miércoles, 22 de mayo de 2024

El subterráneo habitado, novela de Manuel Benito Aguirre

 


Montse Ruiz, editora responsable de Deméter, desarrolla en esta editorial un proyecto personal de gran interés centrado en el libro ilustrado con títulos del siglo XIX español de temática gótica. Tras editar el Canto a Teresa de José de Espronceda ilustrado por Antonio del Hoyo, Morirse a tiempo de Rosario de Acuña con las ilustraciones de Jen del Pozo y Tan solo los muertos de Gustavo Adolfo Bécquer con las de Roger Olmos, lanza ahora un nuevo título, la novela El subterráneo habitado de Manuel Benito Aguirre, ilustrado por Lau Oreja Pedreira. En este caso, no se trata de un libro completamente ilustrado, sino un libro con ilustraciones que semejan las decimonónicas, sin renunciar a presentarnos una mirada actual. Sin embargo, la intención de la editorial de presentarnos libros con una maquetación y textura propia de un objeto singular se mantiene gracias al excelente trabajo de maquetación del estudio Lápiz y Ratón y a la cuidada selección del papel del tomo y de la cubierta.

Esta novela de Manuel Benito Aguirre (Abejar, Soria, 1808-Madrid, 1845) es uno de esos títulos que desmienten algunas de las creencias sobre nuestra literatura decimonónica. De su autor sabemos poco, pero todo tiene un gran interés. Fue maestro y defensor de las Escuelas Normales, Vicedirector de la Academia Literaria y Científica de Instrucción Primaria y vocal secretario de la Comisión de libros creada por la Dirección General de Estudios. En el ejercicio de su profesión, se hizo popular por redactar el Catecismo político de los niños: breves nociones de los derechos y deberes del ciudadano español con arreglo a la Constitución de 1837 (1839, reimpreso en 1842) y el Bosquejo histórico-filosófico y político del estado de la educación en España (1841), en el que volcó todo su ideario educativo, a caballo entre las reformas liberales y un sentido conservador y católico. Colaboró en publicaciones de una o de otra manera relacionadas con el mundo educativo como El Mata-moscas (1836-1837) y El mentor de la infancia o el amigo de los niños, de la que fue director (1842). Arregló al español Los niños pintados por ellos mismos de Alexandre de Saillet (1841, impreso también en México en 1843).

En literatura debutó con esta novela, cuyo título completo es El subterráneo habitado o Los Letingbers, o sea Timancio y Adela (Madrid, 1830), pero también escribió otra novela, La mujer sensible (1831) y, al menos, un juguete dramático Los percances de un carlista (1840).

El subterráneo habitado es una curiosidad narrativa que nos remonta al origen de un género de aventuras góticas mezcladas con visiones utópicas de la sociedad. La escribió cuando contaba con veintidós años y guarda mucho de ingenuidad juvenil que, lejos de alejarla del lector, aumentan su interés, como en el manejo despreocupado del tiempo y de la geografía. No es la exactitud de ambas cosas lo que le preocupaba al autor, sino otras cosas. Ambientada en el imperio austríaco, en tiempos de José II, el emperador ilustrado. Esta sola mención, ya trae algunas de las pistas que nos permiten interpretar esta novela, puesto que a José II se le atribuyen reformas que modernizaron Austria y que lo convirtieron en una leyenda de buen rey, ciertamente desmontada a partir del siglo XX. La figura de José II fue muy popular en toda Europa y también en España (su primera esposa fue Isabel Borbón-Parma, infanta de España, hija de Felipe I) y pasó también al arte y la literatura.

El eje central de la novela es la educación individual del ser humano y de las sociedades. Por una parte, la importancia de los valores morales y naturales; por otra, su fricción con los sociales para llegar a un acuerdo. Para hacerlo más evidente, nos presenta un número de personajes malvados a los que se tienen que enfrentar los protagonistas, que no siempre se encuentran en la bondad absoluta. Sobre ese eje central, las peripecias. Timancio, el protagonista, quedará huérfano en circunstancias terribles y deberá acogerse a la protección de personas cuya rectitud moral es evidente. Su entrada en sociedad provoca alteraciones en su carácter, sobre todo tras enamorarse de Adela. Esta relación provoca el resto de los acontecimientos: muerte de un rival y huida de Viena emprendiendo un viaje lleno de peligros (naufragios, llegada a una isla habitada por caníbales, descubrimiento de la sociedad atrasada que da título al libro). La novela, que había comenzado como una propuesta ficcional de los modelos educativos de la ilustración al estilo del Emilio o De la educación de Jean-Jacques Rousseau (1762) y todos sus continuadores, se reconvierte en una novela en la línea de Pablo y Virginia de Jacques-Henri Bernardin de Saint-Pierre (1787). En ella vuelca una serie de recursos típicos de esta literatura cuando se populariza, que oscilan entre la novela de aventuras, la novela gótica y la novela sentimental. Y, sobre todo esto, introduce una temática que también procede del siglo XVIII por vía directa de Robinson Crusoe de Daniel Defoe y Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift (el encuentro con civilizaciones diferentes en islas apartadas del mundo conocido). De esta manera, El subterráneo habitado se convierte en una síntesis de los géneros narrativos más populares entre los lectores europeos. A la altura de 1830, aún estaba gestándose la novela histórica romántica, que no entra en el horizonte de Manuel Benito Aguirre. Sin embargo, con su afán de hacerla entretenida y variada, el autor jamás se olvida de la intención última: la demostración de la utilidad de una enseñanza natural y moral. Quienes la reciben, por muy convulsa que sea su vida, reciben el merecido premio al final.

Las oportunas ilustraciones de Lau Oreja nos devuelven también a la ingenuidad de los grabados que acompañaban a estos libros hasta tiempos no tan lejanos. Es un acierto que la artista haya optado por continuar este estilo: contextualiza la novela y despierta una nostalgia lectora que contribuye a una experiencia lectora agradable que nos devuelve a la juventud.

En definitiva, una recuperación de interés, no solo para los estudiosos del siglo XIX, sino también para el público en general. Aquí dejo el enlace para ver la grabación de la presentación de la novela dentro del programa Valladolid Letraherido de la Fundación Municipal de Cultura de Valladolid, almacenada en la página de Facebook de la Casa Museo de José Zorrilla.

6 comentarios:

Fackel dijo...

Ni el autor ni la obra me sonaban. Tendré que pasarme por la librería a ver ese y otros libros de la editorial Deméter. Gracias por informar.

Sor Austringiliana dijo...

Entraremos, con el enlace, a conocer una novela chapada a la antigua. Lo decimonónico tiene todavía su lección para los del XXI, creo.

El Deme dijo...

Una maravilla descubrir autores antiguos, libros de antaño que todavía hoy tienen algo que transmitir.

Literatura y tercer milenio dijo...

Por favor, publica algo más sobre esta novela y su presentación.

São dijo...

Gostei de conhecer o autor e tenho pena de não poder assistir ao vivo à tua apresentação da obra.

Amigo mio, besos.

Ele Bergón dijo...

Parece interesante lo que escribes de esta novela. Lo miraré con calma.

Besos