viernes, 9 de febrero de 2024

Y así amanece el día

 


Qué reconfortante es regresar a Claudio Rodríguez. Nunca se ha ido en realidad, pero a veces es solo murmullo de fondo, como cuando dejamos de oír el manantial junto al que pasamos la tarde. Brota de pronto el inicio de Don de la ebriedad, ese libro único y excepcional con el que ganó el Premio Adonáis en 1953, con dieciocho años. La voz poética espera ese don que llega, la claridad que busca una materia para deslumbrarla quemándose a sí misma al cumplir su obra. Así el día, el amor, el poema, la vida.

A veces ocurre, al contrario que en el poema de Claudio, que la noche abre el gran aposento de sus sombras y en el cuarto no parece llegar la luz igual que un niño aterrado refugiado debajo de las mantas. Qué larga la espera hasta el día. En ese tiempo, aguardo hasta que amanezca y salgo a la calle con el cuerpo entumecido, buscando en las cosas más humildes la condición de espera justo cuando comienza a darles la luz. Hay esperanza en la hoja seca, que se hará humus y vida. En realidad, la hoja caída se limita a ser y cumplir, orgánica. Qué difícil es aceptar esa condición orgánica en nuestra vida cuando toda esperanza se frustra, pero en esos casos es más necesario que nunca refugiarse en la noche y en el invierno hasta la luz y la primavera. Pero qué difícil.

10 comentarios:

Margarida Pires dijo...

Existe sempre uma luz radiante após a noite esgotante!
Um beijinho!
👄👄👄Megy Maia

Emilio Manuel dijo...

Y si a todo eso le suma una lluvia necesaria, es un amanecer divino de la muerte.

Sor Austringiliana dijo...

El murmullo de fondo de la vida es el refugio. El viento agita y pasea las hojas secas.

Fackel dijo...

A mí me fascinó este verso de Claudio Rodríguez:

"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto".

En la noche se genera la luz, la poesía, el pensamiento, el amor.

Francesc Cornadó dijo...

Volver una y otra vez a Claudio Rodríguez es indispensable. Es volver al murmullo de la luz.
El insomnio es interminable, anhelamos la aurora que llegará con sus peligros, pero acude la poesía para protegernos.
Saludos

Luis Antonio dijo...

Me encanta lo que expones de la hoja seca. Gran poeta, Claudio Rodríguez.
Un abrazo

Ele Bergón dijo...

A veces, es verdad que la claridad se hace esperar, pero ya sabes, según Claudio Rodriguez, "siempre viene del cielo, es un don y se halla por encima de las cosas....." Tiempo al tiempo. Pronto vendrá la primavera y esos almendros en flor, que tanto nos gustan, ya por Madrid están en plena floración.

Besos

Marcelo Matas de Álvaro dijo...

Buena reflexión emocionada, amigo Pedro. A mí siempre me han acompañado estos magistrales versos de Claudio Rodríguez:
"La encina, que conserva más un rayo
de sol que todo un mes de primavera,
no siente lo espontáneo de su sombra,
la sencillez del crecimiento; apenas
si conoce el terreno en que ha brotado".

Campurriana dijo...

Poeta de naturaleza. Y la naturaleza que se creía muerta, resurge siempre. Porque la vida se abre camino.

Hay esperanza en la hoja seca.

Paco Cuesta dijo...

Quedo a la espera del alba, tal vez traiga consigo la luz de la poesía.
Gracias Pedro