción del escrito sea erroneo... si es así, perdoname).
Besicos!
Meu querido Pedro, uma pessoa como tu não oxida!!
Poderá não ter as ilusões e a ingenuidade da juventude , mas tem o coração aberto ao mundo.
Abrazos.
Ya decía yo que por alguna cosa me gustaba tanto el acero inoxidable.
Hoy aquí también llueve, poco pero llueve, lo suficiente para alimentar óxidos y hongos primaverales.
Esta bien. Todo que tocas lo rompes, pero...rompes todo lo que tocas? A veces es necesario que se haga oxido, para poder limpiarlo y que quede suave y sedoso. No hay capa de pintura que no lo arregle.
Besos.
Tu óxido es mi oscuridad.
Solo es nomecnatura
Raúl Urbina ha dado en el clavo. Ahora hay que buscar el decapante apropiado y esa es la cuestión.
¿Cúal es el decapante adecuado?.
Pues yo no te veo oxidado en absoluto, para nada :)
Un poco de mal color si que tienes , a ver si duermes más.
Pedro, un beso y lo de la legión lo dejamos para la cabra^^
Lija o decapante, pintar de nuevo y volver a empezar, así es la vida, siempre empezando otra vez.
Saludos.
Debo decir que cada día me gustan más estas cosas tuyas. Un saludo. Manzacosas
Ay, ay,ay, querido Pedro, ¡qué mirada tan negativa tienes sobre ti mismo! Menos mal que los demás te miramos de otra manera, por mucho que te empeñes en ocultarte. ¡Pero si tienes una mente privilegiada y un sentir delicadísimo! Anda, déjate de mirar la piel y mira a tu alrededor que seguro que encontrarás cosas la mar de bellas que no estén oxidadas.
Besazos y mimos.
un texto muy impactante... el final me ha dejado como si me cayese encima un gran chaparrón...
una buena combinación de palabras para recrear la idea principal del relato: el paso del tiempo... llueve, herrumbre, óxido, hongo, rutina...
bicos,
Aldabra
P.D.: estos textos breves intimistas me gustan mucho, creo que ya te lo he dicho antes ¿no?
Mas óxido????????????????
Que tal si mejor te envio un beso enormeeeeeee!!!!!!
MAFALDIA: el problema de la alegría con la que tomamos nuestras oxidaciones es que provocan la de los demás y la de los que vengan después de nosotros.
ISABEL: no se puede cambiar, en efecto.
RAÚL: ¡pero qué frágil es el hierro!
BRUJAROJA: hemos generado ya demasiado óxido para que lo limpie el agua.
SERENDIPITY: llueve. Hacía falta. Un abrazo.
XUANRATA: trágica e inevitable.
MERCHE: Besos, estoy seguro de que tienes una piel perfecta y bronceada.
PILAR: el amor no puede nuestros egoísmos. Sobre todo porque no se generaliza.
CONCHA: no tenemos inmortalidad: es un espejismo precisamente nacido de nuestros óxidos.
BIPOLAR: nadie nos obligó, en efecto, pero todos marchamos bajo himnos militares.
PANCHO: como en todos los trabajos. A Lázaro lo que le sanó fue el vino: éste no se oxida, se avinagra. Un abrazo.
NEREA: Estoy bien. Medito. Por eso estoy bien. Besos.
SAO: el corazón abierto al mundo. Por eso veo todo esto. Un abrazo.
EUPHORBIA: a mí, en cambio, no me gusta: es cómodo, pero frío.
SOLSOLITO: la pintura disfraza. Besos y bienvenida a La Acequia. Espero verte más por aquí.
DARGOR: no estoy seguro: a ti la oscuridad te da la vida, aquí el óxido es sólo restos de ella.
JAVIER: ¿Hay droguerías para este óxido?
DIANNA: dormiré, si puedo. Un beso.
NACHO: inventándose cada día. Un abrazo.
MANZACOSAS: El sentimiento es mutuo. Un abrazo.
ISABEL: no es tanto mirada negativa como meditación sobre todo esto que miro. Ya vendrán tiempos de primavera. Besos y gracias por los mimos.
ALDABRA: Besos. Sí, lo dijiste. Y lo agradezco.
REGGIS: ¿serán estos besos el decapante que me recomiendan arriba?
Gracias a todos por vuestras palabras.
Huy Pedro!!!!! , seguro que los besos pueden ser el decapante, solo es caso, de que te dejes....
;) Un beso enormeee
REGGIS: me dejo, me dejo.
Profe no he entendido su comentario sobre mi comentario.
;)
El egoísmo, Pilar, es una fuerza más generalizada y firme que el amor. Para amar de verdad se necesita entrega y riesgo.
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