Al final, a la comida nos apuntamos Teo, Jaime, Esther, María (mis dos aceleradas) y yo mismo. No teníamos previsto ser tantos, pero las cosas que salen así, con esta gente, ayudan a arreglar una pésima noche y peor día. Y Ramón llegó al final, para asomar entre las celosías.
(Aclaro: las celosías y el bacalao eran del Azofra.)
2 comentarios:
Asador Azofra mmmmm ¿bacalao?.
Una vez, en Zaratán de turismo, el sol apretaba y me entró una sed bestial. Pero era una sed de agua. Ansiaba el agua (raro en mi) y necesitaba un local que me vendiera un litro de agua fresca. Lo encontré, era una bodega y el responsable, un tipo gordo y alto me sirvió amablemente. Observaba con mirada desencajada cómo daba cuenta del litro vendido y pagado. Cuando acabé me espetó que se le hacía dificil creer lo que había visto. En una bodega beber agua no es lo más adecuado. Mis compadres todavía tienen cachondeo con la anécdota.
Te aseguro, querido Caelio, que el bacalao a la plancha estaba muy bueno. Tomé, de primero unos puerros. Unos chorizos y morcillas de entrantes.
Ten en cuenta que me esperan unas cuantas fechas de recibir visitantes y les mostraré la gastronomía local, así que ahora me tengo que cuidar: verdurita, plancha y muchos paseos...
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