Transcribo anotación apresurada:
Las nubes se adensan en las montañas que un día serán acantilados, midiendo agazapadas la distancia del salto al mar. Tapan el cielo de la cementera, cuyo monótono y persistente ruido parecen no oír las gaviotas que danzan su andar en la arena.
Como un brazo gigante, la maquinaria, polvorienta y gris, se adentra lenta en el agua, en busca de los barcos que le traen el alimento de la urbanización desmesurada y quizá rascando la espalda revuelta del agua.
Asusta esta imponente fábrica que lo ocupa todo.
Ya queda menos para el Delta. Ya queda menos.
12 comentarios:
Un texto precioso.
Un abrazo.
Álvaro
Nótese del autor su habilidad para combinar las palabras.
¿será de letras?
Gracias, Álvaro.
Letras, Caelio, letras, como sabes, (im)puras, que las muy puras aburren y son dignas de denuncia en tu blog, como tan bien haces ;-)
El texto es magnífico, pero no menos las fotos. A mí, pese a todo, me fascinan las cementeras, sobre todo por la noche: es como darse un paseo por la luna.
Algo tienen de estructura de ciencia ficción. Y por la noche... con el ruido del mar...
Monstruoso e imprescindible.
Que bonito cielo el de la foto del monstruo... con eso me quedo y con tu texto, genial.
Besos^^
DIANNA: tantos meses después de escribirlo vienes a este texto y lo lees de forma atenta y cariñosa. Gracias. Un beso.
algún día sera devorada por el mar...
PACO: esperemos que antes que ella nos devore a nosotros.
Que adefesio surrealista el de esta foto... que espero que no nos devore.
Subo a la sgt entrada.
PD También me quedo con ese fantástico cielo de la primera foto.
Sencillamente expectacular.
MYR: una cementera que estropea cualquier paisaje, es cierto.
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