lunes, 3 de diciembre de 2007

Nocturno. Nota al lector.

En un momento en el que la literatura va por otro camino, publicar un relato con un fuerte contenido simbólico es una temeridad. Dudé durante mucho tiempo si publicarlo en La Acequia o no, pero he querido experimentar las posibilidades de este formato de comunicación que para tantas cosas sirve. A la manera de los viejos folletines, he sacado las doce entregas día a día. Me animaban a seguir los comentarios, muchos de ellos coincidentes con mi propia intención. Este medio de publicación tiene esa ventaja. También tiene la incertidumbre de no saber qué opinan los visitantes anónimos y silenciosos.

Una tarde de lluvia realicé las fotos del relato, que se había construido en mi cabeza durante mis paseos por la zona, la ribera del Arlanzón.

He jugado conscientemente con el riesgo. El texto tiene una fuerte carga simbólica. Las imágenes que lo subrayan están en el límite de lo permitido: sin más luz que la de la cámara de fotos digital (que altera tanto el color natural de los objetos), sin edición posterior de las imágenes -más que el necesario recorte-, llevando hasta desenfocar conscientemente el resultado. Ni las imágenes ni el texto, pues, son fácilmente digeribles en una época de lectura rápida y escritura directa.

Pero eso es lo que buscaba, una aventura en la que se experimentara con parte de lo que permite un blog y algo de lo que se pohíbe en sus normas no escritas. Las doce entradas de Nocturno no son para una lectura rápida, sino que exigen la relectura atenta. Aun no sé si he salido bien parado.

La narración, por otra parte, no era tampoco fácil. No quería contar una historia tradicional. En Nocturno apenas hay argumento y el que hay no es más que una metáfora. La experiencia del paseante, a la manera de los textos becquerianos, es un intento de narrar la experiencia artística como los místicos querían expresar sus delirios, de ahí el descubrimiento de los sentidos en lo más oscuro de la noche, la acción creadora y la conciencia histórica y ecológica. Un arte moderno, en el que se tiene en cuenta al otro partiendo del individuo, pero que sea radicalmente arte, es decir: imperfecto y puro a la vez. El compromiso de este arte es con la Historia del ser humano en su imperfección, asumiendo lo bueno y lo malo que tiene en la soledad de la experiencia. Si no buscamos la compañía cálida del otro o su confrontación sólo tendremos el vacío desesperado. El final no podía ser otro: quien narra la historia no es más que un eslabón en esa cadena que se convierte tan sólo en unos centímetros que gana la espesura del conocimiento humano (el arte es su mejor herramienta y expresión) y que espera a otros.

No sé si he acertado. Tampoco he querido ser sublime, puesto que no es tiempo más que de pequeños compromisos individuales. Sin embargo, pienso que, después de una época demasiado larga en la que el ser humano ha sido tan sólo un superviviente, se merece reconstruirse desde lo mejor que tiene, consciente de su debilidad y de su fuerza. Hacia el futuro.

17 comentarios:

Rubén10 dijo...

Siempre que vengo a tu blog lo hago sin prisa,para leer con calma todo lo que propones. Con esta serie de "Nocturno" me has hecho releer más de lo que tengo por costumbre,haciendome coseguir en cada nueva lectura ideas diferentes.
Un saludo.

jg riobò dijo...

Creo que has acertado.
Mi serie que pensaba poner hoy tendrá que esperar por culpa del voto del silencio.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Te soy sincero? me costó...y si has visto no comentaba...pero lei cada uno de ellos... como dice ruben10..te leí y releí y no entendía...hasta que hilé algo...uf me recordabas mi tiempo de lectura de ·tiempo de silencio"...

Saludos

nachocarreras dijo...

Hola Pedro:
No sé si ha sido tu intención pero, desde mi punto de vista, ha sido un espléndido relato del interior. Expresar sentimientos y estados de ánimo no es fácil.
Saludos.

Pilar dijo...

Ya sabes mi opinión,Pedro, que te la he hecho llegar personalmente.
A mi me has tocado la fibra, y con eso ya te digo todo.
Ánimo y a publicar.
Besos

Anónimo dijo...

Con este reduccionismo de Blogger, espero que se me identifique correctamente.
Querido Pedro: he querido esperar hasta el final para comentar tu Nocturno. Me parece un magnífico viaje interior por la conciencia (que creo que está a medio camino entre un locus amoenus y un locus horribilis), a la manera de un Juan Ramón frente al mar. Me ha gustado y he disfrutado denodadamente con la lectura.
Por lo que respecto a las fotos, creo que los defectos de la fotografía digital a veces son virtudes: ayudan a crear ese desasosiego. Enhorabuena.

Anónimo dijo...

Durante el desarrollo de la historia solo me he limitado a realizar dos breves comentarios ansiosos exigiendo saber mas del relato, y uno mas que fue premonitorio...¡¡como joroban los profetas¡¡

Con un relato dificil, intimo, angustioso en algun momento y tremendamente sensitivo me has conseguido cautivar y "enganchar"...asi se debian de sentir los lectores de folletines por entregas del XIX...."continuara en el proximo post", solo que aqui el valiente mosquetero se habia convertido en un desorientado paseante que "resetea" su conciencia y pierde sus referencias...se "animaliza" ( permitaseme esa expresion..

Blogofago

Pedro Ojeda Escudero dijo...

RUBÉN: Gracias por tu constancia y por venir sin prisas.

JAVIER: Gracias. Los rectángulos, el color, la luz y el silencio. Espero toda la serie.

MANUEL: Saludos y gracias por dedicarme tu tiempo.

NACHO: Cuesta desvelarse, en efecto.

PILAR: eres la más constante. Seguiré publicando, por supuesto. Y leyéndote.

RAÚL: Gracias por comentar, a pesar de los difícil que os lo ha puesto Blogger a los que no estáis en la plataforma. Tus palabras animan a seguir.

BLOGÓFAGO: Gracias por tu lectura constante, atenta y profética. Y los ánimos que transmitían tus mensajes entre corchetes.

Merche Pallarés dijo...

¡Qué pocos comentaristas tenías en ésta época! He entrado para leer lo que cuentas... La introducción me ha parecido de lo más interesante. Besotes, M.

Merche Pallarés dijo...

Bueno, los he leido todos. Muy melancólicos, muy bellos, muy en tu línea. Me han gustado mucho (te he hecho comentarios en los dos primeros). Besotes, M.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

MERCHE: La Acequia ha crecido desde entonces gracias a todos vosotros, en efecto. Gracias por venir a ellos tantos meses después. Besos.

misticaluz dijo...

Te has expresado con total claridad...

Me quedo con esta frase: "El compromiso de este arte es con la Historia del ser humano en su imperfección, asumiendo lo bueno y lo malo que tiene en la soledad de la experiencia."

Desde luego esta como muchas otras que tienes en diversas entradas, son dignas de exponerlas en el museo nacional. Cuanto dicen y cuanto se puede aprender.

Como siempre te dejo un relajante y cálido abrazo

Beatriz

Pedro Ojeda Escudero dijo...

BEATRIZ: gracias por tus cariñosas palabras. Un abrazo.

Shandy dijo...

Joder, permítaseme la expresión, este relato lo (con)tiene todo, poesía y hondura de pensamiento.Reflexión sobre la existencia del ser humano, su pequeñez, su limitación y miopía, su libertad y su responsabilidad; la necesidad de los otros y de la inmersión en la naturaleza, sin olvidar el compromiso del arte y la palabra con el ser humano. Un breve, condensado y poético tratado de la mejor filosofía escrito desde la humildad.
Pues sí, lo ha conseguido.
Desde luego, para disfrutar, leer y releer con calma. El azar y Los nocturnos de Chopin han hecho que llegue hasta aquí.
Un placer

Pedro Ojeda Escudero dijo...

SHANDY: Gracias por este viaje en el tiempo, al inicio de mi blog. Un abrazo.

Martine dijo...

He seguido el consejo de Myriam en tu Entrada... y llego aqui.. me quedaré leyendo,con emoción y aqui te deseo todo lo mejor Pedro, te lo mereces por tu entrega,tus enseñanzas, por este cariño que regalas a tus lectores en todas las circunstancias..
Un beso.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Gracias, querida MARTINE: me emociona mucho que hayas viajado hasta aquí de la mano de Myriam.