miércoles, 25 de julio de 2007

Desahucio de palomas y fantasmas.


Cuando me di la vuelta, estaban tirando ya el edificio de las palomas. Los pájaros se posaban en las vigas desnudadas que sobresalían de las paredes como los huesos astillados de una herida. ¿Dónde han ido los ecos de las voces que descubrí un día, los pequeños dramas y los sueños que celosamente guardaban estos muros? ¿Qué parte de mi mirada, agarrada a los hierros de los balcones y los cristales rotos, se pierde ahora, para siempre? Donde acaben los despojos de esta casa, quizá, terminarán un día los restos deshilachados de mi memoria.

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