Ahora que ya es otoño, dime, ¿dónde pasarás el resto de tu vida?
Es extraño este otoño que no he visto venir hasta que no han llegado las grullas, distraído en mis cosas.
El Arlanzón llega a Burgos conservando mucho de su aire de montaña. Tan cerca está la Sierra de la Demanda que, cuando se nieva, podríamos tocarla. Y a poco muere en el Arlanza, camino del padre Pisuerga y el corazón del Duero. Lo tengo a un par de minutos de la Facultad y de camino a comer lo cruzo por el puente de Malatos. Es otoño ya y los árboles de la ribera lo exhiben. Hacen bien. En ellos el otoño es hermoso y cíclico. Me quedo un rato apoyado en el pretil de piedra, escuchando el rumor de las hojas. He quedado a comer en el barrio de San Pedro de la Fuente. Me acompaña ya mi propio otoño.

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